EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.Saludos, ávidos lectores.
Muchos esqueletos vivientes se sintieron gravemente ofendidos cuando este bolsilibro se publicó, y la mayoría lo siguen estando. Y no es para menos, porque, aun a riesgo de repetirme demasiado... esta es una de las peores obras de Berna.
Tres típicas parejitas bernianas (ellos altos y varoniles, ellas aniñadas y con tendencia a desmayarse) van a pasar el fin de semana a una mansión. Uno de los chicos y una de las chicas son primos, y recientes herederos de la finca. En cuanto llegan, se encuentran con una nota escrita con tiza en la puerta que dice “Abandonad la casa o todos moriréis”. No se trata de un anónimo, puesto que lleva como firma “Los esqueletos vivientes”.
Ya la idea de un esqueleto viviente tratando de
asustar a alguien dejándole una nota me parece risible, pero lo de firmarla… y
encima, firmarla como “Los esqueletos vivientes”... parece el
nombre de un club de Anoréxicos Anónimos, más que un intento de asustar a alguien.
¿No tenían nombre propio esos esqueletos cuando estaban vivos?
A este detalle absurdo sigue otro que no le va a la zaga, oigan. Tras leer la nota, el primo llega a la inmediata e inamovible conclusión que se trata de una broma dejada previamente por su prima. Sin mediar palabra, la tumba sobre sus rodillas como si fuera una niña pequeña, le levanta la falda, y le propina una docena de azotes a mano abierta en las posaderas. Mientras esto tiene lugar, el novio de la prima contempla la escena sin atreverse a intervenir, porque el amigo del primo, que es el tercer chico del grupo, le amenaza con partirle la cara a puñetazos si lo hace.
Seguro que todo esto tiene sentido en la mente de Berna.
Es más, lo de darle azotes en el culo a una prima me suena a fetiche del autor,
reflejado en la obra. No es la primera vez que nos encontramos con escenas
similares en sus libros, como la nave espacial tripulada únicamente por
sadomasoquistas de La astronave fantasma.
A esto siguen unas cuantas discusiones de pareja y chistes sin gracia, también muy típicos del autor, y la aparición de los esqueletos, que son muy obviamente tipos disfrazados. Unas cuantas persecuciones por la casa, una excursión hasta los fusibles que alguien ha desconectado, más apariciones de esqueletos, de nuevo alguien desconecta los fusibles, un total de seis desmayos desigualmente repartidos entre las féminas… para que al final todo se resuelva a puñetazos entre los tres chicos y los cuatro esqueletos.
Estos no eran otra cosa que unos matones que el abogado de
la familia había contratado para asustarles y que vendieran la mansión, porque
ya se había preparado un tinglado para sacar una buena tajada del asunto. Tendremos una boda al final, para no perder las buenas costumbres, y poco más que añadir.
Un
bonito título y una bella portada desperdiciados.
Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.
La mansión de los esqueletos vivientes. 1983. Joseph Berna [José Luís Bernabéu] García (portada). Selección Terror nº 546. Editorial Bruguera S.A.
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