EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor
Plot.
Saludos, infatigables librojugadores. Y especialmente a aquellos que, por la pandemia, continúan encerrados en sus casas como si se tratasen de náufragos atrapados en una pequeña isla.
Ese es precisamente el papel que interpretaremos en Tu nombre es Robinson, otro de los títulos que Multiaventura
dedicó a los grandes clásicos de la literatura. En este caso, a Robinson
Crusoe, la más famosa historia de supervivencia en una isla inhabitada.
No se toma tantas libertades como en otros títulos como Nuevo viaje al centro de la
Tierra, por ejemplo, en el que introducían elementos por completo ajenos a
la obra original. En Tu nombre es Robinson, el desarrollo es casi
paralelo al de la novela, de modo que alguien que la conozca tendrá una gran
ventaja, sabiendo de antemano cuales son las mejores opciones.
Aun así, como de costumbre,
nos veremos en situaciones que la novela de Defoe nunca planteó, especialmente
en alguno de los posibles finales. Dependiendo de nuestras
decisiones, abandonaremos sanos y salvos la isla pasado apenas un mes de
nuestro naufragio o transcurridos veintiocho largos y penosos años. Podemos
terminar como pasto de tiburones o cena de caníbales, siendo rescatados o
salvándonos por nuestros propios medios. Y quizá, salvando otras vidas además
de la nuestra.
Hay un final especialmente tétrico,
que se me quedó grabado la primera vez que lo leí siendo todavía un crio. Tras
construir una balsa nos hacemos a la mar y avistamos a lo lejos un navío. No
parece hacer ningún intento de recogernos, pero la casualidad quiere que nos
pase lo bastante cerca para subir a cubierta por una escala de cuerda que
cuelga olvidada de la borda. Pero una vez arriba vemos que toda la tripulación
son cadáveres, muertos mucho tiempo atrás, cuyas cabezas y brazos, mecidos por
el vaivén del oleaje, parecen moverse como dándote la bienvenida. En este punto
el texto te da la opción de arrojarte al mar y volver a nado a tu balsa, o
quedarse a bordo, pero no hay una diferencia sustancial. En ambos casos nos
aguarda un fin horrible, ya sea a bordo, como parte de la tripulación de
cadáveres, o en la balsa, enfebrecidos por la sed y las pesadillas, y deseando
incluso habernos quedado en el barco para tener compañía tras la muerte.
Aun siendo el más bizarro de
todos los finales, no desentona con la historia de Robinson Crusoe, que muy
bien podría haberse hecho a la mar con una balsa y topado con un barco a la deriva
con toda la tripulación muerta por alguna enfermedad, del mismo modo que en la
novela se enfrentó a otras situaciones terribles. Con todo, el mayor y más
frecuente peligro que deberemos afrontar es la presencia de caníbales, que si
bien no viven en la isla sí viajan a esta desde otra cercana para celebrar sus
rituales antropófagos.
Una forma emocionante de
acercar a los lectores jóvenes (o a los impacientes) a estas grandes obras
literarias que ninguna generación deberían dejar caer en el olvido.
Puedes ver todos los otros librojuegos reseñados de esta colección pulsando aquí.
Tu nombre es Robinson. 1986.
Miguel González Casquell (texto) Antonio Perera (ilustraciones). Multiaventura
nº 5. Ediciones Ingelek S.A.
Me ha hecho pensar en El Holandés Errante de la peli Piratas del Caribe, con los cadáveres "vivos".
ResponderEliminarLa segunda película de “Piratas del Caribe” es la que más elementos toma de las historias de fantasmas y supersticiones náuticas antiguas: el Holandés Errante, el personaje de Davy Jones, el kraken (son tres mitos diferentes, pero la verdad es que los han combinado muy bien) y el Cofre del Muerto y la Mancha Negra, sacados de “La Isla del Tesoro”. Es mi película favorita de la saga.
EliminarEsa parte del librojuego sobre el barco a la deriva lleno de cadáveres probablemente también esté inspirada en el mito del Holandés Errante y en las historias de los barcos fantasma.