MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

martes, 23 de febrero de 2021

SANGRE ROJA, SANGRE MUERTA

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                             ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

                                             Presentado por… el profesor Plot.
 

Saludos, ávidos lectores.

Imaginad una noche fría y lluviosa. Densa niebla cubriendo una solitaria carretera rural. Un hombre que se abalanza sobre el coche de un viajante de comercio, prácticamente arrojándose él mismo bajo las ruedas… empieza bien, pero va a ponerse mejor. Mejor para el lector, y peor para los sufridos personajes de la historia. 

Tras la investigación preliminar y el levantamiento del cadáver, éste es depositado en la morgue de la pequeña población de Desert City. El lugar no parece gustarle, ya que no tarda mucho en abandonar la morgue por su propio pie. Pero no llega muy lejos. En su deambular por los corredores del edificio, el desnudo, aplastado y eviscerado cadáver se encuentra con una enfermera. El shock que la visión del otro provoca en cada uno hace que enfermera y cadáver reanimado caigan al suelo fulminados.

El cadáver, por cierto, estaba apergaminándose y retorciéndose a ojos vista desde que se lo ingresó en el depósito. Curiosamente, el cuerpo aún tibio de la enfermera comienza a sufrir el mismo proceso.  

El medico del pueblo está desconcertado, pero esto no le dura mucho. A la siguiente noche, otros dos cadáveres andantes llegan al pueblo acompañados de otra fuerte tormenta, irrumpen en casa del médico, y lo devoran vivo. Al amanecer, encuentran su casa allanada, llena de manchas de sangre, pero ningún cuerpo. Y para rematar el asunto, el cadáver del hombre atropellado ha desaparecido de la parcela del cementerio donde se le dejó convenientemente enterrado. Ya está claro que la historia trata de zombis, o algo muy parecido.

Afortunadamente para McKenna, el desbordado sheriff local, el destino (y el autor) van a ponerse de su lado. El hijo de una de las mujeres de la ciudad regresa a visitarla y pasar unos días con ella. Lo único que McKenna recuerda de él es que se fue a la universidad a estudiar medicina, y habiendo perdido al médico y una de las enfermeras del pequeño hospital, le pide ayuda para salir del paso mientras él aclara el asunto. El joven, llamado Clak Mann, accede cuando el sheriff le comenta por encima las extrañas circunstancias de las muertes.

Al acercarse al hospital a echar un vistazo a las fichas de la autopsia, Clark conoce a Robby, la enfermera encargada de las analíticas del laboratorio. Con esto ya tenemos a la pareja protagonista reunida, con lo podemos empezar a ver una luz al final del túnel.

A partir de ese momento, Clark y Robby, que congenian desde el primer momento, llevarán el peso de la investigación. Entre otras cosas, descubren que los zombis, sus víctimas y todo lo que unos y otros tocan parece acumular una gran carga radiactiva. Mientras esto se desarrolla, otros zombis visitarán el pueblo amparados por la oscuridad de la noche haciendo desaparecer de forma muy selectiva personas y pruebas relacionadas con el caso.

Clark y Robby terminarán hallando (mas o menos) un laboratorio secreto donde un grupo de científicos locos están irradiando cadáveres para resucitarlos, convertidos en obedientes zombis. El motivo de hacer esto… os voy a dar unos segundos para que lo meditéis. Cuando creáis tener una respuesta, seguid leyendo.

Adueñarse del mundo. Por supuesto, el sueño de todo científico loco siempre ha sido ese. Inteligencia e imaginación no siempre van juntas, y los científicos locos tienden a ser muy poco originales.  

Y como ya nos han dejado claro a lo largo del texto que Clak y Robby se gustan y van a terminar casándose, encontrarán la forma de vencer a los científicos locos (usando a su vez sus propios conocimientos científicos), y salvar al mundo de una plaga de zombis radiactivos. Un duelo de mentes, con unos cuantos mordiscos, balazos y descalabres de zombi de por medio, para amenizar la trama.

Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.

Sangre roja, sangre muerta. 1976. Burton Hare [José María Lliró Olivé] (texto). Selección Terror nº 159. Editorial Bruguera S.A.   

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