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lunes, 20 de abril de 2020

¡ESTE MUNDO ES MÍO!

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores.

Las Secret Wars (Guerras Secretas) fueron unas colecciones de comics de Marvel centradas en el personaje del Todopoderoso, una entidad que, como su nombre indica, es el ser más poderoso del Universo Marvel. Ni la Bruja Escarlata, ni Thanos, ni Galactus, ni la nueva y absurda versión de la Capitana Marvel.

El Todopoderoso es literalmente todo poderoso. 
Este ser apareció repentinamente en el universo, cerca de La Tierra y con la mente totalmente en blanco. Tras observar el planeta, y en un intento de comprender su propia existencia y su papel en el todo, trasladó a los superhéroes y los supervillanos más poderosos de la Tierra a un planeta que creó amasando restos de otros mundos destruidos, para que lucharan entre ellos en una batalla campal. La recompensa a los vencedores: concederle un deseo a cada uno, como si de un genio de la botella se tratase. 

La intención era comprobar quien vencía, para determinar si “el Bien” era más poderoso que “el Mal”, o viceversa, y de paso aprender algo sobre los deseos y ambiciones que impulsaban a los humanos. Toda la primera colección de Secret Wars eran los continuos enfrentamientos entre los personajes de Marvel escogidos, tras los cuales el Todopoderoso no llegó a ninguna conclusión satisfactoria, y se limitó a devolverlos a la Tierra.

La segunda colección de Secret Wars fue mucho más interesante. En esta, el Todopoderoso se mezclaba entre la población de la Tierra, tratando de nuevo de comprender su existencia de una forma más directa. Los comics de las Secret Wars II son muy superiores a los de la primera serie, que eran poco más que secuencias de combates una tras otra. En Secret Wars II el Todopoderoso se dedicaba a vagar por el planeta, observando, aprendiendo, muchas veces haciendo el ridículo a pesar de sus poderes. Nada en absoluto podía dañarle a no ser que él deseara ser dañado, le bastaba con desear algo para que ocurriera, alteraba las leyes del tiempo y el espacio a voluntad, y sin embargo era como un niño, asombrado y empequeñecido ante todo lo que veía, apabullado por las complejas reacciones humanas.

El Todopoderoso no tiene forma propia, pero puede adoptar cualquiera. Sus dos formas preferidas son las de los dos humanos que encuentra más interesantes: Steve Rogers y Elvis Presley. Generalmente, en estos comics adoptaba indistintamente una u otra forma, y en algunos números, como en este, se muestra en ambas. Finalmente parecía decidirse por Elvis, que terminaría por convertirse en su "forma por defecto". 
En ¡Este mundo es mío! el Todopoderoso se adueña de la Tierra, solo para ver que se siente. Comienza con el personaje tirado en una calle de New York. Ha decidido mantener todo el tiempo una forma física real (una experiencia nueva para él), pero ignora cosas como la necesidad de comer o dormir, y se halla agotado sin saber porqué. 

Un policía le echa la bronca, pensando que está borracho. Buscando tranquilidad, se mete en un callejón donde una prostituta le pide dinero, y él hace aparecer un lingote de oro. Asustada, la chica va en busca de su chulo, y este, dándose cuenta que el Todopoderoso es básicamente tonto, lo engatusa para que se una a su banda. 
El Todopoderoso se divierte durante una temporada haciendo de malote, traficando con drogas, jugando en casinos, y aprendiendo sobre el valor de la riqueza material, hasta que eso le cansa. Tras independizarse del mafioso, se apodera del mundo del crimen, poniendo a Kingping a su servicio. Hace lo mismo con el presidente de Estados Unidos, y luego con el resto de humanos. Pero las cosas obtenidas sin esfuerzo no llenan tanto como las verdaderamente ganadas.

El control de la humanidad, convertida en una raza de esclavos sumisos y zalameros también le aburre, y lo extiende al reino animal, al vegetal, a los objetos inertes, a cada átomo, a cada molécula. Todo ser vivo, todos los superhéroes y supervillanos, las fuerzas naturales… todo en absoluto queda plegado a sus más mínimos deseos, pero sigue sin sentirse realizado. 
Abatido, va en busca de la prostituta, de la que guarda un buen recuerdo por ser el primer humano que lo trató con cierta amabilidad, y la libera del control mental para que sea ella misma. La sencilla y sincera alegría de esta al verle, hace que todo lo conseguido hasta ese momento le parezca totalmente vacío. Todopoderoso libera del control mental a todos sus otros esclavos, y continúa vagando por el mundo, tratando de encontrarle un sentido a su vida.
Esta historia es justo lo último que uno esperaría encontrarse en un comic de superhéroes: no hay ni un solo combate, no hay grandes escenas de destrucción, nadie lanza coches por los aires ni atraviesa edificios a cabezazos. Lo que la mayoría de los supervillanos (y algunos superhéroes) han aspirado a hacer alguna vez, controlar todo el mundo, el Todopoderoso lo hace con un simple pensamiento, e igualmente lo deshace, sin violencia ni intentos de justificar sus actos. 

Un comic "de acción" donde toda la trama avanza a base de diálogos entre los personajes, y aun así resulta muy entretenido, y a su modo, espectacular.

Más Secret Wars pulsando aquí.

¡Este mundo es mio! 1986. Jim Shooter (guion) Al Milgrom (dibujo). Secret Wars II nº 21. Marvel / Fórum.

2 comentarios:

  1. Salvando las distancias, la historia del Todopoderoso cuando baja a la Tierra me recuerda mucho al argumento de El diablo mundo de Espronceda. En el momento de su muerte, un anciano agotado y desilusionado recibe la oportunidad de elegir entre morir y conocer la Verdad absoluta, o vivir eternamente con juventud y vigor. Elige lo segundo, y vuelve a renacer, sin recuerdos de su vida anterior, como el joven Adán, un muchacho puro, carente de toda malicia. Pero, al volver al estado de inocencia de la humanidad antes del Pecado Original, no tiene el concepto de la vergüenza, y camina por la calle desnudo, sin entender por qué la gente le grita y hasta lo apedrea. Es arrestado y arrojado a un calabozo por indecencia pública, y en la cárcel rápidamente se corrompe; conoce la violencia, la brutalidad física y emocional, el alcohol y el juego, y adquiere todos los vicios humanos hasta convertirse en el peor de los criminales. Al estar la obra inacabada, no sabemos si Espronceda pretendía darle a Adán una nueva oportunidad de redención, o solo demostrar que la naturaleza humana tiende al mal una y otra vez.

    El Todopoderoso lo tiene más difícil ya que no debe esforzarse por conseguir nada, sea honrada o ilegalmente. Una vieja pregunta teológica dice "¿Podría Dios crear un problema que ni él mismo pudiera resolver?" (o, según Los Simpson, "¿podría Dios crear un helado tan grande que ni Él mismo pudiera terminárselo?"). ¿Es posible que el Todopoderoso se cree un enemigo que llegue a plantearle un reto?

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    1. H. G. Wells también planteó algo parecido en “El hombre que podía hacer milagros”. Trata sobre un hombre normal y corriente que, sin ningún motivo aparente, descubre un día que cualquier deseo que formule en voz alta se cumple instantáneamente. Intenta ser un “dios” benevolente, deseando cosas como que nadie se enfade, o nadie muera en guerras o por enfermedades, pero descubre que solucionar los problemas del mundo no es algo tan sencillo como le parecía. Cada una de sus soluciones milagrosas no hace sino crear nuevos problemas. Hace aparecer a todos los líderes mundiales ante él, para darles directrices sobre como deben gobernar. Pero pronto cae en la cuenta que una misma solución no es aplicable a todos, y se agobia de tal modo por no ser capaz crear un mundo ideal según su propio criterio a pesar de sus poderes absolutos, que termina deseando perder su capacidad de “hacer milagros”.
      La idea no es nueva, desde luego. La historia del Rey Midas es también una versión más limitada de esto, o todas las historias sobre los genios que conceden deseos que terminan volviéndose contra los que los formularon, y que básicamente hacen referencia a la misma idea básica: que nada obtenido sin esfuerzo es realmente valioso.

      Sobre si Todopoderoso podría crearse un enemigo o reto al que ni el mismo pudiera superar, no lo creo. Había comics en los que se dejaba apalizar por grupos de superhéroes o supervillanos, pero el “combate” terminaba cuando la experiencia le cansaba y simplemente se alejaba de ellos, instantáneamente recuperado. En las primeras Secret Wars el Dr. Doom le robaba sus poderes mediante una máquina, pero luego él (que en teoría carecía de poderes, al habérselos absorbido Doom) “elegía” recuperarlos. Al parecer el Todopoderoso es intrínsecamente todopoderoso, lo quiera o no, así que dudo que en algún momento pueda crear un adversario que realmente le venza. Que le de una paliza, lo machaque y lo “derrote” quizá sí, pero tan pronto como Todopoderoso haya experimentado esa sensación, lo mas probable es que vuelva a su estado normal de absoluta inmunidad.

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