MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

martes, 22 de octubre de 2019

VASOS CANOPES (réplica)

EL GRAN BAZAR
Presentado por… Luctus.
Saludos, coleccionistas, bienvenidos a mi pequeño museo. 

Gran parte de la fascinación que mucha gente (yo incluido) siente por el Egipto antiguo se debe a sus extraños y elaborados ritos funerarios. Los vasos canopes (o canopos, se acepta de ambas formas) eran una parte fundamental de ellos. Los egipcios creían que el difunto podía volver a vivir, no solo como espíritu, sino reintroduciendo su fuerza vital en un cuerpo físico, generalmente su propia momia.
De izquierda a derecha; Hapy (pulmones/norte), Amset (hígado/sur), 
Kebshenuf (intestinos/oeste) y Duamutef (estómago/este).

Todo el proceso de momificación tenía como objetivo preservar el cuerpo en el mejor estado posible, evitando la putrefacción, para cuando el espíritu pudiera volver a habitarlo. Cuatro de los cinco órganos que los egipcios consideraban vitales (hígado, pulmones, estómago e intestinos) eran extraídos y conservados aparte en los vasos canopes, sumergidos en líquidos preservadores. El quinto y más importante órgano vital (el corazón) era también extraído, pero tras embalsamarlo se lo devolvía a su lugar en el pecho del difunto, para que el espíritu pudiera mantener un vinculo con el cuerpo. El resto de vísceras, junto con cerebro, al que no se daba ninguna importancia (creían que la mente y la voluntad residían en el corazón) eran simplemente desechados. 
M
Una vez el espíritu volviera a su cuerpo, este sería teóricamente regenerado dando lugar a una vida eterna, no etérea sino física, mediante una serie de rituales mágicos para los cuales era imprescindible la restitución de las vísceras guardadas en los vasos canopes.  
Estos eran transportados juntos en una caja de madera sencilla pero bellamente decorada y lacada, siguiendo al cortejo fúnebre. Una vez en el lugar del enterramiento los vasos debían ser cuidadosamente dispuestos, cada uno de ellos “mirando” hacia un punto cardinal en particular. Se pensaba que de esta forma los vasos canopes absorbían y canalizaban las energías necesarias tanto para preservar correctamente su contenido como para traspasar esa vitalidad absorbida al difunto cuando los órganos se le restituyeran.
Estos que muestro son reproducciones en resina muy fieles a los originales en su aspecto, pero de aproximadamente la mitad del tamaño real. Los compré hace muchos años en una tienda que se especializaba en reproducciones de antigüedades y libros de historia y arqueología. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario