LA DESPENSA
¡Saludos, hambrientos y hambrientas! Llegáis a tiempo de ayudarme a darle de comer a los cocodrilos.
Krokodil spiel (Juego de los cocodrilos) es un pequeño juego de habilidad que venía como regalo en los Kinder Sorpresa en 1996. Forma parte de una colección llamada Juegos de bolitas magnéticas, compuesta por cuatro juegos.
En realidad, la mecánica de los juegos es exactamente la misma, y lo único que cambia de uno a otro es el aspecto.
Tenemos este, en el que nos encontramos a tres pequeños cocodrilitos hambrientos,
otro con tres crías de foca, otro con tres ranitas, y otro con tres polluelos
en su nido.
El juego trata de alimentar a los animales
lanzándoles al gaznate una bolita de metal que representa su comida. Hay tres bolitas
dentro de la cápsula, y tenemos que recogerlas y lanzarlas en cada una de las
bocas (o picos) desde fuera de la capsula. Esto se logra atrayéndolas con un
pequeño imán poniéndolo en contacto con la cúpula de plástico, llevando la
bolita a la parte de arriba, y separando entonces el imán para intentar que la
bolita caiga en la garganta de alguno de los animales.
Las tres cabecitas de los animales están a
diferentes alturas, siendo un poquito más difícil alimentar cada una cuanta más
distancia haya entre esta y el borde de la cúpula.
Y nada más. Lo justo para entretenerse un ratito. Os dejo, que aún no les he dado de comer a los escamosos y ya se están impacientando.
Este juego de los cocodrilos me recuerda a otro que tenian mis hijos cuando eran pequeños.
ResponderEliminarLo trajo su padre de Nueva York en uno de sus viajes.
Años después este juego de hipopótamos llamado Tragabolas se hizo muy popular y casi todos los niños tenían uno pero cuando su padre lo trajo era muy original y por lo tanto muy divertido.
Es muy bueno para los niños que tengan juguetes " para tocar " y no sólo para mirar.
Así estimulan su imaginación y sus habilidades casi sin darse cuenta.
El Tragabolas era muy buen juego. Tenías que pulsar el resorte lo más rápido que pudieras al principio, cuando había muchas bolitas, pero de forma selectiva al final cuando quedaban pocas, porque si pulsabas a destiempo en lugar de cazar una bola la alejabas enviándola hacia otro jugador. Y al terminar había que contar los puntos de cada uno según las bolitas que hubiera conseguido. Los juegos que hacen contar a los niños, aunque sean cantidades pequeñas, siempre son buenos.
EliminarDe hecho, ese juego no ha pasado de moda. Siguen vendiéndose diferentes versiones hoy en día con otros animales, aunque el clásico siempre será de los hipopótamos.