MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

domingo, 29 de noviembre de 2020

SOLLOZOS

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                           ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

                                             Presentado por… el profesor Plot.
 

Saludos, ávidos lectores.

Esta es una historia bastante interesante, a pesar de carecer del elemento sobrenatural que convierten a un relato policial de crímenes y asesinatos en uno netamente terrorífico. Me ha gustado mucho por la forma en que está construida la trama y los personajes.

La acción tiene lugar en una pequeña y agradable urbanización costera. Clifford Copley es un escritor de guiones de terror para televisión que ha alquilado una habitación a una anciana del lugar. La anciana, con esa sabiduría tan particular que dan los años y la experiencia, lo envía continuamente a pedir cosas (café, soda, etc.) a la casa de Amanda, una vecina de la edad de él, divorciada. Existe una cierta atracción natural entre Clifford y Amanda, y la anciana, con vocación de casamentera, no pierde la oportunidad de forzar encuentros entre ambos.

Amanda vive con su hijo de cinco años, un torbellino de crio que se hace querer por todos los que le conocen. Eso revelará no ser tan bueno como parece en un principio.

Una noche comienzan a oírse sollozos por el vecindario. No parecen venir de un solo lugar, como si provinieran del mismo aire. Amanda se asoma a su jardín para tratar de localizar su fuente, y se desmaya horrorizada al ver a su pequeño ahorcado de un árbol.

Clifford oye el grito desde su habitación en la casa de al lado y es el primero en acudir. Elmer, el gigantesco y bonachón policía del barrio llega poco después, y en cuestión de una hora la casa está llena de policías y periodistas. El hijo de Amanda resulta estar perfectamente, y el niño ahorcado es solo un muñeco de escayola tremendamente realista. 

Otros incidentes similares se dan en varios lugares de la urbanización: vecinos encontrándose de pronto con muñecos de escayola a tamaño natural, adecuadamente pintados y vestidos con ropas reales, que representan a sus hijos tras haber sido asesinados.

Se crea un pequeño estado de paranoia que incrementa la vigilancia policial en el antaño tranquilo barrio, y vuelve a la gente más desconfiada. El exmarido de Amanda acude a la casa de esta y se instala en ella, aunque lo único que lo lleva hasta allí es la presencia de los periodistas. Se trata de un famoso actor, y la publicidad gratuita que pueda darle su aparente preocupación por la seguridad de su exmujer y su hijo es algo que conviene mucho a su carrera.

Naturalmente, entre el exmarido de Amanda y Clifford comienzan a saltar chispas inmediatamente. Esto, junto a las declaraciones de Elmer (que afirma haber visto brevemente a un ser verde y monstruoso), las de otros policías (que comentan la presencia de gran perro deambulando siempre por los alrededores) y los sollozos que nadie es capaz de localizar, terminan creando una atmosfera inquietante.

La resolución de la historia no es mala, aunque tampoco nada espectacular. Todo resulta ser un montaje, llevado a cabo por alguien con motivos muy personales. Y con uno de esos vergonzosos secretos que parecen tener todas las comunidades de vecinos excesivamente bien avenidos.

Al contrario de lo que suele ocurrir en los bolsilibros, en los que el protagonista resuelve la situación mientras la policía da palos de ciego, aquí es la policía la que lo soluciona todo, con una mínima colaboración por parte de Clifford. El responsable de dejar los muñecos por el vecindario se entrega sin resistencia al ser descubierto, devolviendo indemne al hijo de Amanda, al que había llegado a raptar.

En lugar de la clásica boda al final, nos encontramos a la anciana arrendadora de Clifford admitiendo entre lágrimas su parte de culpa en un acontecimiento que tuvo lugar algunos años atrás. Acontecimiento que implicó indirectamente a toda la urbanización, y del cual todo el asunto de los muñecos es la consecuencia. 

No suelen atraerme las historias únicamente policiacas, sin elemento sobrenatural, pero esta me ha gustado bastante pese a la falta de monstruos genuinos. 

Puedes repasar otro libro de este autor pulsando aquí.

Sollozos. 1979. Lou Carrigan [Antonio Miguel de los Ángeles Custodios Vera Ramírez] (texto) Desilo (portada). Selección Terror nº 355. Editorial Bruguera S.A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario