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jueves, 15 de julio de 2021

CÓMO HACER UN MONSTRUO

EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                    ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                             

Presentado por... Pecky.
 

¡Hola, amigos cinéfagos!

El mundo del cine debe mucho, sin duda, al maquillaje y los efectos especiales. Y el caso es que hay muchas películas, biográficas o ficticias, dedicadas a la vida de un director o un actor, pero muy pocas en las que la trama gire en torno a un maquillador o un técnico de efectos especiales. Mucho antes que las más famosas FX: efectos mortales o Doble de cuerpo, pudimos ver esta, que probablemente fuera la primera que tocó el tema.

Pete Dumond es un famoso maquillador especializado en monstruos, el Tom Savini o el Greg Nicotero de su época. Tras veinticinco años al cargo del departamento de maquillaje de la American International Studios, un cambio en la directiva lo pone de patitas en la calle. Los nuevos dueños de la compañía creen que el cine de terror no tiene futuro, que los monstruos ya aburren. Quieren hacer únicamente comedias románticas y musicales, y le anuncian a Pete que en cuanto termine la película que están filmando (El hombre lobo contra Frankenstein) será despedido.

Pete se lo toma bastante mal, y urde una rebuscada venganza. Mezcla novocaína en polvo con la fórmula de la cera que emplea como base para su maquillaje. A medida que va añadiendo capa tras capa de maquillaje en los actores, la novocaína se va filtrando en ellos a través de los poros de la piel. Durante el proceso de maquillaje le habla sin cesar al actor, y su voz, combinada con el narcótico de la novocaína, crea un efecto similar a la hipnosis. Pete aprovecha esto para ordenarles matar a los nuevos dueños y luego olvidar que lo han hecho. Además, aparece el inesperado efecto de la caracterización. Al estar concentrándose en como van a interpretar su papel de monstruo, cuando obedecen las ordenes de Pete adoptan el comportamiento de la criatura como la que se les ha maquillado. Vale, esto último no tiene mucho sentido, pero reconozcamos que la idea mola.

La película es básicamente de investigación policial. Los asesinatos se van produciendo con un par de días de diferencia entre cada uno, y Pete es casi desde el principio uno de los sospechosos. Pero además de buen maquillador, es buen actor. Se comporta con naturalidad, en parte por estar convencido de estar haciendo lo correcto… hasta que comete el clásico error de no saber cuándo parar, se confía demasiado, y termina provocando su propia caída. 

En su momento pasó desapercibida, a pesar de contar con un asesino bastante original a la hora de cometer y encubrir sus crímenes. Intentó además crear una especie de juego de complicidad con el espectador. Actualmente se lo llamaría "romper la cuarta pared", pero este termino ni tan solo existía cuando salió esta película: la compañía para la que trabaja el maquillador es la ficticia American International Studios, una clara referencia a la American Internationa Pictures, que era la productora de Cómo hacer un monstruo. La película que están filmando, El hombre lobo contra Frankenstein, es un inexistente cruce de dos películas reales de la AIP, Yo fui un hombre lobo adolescente y Yo fui un Frankenstein adolescente. En el taller y el estudio del maquillador pueden verse colgadas varias máscaras de monstruo que se emplearon en películas anteriores de la AIP. Todo esto y otros detalles contribuían a darle un aire de familiaridad al film. ¡Era una película de monstruos que tenía lugar durante la filmación de una película de monstruos! Hoy en día algo así puede no ser tan raro, pero en su momento debió resultar muy novedoso. 

El valor de esta película se ha ido reconociendo con el paso del tiempo. Nunca ha llegado a ser una película de culto, pero sí de referencia, y en 2001 se hizo algo que en principio debía ser un remake, pero...  bueno, la versión de 2001 trata sobre un traje de captura de movimientos del cual se apodera la Inteligencia Artificial de un videojuego, para poder matar gente en el mundo real. Y tampoco está tan mal, es entretenido y eso, pero es uno de esos remakes solo de título, sin relación con la trama de la película en la que supuestamente se basa.

How to Make a Monster. 1958. Herman Cohen, Aben Kandel (guion) Herbert L. Strock (director) Robert H. Harris (actor principal). American International Pictures. 

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