EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
Presentado por… el profesor
Plot.
Saludos, ávidos lectores.
Aunque se lo
conoce popularmente como El Libro de los Muertos, la verdadera traducción
de su nombre se aproxima más a Salida (o viaje) del alma hacia la luz del día.
Al contrario que otros libros sagrados, este no es una colección de historias acerca
de la génesis del universo (según esa religión) y fabulas aleccionadoras sobre
la correcta actitud moral ante la vida (de nuevo, según los dogmas de cada religión).
El Libro de los Muertos es directamente un grimorio: una recopilación de
conjuros.
Para los
egipcios, la verdadera existencia comenzaba tras la muerte. Durante toda su vida,
un trabajador común egipcio iba ahorrando para comprar a la privilegiada casta
sacerdotal la magia protectora que debía ayudarle a alcanzar su lugar en el Más Allá. Esta magia se le entregaba en forma de canticos inscritos en pergaminos,
grabados en tablas de piedra, amuletos, figurillas, o rituales a realizar
durante o tras su sepelio.
El mal llamado Libro de los Muertos pocas veces tenía formato de libro, siendo presentado casi siempre en un solo rollo formado por varios papiros cosidos, llegando algunos a medir hasta siete metros de largo. Este es un nombre que se le dio en 1842 cuando el egiptólogo Richard Lepsius recopiló las traducciones de todos estos hechizos y cánticos, encontrados en papiros o inscritos en muros y sarcófagos, en un solo volumen.
El paso al otro mundo se concebía como un conjunto de laberínticas cavernas plagadas de monstruos y peligros a través de las cuales el alma del difunto debía abrirse paso , con frecuencia luchando. Realmente, casi se podría visualizar como el dungeon de un moderno juego de rol. Estas cavernas estaban habitadas por diferentes tipos de monstruos genéricos que intentarían destruir el espíritu del difunto: estaban los babai (humanoides con cabeza de cocodrilo), los rereks (con cabeza de serpiente), y una serie de demonios con denominaciones tales como los torturadores, los desolladores, los mutiladores, los decapitadores, los bailarines ensangrentados, los pescadores…
El mal llamado Libro de los Muertos pocas veces tenía formato de libro, siendo presentado casi siempre en un solo rollo formado por varios papiros cosidos, llegando algunos a medir hasta siete metros de largo. Este es un nombre que se le dio en 1842 cuando el egiptólogo Richard Lepsius recopiló las traducciones de todos estos hechizos y cánticos, encontrados en papiros o inscritos en muros y sarcófagos, en un solo volumen.
El paso al otro mundo se concebía como un conjunto de laberínticas cavernas plagadas de monstruos y peligros a través de las cuales el alma del difunto debía abrirse paso , con frecuencia luchando. Realmente, casi se podría visualizar como el dungeon de un moderno juego de rol. Estas cavernas estaban habitadas por diferentes tipos de monstruos genéricos que intentarían destruir el espíritu del difunto: estaban los babai (humanoides con cabeza de cocodrilo), los rereks (con cabeza de serpiente), y una serie de demonios con denominaciones tales como los torturadores, los desolladores, los mutiladores, los decapitadores, los bailarines ensangrentados, los pescadores…
También, en su deambular por el inframundo, el espíritu podía encontrarse con seres únicos, como Keb (que guiaba al difunto en las primeras etapas), Sokari (que podía transportar al difunto en su trineo durante un tramo), Apofhis (el Dragón del Gran Abismo, encarnación suprema del mal cósmico), y prácticamente todos los dioses mayores y menores del panteón egipcio, que solían aparecer luchando unos con otros en grandes batallas campales dentro de las grutas.
Otros desafíos incluían
puertas mágicas que únicamente se abrían al pronunciar determinadas palabras
(que solo se conocían si, en vida, el finado había adquirido los pergaminos o
amuletos necesarios), o una gran laguna de fuego que solo podían atravesarse con
seguridad invocando la Barca de Ra, para lo cual se necesitaba otro conjuro.
En el fondo, se
trataba de dar una imagen terrible de este paso esencial de la existencia para
que la población gastara cuanto pudiera comprando pequeñas ayudas a los sacerdotes,
en forma de amuletos y canticos de protección, algunos de los cuales podían llegar a suponer el sueldo de un año de un trabajador común. Debido a esto la casta
sacerdotal vivía en la abundancia mientras que los trabajadores podían estar pasando hambre y vistiendo harapos, por preferir gastarse el dinero en comprar un conjuro que les proporcionaría un arma o poder adicional en el Más Allá, en lugar de gastárselo en vivir mejor en el mundo real. No muy diferente a gastarse dinero real en las loot boxes de los juegos en línea actuales.
En cualquier
caso, El Libro de los Muertos es, como decía, una recopilación de todos
los canticos y descripción de los amuletos que se han encontrado, relativos a
los ritos funerarios de esta cultura. No se sabe si están todos los que
existieron. De algunos se ignora su
función. Muchos se sabe que están incompletos, e incluso lo que
están completos son tan crípticos y difíciles de interpretar que su significado
puede cambiar completamente según el traductor que los versione. Unos se
componen de apenas un par de frases y otros de cientos de ellas.
Algunos de estos
conjuros tienen como finalidad permitir al difunto animar a su momia, empleándola
como avatar en el mundo de los vivos. Otros debían permitirle invocar su Ka
o doble etérico, una especie de "guerrero guardaespaldas" formado por su
propia energía, para que luchara a su lado en ciertos momentos. Muchos le capacitaban para transformarse en determinadas criaturas, desde una simple golondrina a un beunnu (ave fénix) o darle un conocimiento previo de las
regiones que debía explorar en su camino hacia el Más Allá. Pero los textos
originales carecían de título, puntuación, esquema, o explicación, siendo en
ocasiones un conjunto de ideas aparentemente caóticas e inconexas. Aun así, es
una lectura interesante. Muchas veces sin sentido (para nuestra mentalidad
actual) pero interesante.
La mejor forma
de acometer su lectura hoy en día es como si se tratara de un libro de poesía
escrita hace unos cuatro mil años, mas o menos, por un pueblo con una concepción del mundo y
la vida muy diferente de la nuestra. He tenido la oportunidad
de leer varias versiones. Algunas son una transcripción literal de los textos
originales. En otras solo se ofrece un pequeño párrafo de cada conjuro a modo
de muestra, sustituyendo el resto del texto por la interpretación del traductor.
En esta que comento, que considero la mejor, se intenta crear una división por frases y párrafos
para darles más sentido, presentando los conjuros con la cadencia propia de
canticos litúrgicos, tal como debieron recitarse en su momento. Y aún así, hay que darle muchas vueltas a los textos y hacer trabajar la imaginación para sacar algo en claro. Uno de esos libros
al que todos aquellos realmente interesados en la cultura egipcia antigua
deberían tratar de echar un vistazo, a pesar de ser una lectura extremadamente
complicada.
El Libro Egipcio de los Muertos (Salida del alma hacia la luz del día). 1998. Versión poética de A. Laurent a partir de la traducción de Wallis Budge. Edicomunicación S.A.
El Libro Egipcio de los Muertos (Salida del alma hacia la luz del día). 1998. Versión poética de A. Laurent a partir de la traducción de Wallis Budge. Edicomunicación S.A.
Muy interesante la temática del libro. Los egipcios fueron una de las civilizaciones más sorprendentes y fascinantes y de la más avanzada en la antigüedad
ResponderEliminarMás avanzadas en muchos aspectos que muchas de las civilizaciones que las siguieron. El profesor Jiménez del Oso hizo una serie de reportajes sobre las pirámides en las que queda patente esto.
EliminarUno de ellos en particular, titulado "La obra imposible", en el que habla de sus técnicas de cortado y pulido de la piedra, deja claro que en ese campo superaban incluso las técnicas modernas. Si te interesa la cultura egipcia, puedes verlo en YouTube. No tiene desperdicio, aunque aviso que después de verlo te quedas con muchas más preguntas que respuestas.