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miércoles, 9 de junio de 2021

SILENCIO SEPULCRAL

EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                     ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                             

Presentado por... Pecky.
 

¡Hola, amigos cinéfagos!

Me gustan mucho las películas que tratan el tema de los sueños lucidos o colectivos, pero por desgracia hay muy pocas de este tipo. Y encima, las pocas que hay no son todas buenas. La de hoy maneja algunos conceptos interesantes, pero pierde demasiado tiempo tratando de hacer que los protagonistas nos caigan bien y que desarrollemos alguna clase de simpatía por ellos, y lo único que consigue es hacer que deseemos verlos morir cuanto antes.

Silencio sepulcral es ante todo una película de psicópata suelto estilo Viernes 13. Cambiamos campistas por universitarios, el campamento de verano por una cabañita en una isla cubierta de nieve, la máscara de hockey por una capucha, y poco más queda por contar. Se salva el tema de los sueños dirigidos y colectivos, pero es algo que solo se toca casi al final, y parece puesto ahí, más que nada, por no saber como terminar la película.

Varios estudiantes de psicología son premiados por su profesor con un fin de semana en una confortable cabaña, en una islita nevada de los Grandes Lagos, cercana a la costa de Michigan. A mí eso de Michigan me suena a un sitio donde deberían haber montones de gatos, pero en la película no sale ninguno. Sospechoso ò_ó

Los estudiantes se dividen en dos grupos según el momento en que a cada cual le vaya mejor dirigirse hacia allí, por lo que la mitad de ellos llega muchas horas antes que el resto. Esta circunstancia será aprovechada por el psicópata de turno para despacharlos con mayor facilidad.

Con una eficacia encomiable, un asesino enfundado en un anónimo abrigo verde con capucha va acabando uno tras otro con todos los del primer grupo, empleando una variedad de armas y trampas, y teleportandose a voluntad de forma explícita. Solo sobrevive uno de los chicos, que ni tan sólo llega a enterarse que el resto de su grupo ha muerto.

Cuando llega el segundo grupo, la situación se repite. Todos van cayendo uno tras otro, enfrentados a un enemigo a todas luces sobrenatural. Es una suerte que los grupos sean numerosos (son más de una docena en total) porque saber que van a morir es lo único que hace soportables a los personajes. Se trata de un muestrario de arquetipos de lo más vulgar: la rubia exuberante y prepotente, la chica negra que considera que todos los hombres blancos la oprimen, los supuestos amigos que no hacen nada más que tratar de ridiculizarse uno al otro, el chaval que está ahí solo para que todos los demás se burlen de él, etc. Incluso la protagonista, la típica chica lista de carácter tranquilo, no tiene mucho de una cosa ni de otra, en realidad. Es muy difícil identificarse con alguno. Y si realmente alguien se identifica con ellos... bueno, probablemente tenga un grave problema de personalidad, o más bien de falta de ella. 

El caso es que todos los estudiantes van siendo asesinados de forma más o menos cruenta, pero la cinta no consigue hacer que sus muertes nos importen, más allá del interés de ver si alguno se salva. Al final, incluso la protagonista es atrapada por el psicópata y estrangulada hasta que muere.

Un momento… ¿hasta que muere? No, hasta que se despierta, porque tooodo lo que hemos visto hasta ahora era un experimento de sueño compartido que el profesor estaba llevando a cabo con ellos. Cada uno ha ido desconectándose del sueño colectivo a medida que moría en este, pero mantienen un recuerdo más o menos claro de lo soñado. El que todo fuera un sueño sirve para justificarnos la sobrenatural resistencia y capacidad de teleportación del psicópata.

Cuando despiertan, vemos que estando todavía dormidos en su aula, todos ellos han escrito en sus cuadernos “Casa del Sueño” en… ejem… perfecto español. ¿Por qué en español? Pues... ni idea. Quizá, por la proximidad de Michigan a Canadá (que tiene inglés y francés como idiomas oficiales) en Michigan se enseñe francés en las escuelas, y los guionistas no fueran capaces de distinguir el francés del español. 

Para agradecer a los estudiantes el haber participado en el experimento, el profesor les premia con un fin de semana en una confortable cabaña, en una islita nevada cercana a la costa. Vemos a los estudiantes llegar a una cabaña que ya hemos visto antes, en unas imágenes que nos resultan muy familiares. Esta vez el profesor los acompaña, y se enfunda en un abrigo verde con capucha que también nos resulta muy familiar, mientras todo vuelve a empezar. ¿Es otro sueño? ¿Está ocurriendo en realidad esta vez? La película nos deja con la duda… pero tampoco llegó a interesarme tanto como para que eso me preocupe.

La música, tema que no suelo tocar en los comentarios de las películas, merece también una mención. Es una mezcla absurda de música de anuncios para las escenas en las que no pasa nada destacable (que son la mayoría) y una repetitiva y machacona música de fondo estilo rapero que nos ponen cuando los personajes mantienen conversaciones que pretenden resultar graciosas. 

La película contó con tres guionistas, dos de los cuales hicieron también de directores, y quizá sea por eso las escenas de acción y las muertes están aceptablemente logradas, mientras que la presentación de los personajes y sus conversaciones oscilan de lo insulso a lo ridículo. En definitiva, una película sobre sueños que lo único que logra es dar sueño al espectador.

Silent Scream. 2005. Matt Cantu, Bob Brown, Lance Kawas (guion) Matt Cantu, Lance Kawas (dirección) Melissa Schuman (actriz principal) Charity Island Pictures, Iceberg Films. Editada en DVD por DeAPlaneta.

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