EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
Durante las décadas de 1960 y 70, que podemos considerar la época dorada del cine de piratas, apareció un subgénero dentro de este al que aquí vamos a llamar (porque nunca llegó a tener un nombre concreto, que yo sepa) como el de los aventureros venecianos. A ese subgénero pertenece la película que veremos hoy.
Por algún motivo se popularizaron las películas de piratas ambientadas en Venecia o con protagonistas venecianos. Quizá fue un intento por parte de las productoras italianas de desplazar el peso de las historias de piratas del Caribe a Europa. Después de todo, la mayor batalla naval librada hasta ese momento, con una importancia histórica equivalente a la de la Segunda Guerra Mundial, había sido la de Lepanto. En esa batalla, la llamada Liga Santa (España, Malta, Génova, Venecia, Saboya y los Estados Pontificios) derrotó a la armada turco-otomana, la mayor flota de guerra que el mundo había visto jamás. Estaba compuesta en gran parte por mercenarios, esclavos y piratas, y superaba a la Liga Santa tanto en hombres como en barcos.
Esa batalla fue determinante para la historia de la humanidad por dos motivos. Por una parte, Europa mantuvo su identidad cultural, pues de haber sido derrotada la Liga Santa, a día de hoy probablemente todos los países europeos serían islámicos. Por otra, un joven marinero español llamado Miguel, a penas un muchacho todavía (uno más entre los miles que tomaron parte en aquel combate), recibió una herida en su brazo izquierdo que le dejó la mano paralizada, a raíz de lo cual sería conocido más adelante por el mote de El manco de Lepanto. La lesión le dificultaba su labor en la Armada y sus posibilidades de ascenso, por lo que pasado un tiempo decidió dedicarse a otras cosas para tratar de ganarse la vida… escribir, por ejemplo.
Volviendo al tema de los aventureros venecianos, las películas de este subgénero siempre estaban ambientadas poco antes o después de la Batalla de Lepanto. Los malvados solían ser una combinación de enemigos declarados (piratas turcos) y otros encubiertos (altos cargos corruptos de la propia Republica de Venecia). Los héroes se caracterizan por un patriotismo exacerbado. Si los piratas caribeños eran apátridas, sus tripulaciones eran heterogéneas, y solo les interesaba el oro o la venganza, en las películas de aventureros venecianos el patriotismo es primordial, todos los buenos son venecianos o aspiran a serlo, y el oro es la última de sus preocupaciones. Se lucha por Venecia y solo por el bien del pueblo de Venecia, incluso contra los deseos del gobierno veneciano. Ocasionalmente, la fuerza de alguno de los personajes se exageraba hasta rozar el nivel del peplum, pero sin dejar de ser esencialmente historias de espadachines y piratas.
Esta es una película típica de este subgénero. Se filmó en 1963 y ya de por sí era una producción de bajo presupuesto, con una calidad de imagen baja. Por desgracia no se ha hecho el más mínimo intento de restauración al transferirla a DVD. Está interpretada por Gordon Scott, uno de los héroes de acción de la época.
La historia tiene lugar en una Venecia que vive atemorizada bajo los continuos ataques de los piratas turcos. Los ejércitos venecianos luchan en otros frentes, y la defensa de la ciudad es dejada en manos de mercenarios. Estos, sin embargo, no se esfuerzan mucho en ganarse el dinero que cobran.
Una banda de piratas llega al extremo de irrumpir en el mismo palacio del Dux (gobernador) de Venecia, durante una fiesta. Arrebatan las joyas a las damas y se burlan de la pasividad de los hombres. Manrico, el hijo del Dux, decide entonces formar un ejército clandestino para combatir por su cuenta a los piratas. Adopta la identidad de El León de San Marcos, reúne artesanos, campesinos y pescadores, y con su propio dinero les proporciona armas y caballos.
En uno de sus enfrentamientos contra los piratas, Manrico, con el rostro embozado y actuando como El León de San Marcos derrota y captura a Rossana, la lugarteniente del capitán pirata.
Como no podría ser de otro modo, porque así funcionan este tipo de películas, Manrico y Rossana se enamoran, pero ambos son totalmente producto de su entorno. Jamás han conocido ni se han planteado conocer otro modo de vida más que el suyo, y aun así están dispuestos a renunciar a él por estar juntos. Esto lleva a Manrico a oponerse a los mismos mercenarios que teóricamente protegen Venecia, y a Rossana a traicionar a los piratas que la han criado y entrenado desde niña
Aprovechando la ventaja de luchar disfrazado, Manrico y su mejor amigo Yámbolo se alternan para adoptar la identidad del León de San Marcos y así desconcertar tanto a piratas como a mercenarios. Cuando los mercenarios lanzan al fin un ataque contra la fortaleza de los piratas, Manrico lo hace también por su cuenta para sacar de ella con vida a Rossana, creándose una lucha a tres bandas. La intervención de Rossana, que vuela el polvorín de los piratas junto con buena parte del muro de la fortaleza, precipita la victoria de los mercenarios y le vale el perdón del Dux. Para redondear el final, un anciano amigo de Manrico adopta como hija a Rossana, a pesar de ser esta ya adulta. Es una formalidad para convertirla a efectos legales en ciudadana veneciana, permitiendo así la esperable boda entre ella y Manrico con la que concluye la historia.
A mí me gustan este tipo de películas, pero lo cierto es que esta en particular no destaca especialmente ni en este subgénero ni en el cine de piratas en general.
Una de piratas poco convencionales pulsando aquí.
Il leone di San Marco. 1963. De Riso Arpad, Luigi Capuano (guion) Luigi Capuano (director) Gordon Scott (actor principal) Gianna Maria Canale (actriz principal). Liber Films. Editada en DVD en 2007 por Naimara Producciones.
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