MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

lunes, 31 de agosto de 2020

TIEMPO MUERTO

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                          ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
                                             Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores.
Hoy la cosa va de cortar cabezas y volverse locos, así que afilad vuestros machetes y preparad las camisas de fuerza, porque quizá nos harán falta.
Wade Rittman es un joven triunfador. Aun no ha cumplido los treinta años y ya es relativamente rico, tiene un cuerpo de atleta, y se lleva a las mujeres de calle. Quizá sea esa combinación de factores lo que le ha convertido en un individuo presuntuoso y pagado de si mismo, que lanza besos a su reflejo cuando se mira al espejo y entra gritando a todos lados.
.
Un día, al terminarse una botella de leche, encuentra en el fondo la cabeza cortada de una rata. Tras una sana sesión de vomito incontenible, se presenta vociferando en el supermercado donde la compró a poner la debida reclamación. Le atiende Melissa, la directora del establecimiento, una joven escultural de la que queda instantáneamente prendado, solo por su aspecto (otra prueba más de su debilidad de carácter). 
.
Y aquí es donde tengo el primer problema con este relato. Bueno, el segundo en realidad, porque el primero es lo insufrible que resulta el personaje principal. El segundo problema, decía, es que sin conocerlo de nada, sin saber nada de él, y realmente sin motivo ninguno para hacerlo, Melissa decide hacerle creer que ella es la esposa del dueño del supermercado, cuando en realidad es su hija. Este es un engaño que mantiene a lo largo de todo el relato, incluso después de que Rittman conozca al padre de Melissa, al que ella sigue refiriéndose como su marido cuando este no se halla presente.
.
Hay un momento, ya más avanzada la trama, en que Melissa le confiesa a Rittman haberse enamorado de él y le propone irse a la cama juntos, y lo dice sinceramente. Pero no se le ocurre aclararle que no está casada ni tan solo cuando Rittman, que ya ha conocido a su padre (creyendo que es su marido) la rechaza precisamente por ello. Uno llega a preguntarse cual de los dos está peor de la cabeza.
.
Rittman está decidido a ponerle una denuncia a la empresa envasadora de la leche, hasta que encuentra el resto de la rata en un bolsillo de su chaqueta, y se da cuenta que lo que está ocurriendo es más grave de lo que parecía. También recibe por correo una cabeza humana reducida, pero de plástico, de una tienda de artículos de broma. Naturalmente irrumpe en la tienda vociferando, solo para encontrarse con que, según el registro de compras por teléfono, ese artículo lo encargó él mismo.
.
La señora o señorita Melissa recibe igualmente una cabeza. En su caso, real y de gato, que encuentra dentro de su coche. Preocupado por su salud mental, Rittman acude a un viejo amigo, psiquiatra de profesión, el doctor Orson.
Tras oír su historia, este le explica que es posible que el responsable de todo sea él mismo. Que la presencia de la rata en el bolsillo de su abrigo, o el encargo de la cabeza reducida por correo, son cosas que podría haber hecho sin ser consciente de ellas, durante un lapso de tiempo muerto (¡titulo justificado!) del que no guarda recuerdos.
.
Rittman vuelve a casa, preocupado por la posibilidad de estar haciendo cosas a espaldas de su propia vida consciente, y temiendo estar perdiendo la cabeza. Pero la siguiente cabeza que alguien pierde no es la suya. Despierta en su cama con el cuerpo desnudo y decapitado de una joven sobré él. Se trata de la asistenta de Orson, a la que conoció al acudir a la consulta de este. La cabeza de la joven está cuidadosamente colocada en su mesita de noche.  
.
Desesperado, llama a Orson para pedirle ayuda. Y Orson, como un buen amigo, acude a su casa… y lo siguiente de lo que Rittman es consciente, es que su viejo amigo lo ha paralizado inyectándole un potente anestésico general, y que su tono de voz cambia de repente a uno cargado de sadismo y desprecio. Orson le confiesa entonces que le ha odiado toda la vida, siempre amargado por los continuos triunfos de Rittman, que él no lograba igualar. Todo lo ocurrido ha sido debido a sus tejemanejes, y tiene intención de acabar con él y con Melissa de la forma mas horrenda posible.
.
Naturalmente, esto no ocurrirá. Siguiendo la casi inquebrantable Ley del Bolsilibro, el malo será derrotado y la pareja protagonista se casará y vivirá feliz. Pero lo que es yo, no me quedo muy feliz con este relato. La trama no es mala, pero el estilo en el que está escrito me saca continuamente de ella. Las conversaciones y reacciones de los personajes son muy irreales y exageradas, y el empeño de Melissa de hacerse pasar por quien no es ante un completo desconocido (y mantener el engaño aun cuando ese desconocido comienza a volverse importante para ella), es bastante ridículo.
.
Pero en fin… otro librito que añadimos a nuestra creciente biblioteca y otras tres cabezas para el Almacén de Cabezas, que nunca se sabe cuándo pueden hacer falta.

Puedes repasar otro libro de este autor pulsando aquí
.
Tiempo muerto. 1983. Lou Carrigan [Antonio Miguel de los Ángeles Custodios Vera Ramírez]. Selección Terror nº 542. Editorial Bruguera S.A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario