¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por... Pecky.
Bienvenidos, amigos cinéfagos. ¿Estáis durmiendo bien últimamente?
Esta película tiene un planteamiento
interesante, pero falla en algo esencial: el final. No es que sea malo o inadecuado,
sino demasiado convencional para la temática que trata: la intrusión voluntaria
de una mente consciente en el subconsciente de otra persona.
El FBI sigue la pista de un psicópata
llamado Rudolph Stargher que se dedica a raptar y asesinar mujeres. Obsesionado con su
propio albinismo, el individuo ahoga a las mujeres encerrándolas en un tanque de agua que va llenándose lentamente. Luego elimina la pigmentación de
su piel y cabello a base de baños de lejía, y por medio de un complicado
sistema de poleas se eleva a sí mismo en el aire, como flotando sobre sus victimas, y se masturba contemplando sus blancos cadáveres. Todo un
personaje.
La forma en la que mata a las mujeres está ritualizada: deben ahogarse en una celda de cristal blindado que a lo largo de cuarenta horas va llenándose lentamente de agua. La celda está acondicionada con algunos elementos básicos, creando la sensación a su ocupante de que se la va a mantener viva para pedir un rescate, quizá solo para que el shock que tendrá cuando comprenda que se la va a matar sea mayor. Pero la celda a la que hace referencia el título de la película no es esta.
Poco después de atrapar a su última presa e iniciar el proceso de ahogarla, el FBI da con Stargher. Por desgracia, apenas unas horas antes este se ha sumido en un estado catatónico debido a una extraña condición médica que padece y es incapaz de revelar donde se encuentra la joven.
El FBI recurre entonces a una clínica privada especializada en trastornos del sueño, donde han desarrollado una máquina experimental que permite a un voluntario enlazar su mente con la de una persona dormida o en coma. Este enlace permite al voluntario interactuar con el paciente. Ambos perciben esto como un sueño lúcido, pero el control sobre el mismo es mucho menor en el caso de la mente intrusa.
El detective Peter, a cargo de la investigación, pide a la doctora Catherine, al mando del proyecto, que enlace su mente con la de Stargher para tratar de averiguar donde retiene a la joven, antes que esta se ahogue. Esto implica que Catherine deberá entrar en un mundo imaginario hecho a la medida del psicópata, creado para reflejar sus deseos, fetiches y terrores, y en el que este es poco menos que un dios omnipotente. Esta es la verdadera celda a la que se refiere el título: la mente de un desequilibrado.
Lo mejor son
las escenas en las que Catherine primero y Peter después se adentran en la
mente de Stargher para tratar de interpretar el simbolismo de sus sueños y
averiguar donde tiene encerrada a su víctima. Esta parte me gusta mucho, y creo
que en general está bien resuelta. Lo que ya no me gusta tanto es el modo en que se resuelven las dos tramas principales: el rescate de la chica raptada y
cómo la mente de Catherine logra derrotar a la de Stargher. Simplemente, ambos hechos no
están relacionados y en realidad son innecesarios.
A la chica la localizan gracias a una pista que Peter encuentra en un sueño de Stargher, pero es una pista que había encontrado ya en el mundo real, en el sótano de la casa de Stargher. Creo que, antes de poner todas sus esperanzas en un proceso experimental, el FBI investigaría cada nombre y dirección encontrada entre las cosas del sospechoso.
A la chica la localizan gracias a una pista que Peter encuentra en un sueño de Stargher, pero es una pista que había encontrado ya en el mundo real, en el sótano de la casa de Stargher. Creo que, antes de poner todas sus esperanzas en un proceso experimental, el FBI investigaría cada nombre y dirección encontrada entre las cosas del sospechoso.
Y el enfrentamiento entre la
mente de Catherine y la de Stargher, es de lo más vulgar. Uno esperaría algún
tipo de estrategia ingeniosa o una conversación catártica, pero se reduce a un
vapuleo. Aprovechando un cambio de situación que hace que ella tenga más
control sobre el sueño que Stargher, lo machaca a base de puñetazos y lo
ensarta con una katana imaginaria. Un final muy pobre y anticlimático que
seguramente fue lo que más influyó en que la gente no suela guardar un buen
recuerdo esta película.
Pero todo lo anterior a los
últimos quince o veinte minutos está bastante bien, y es un tema que no se ha
explotado mucho en el cine. Los personajes principales están bien construidos, especialmente el detective Peter. Tal como está planteada la trama, el personaje del detective
debería ser un complemento del personaje de la doctora, pero es casi al revés.
Y prestando atención a las conversaciones que tienen uno con otro, se puede
entresacar mucha más información de la que dicen.
También hay escenas como la vivisección instantánea de un caballo, o el salón del trono en el que Catherine se encuentra por primera vez con la parte malvada de la mente de Stargher, que son lo bastante impresionantes como para que valga la pena volver a verla de vez en cuando, aunque sea solo por esto. Nueve años después salió directamente a video una supuesta continuación, que en realidad solo lo es en el título y puedes ver reseñada aquí.
The Cell. 2000. Mark Protosevich (guion) Tarsem Singh
(director) Vince Vaugan, Vincent Dónofrio (actores principales) Jennifer López
(actriz principal). Aurum Productions.
La Celda una película infravalorada, una versión primigenia de Origen. Bastante de acuerdo con el papel del detective y el recluta patoso borda su papel de psicopata. Y la primera escena del niño traumatizado me hizo saltar en el cine. El mundo del psicopata es como estar en un cuadro de un Dalí sadomasoquista y adicto a torturar animalillos.
ResponderEliminar¿El que hace de psicópata es el recluta patoso de "La chaqueta metálica"? Me sonaba mucho la cara y no conseguía identificar en que otra película la había visto.
EliminarLa imaginería con la que se ha representado su mente es genial, y sí que tiene ese aire surrealista como a cuadro de Dalí. Faltó un reloj derritiéndose sobre algún mueble.