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martes, 8 de diciembre de 2020

HUCHA DE FRANKENRINO

 EL GRAN BAZAR

Presentado por… Luctus.

Bienvenidos, amigos coleccionistas. 

Tal como está de loco últimamente el universo, el ahorro es cada vez más importante. Me han comentado que algunos humanos guardan su dinero en bancos. Otros, en cerditos. Decidido a probar esta segunda opción, que encuentro más sensata, adquirí en un mercadillo terrícola esta hucha con forma de…de... bueno, vedla primero.

A mi entender se trata de una hucha tipo cerdito, solo que, en lugar de un cerdito propiamente dicho, representa a un rinoceronte. Pero tampoco un rinoceronte corriente. Está lleno de costuras, como si lo hubiesen ensamblado a base de trozos de otros rinocerontes. En su costado izquierdo lleva además un parche de piel con un par de extraños símbolos (un corazón invertido y una espiral) que quizá sea la firma del doctor loco que ha creado este frankenrino.

Si miramos la parte de atrás, veremos que la cola está sujeta al lomo por un clavo o chincheta, y bastante más arriba de donde debería, como si se hubieran acordado de ponérsela a última hora.

La cabeza, por otra parte, es bastante extraña. No tiene morro cuadrado típico de los rinocerontes, presentando un morro y mandíbula terminados en pico, más parecido al de un triceratops. Las enormes orejas, por descontado, son de elefante. Un conjunto bastante extraño.

La figura es de resina hueca (es una hucha, después de todo) y tiene una tapa de plástico en la panza para poder extraer cómodamente las monedas cuando nos hagan falta. Mide quince centímetros de largo y ocho de alto, hasta la parte mas prominente del lomo.

Realmente, si tengo que confiar parte de mis ahorros a un animal, me fio más de un frankenrino que de un cerdito, que parece menos feroz y más sabroso. Y además, por su aspecto y dimensiones tampoco desentona junto a figuras de PVC u otros juguetes en una estantería. 

Si os gustan las huchas inusuales, podéis ver otra pulsando aquí.

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