EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores.
Este es el segundo librojuego de la saga Imperio Cobra. En él somos Rohak, hijo de Tarak, el personaje en cuya piel nos metimos en el primer librojuego. Han pasado unos veinte años desde lo ocurrido en este y muchas cosas han cambiado desde entonces.
Tarak es ahora el vasim (un cargo equivalente a rey) de Khytya, pues la noticia de que había logrado no solo llegar hasta la Isla Cobra sino rescatar a varios prisioneros de ella lo convirtió en un héroe popular.
Furiosos por que su santuario fuera invadido, los hombres cobra se vengaron azuzando contra Khytya a los Espíritus del Fuego, unas entidades elementales que trajeron tiempo atrás desde otros planos de existencia... o que invocaron mediante brujería, tal como lo entienden los habitantes de Erech. A modo de represalia, los Espíritus del Fuego carbonizaron Puerto Raisa, una de las ciudades costeras y comerciales más importantes de Khytya, que aún no se ha recuperado del daño sufrido.
La historia comienza durante la celebración del Dia del Cíclope, una fiesta anual en la que se conmemora la victoria de Tarak sobre Polifemo, el caudillo de los cíclopes gigantes de los bosques. Esto era una misión secundaria que podíamos cumplir o no en el primer librojuego, y solo servía para obtener el hacha mágica del gigante, que nos podía ser útil más adelante en algunas situaciones. Sin embargo, por lo que se nos cuenta en este otro librojuego, esa acción secundaria fue más relevante para el futuro que el asalto a la Isla Cobra, pues desorganizó a los ciclopes trayendo una inusitada época de paz para Khytya dentro de sus propias fronteras.
Durante la fiesta, como cada año, nuestro padre se dispone a contar la historia de como derrotó a Polifemo y obtuvo el hacha. La historia siempre es diferente, pero nadie parece darse cuenta de ello y nosotros, en la piel de Rohak, siempre hemos supuesto que los cambios se deben a la improvisación, la fanfarronería, la bebida, o la mala memoria. La realidad es otra. Nos damos cuenta ello cuando, en esta ocasión, la cambiante historia viene acompañada por una alucinación en la que Polifemo se presenta en el salón del trono. Solo nosotros la vemos, pero cuando esta cesa, el hacha que portaba Polifemo en la visión permanece como un objeto perfectamente tangible junto al trono, y no solo es idéntica a la que nuestro padre guarda como trofeo, sino que es exactamente la misma, hasta la última pequeña melladura.
El pueblo de Khytya interpreta esto como una reafirmación de que el hacha estaba destinada a acabar en manos de Tarak, y lo toma por un buen presagio. Pero las visiones que tuvimos nosotros sugerían otra cosa; un gran peligro con el que las tribus de ciclopes y el Templo de las Mil Puertas están de algún modo relacionados.
Así pues, nos quedamos con una de las hachas gemelas mientras nuestro padre conserva la otra. Como las armas mágicas deben tener nombre y la de nuestro padre ya recibió el de Hacha de Gigantes, ponemos otro nombre a la nuestra. El Hacha de Gigantes era un hacha de una mano para Polifemo, pero para un humano es una pesada hacha a dos manos. Para nuestro joven personaje, resulta tan pesada que al principio apenas somos capaces de levantarla del suelo, y por ello la bautizamos como el Hacha de Plomo.
Lo que averiguamos durante la aventura, es que originalmente El Templo de las Mil Puertas era una gigantesca máquina que hacía las veces de portal entre mundos. No solo era capaz de enlazar varias realidades y permitir el paso de unas a otras, sino que también permitía viajar en el tiempo a momentos concretos de esas realidades, o bien alterar la propia. Es una tecnología perteneciente a la época de esplendor de los Antiguos Dioses, muy superior a la de los hombres cobra, e incluso para estos resulta extraña. Y, sin embargo, han encontrado la forma de reactivarla y manipularla, en otro intento de subyugar la totalidad de Erech.
Al manipular la ancestral maquinaria solo con un conocimiento parcial de la misma, han comenzado a alterar el tiempo. Este es el motivo por el que, desde que tenemos memoria, nuestro padre ha narrado su lucha con Polifemo siempre con pequeñas diferencias, porque ese es el momento de la historia que los hombres cobra han logrado modificar. Cada vez que Tarak contó la historia, lo que contó fue una de las posibles realidades de la misma, lo que implica también que en ese momento estábamos en esa realidad. Los cambios son tan sutiles que nadie mas parece notarlos, pero la visión que tuvimos y la materialización de una segunda hacha indica que una modificación mayor se avecina. Quizá una en la que Tarak murió a manos de Polifemo en lugar de vencerlo, y por tanto no se sentó el precedente de que alguien se atreviese a desafiar al Imperio Cobra atacando la propia Isla Cobra, que es el foco de su poder.
Al haber reactivado parcialmente las máquinas del templo, muchos de sus portales individuales están en funcionamiento. Cada una de las puertas interiores del templo tiene un marco diferente. Originalmente, la forma de pasar de una realidad o tiempo a otro en lugar de alterar el propio, era cruzando una sucesión de marcos en un orden determinado. Es decir, para ir a un lugar quizá era necesario cruzar no una puerta, sino cinco, en un orden concreto. Cada puerta lleva a una sala o pasillo con otras puertas, y muchas comunican con el exterior, de forma que, si al atravesar la secuencia de marcos correctos salimos al exterior del templo, nos integramos en esa realidad, y si no hemos completado ninguna secuencia concreta, reiniciamos el proceso.
Naturalmente, no sabemos nada de esto cuando entramos, por lo que podemos terminar muriendo en otra época diferente, quizá sin llegar a saber siquiera si estamos en nuestro pasado, nuestro futuro, o una posible realidad que nunca llegó a suceder. Nuestras acciones pueden incluso provocar el colapso de la compleja máquina, lo que básicamente convertirá el templo en un agujero negro, condenando a todo Erech.
A parecer los hombres cobra ya han logrado introducir en nuestra línea temporal otros cambios de los que hasta este momento no habíamos sido conscientes. Si en lugar de encaminarnos al Templo de las Mil Puertas para explorarlo nos dirigimos al encuentro de los ciclopes, los veremos negociando con una delegación de hombres cobra. Entre estos, además de los que ya conocemos, hay algunos que parecen proceder de otra época, revestidos de armaduras doradas y armados con espadas, en lugar de vestir pantalones y botas de trabajo y cargar con bandoleras de herramientas y pistolas láser, como los vistos hasta ahora.
Los nuevos hombres cobra carecen también de la ancha corona característica de estos seres, y tienen unos cuellos largos y estilizados, más similares a los de las víboras que a los de las cobras. Sus naves son también mayores que las típicas naves cobra, y doradas en lugar de plateadas. ¿Son acaso una versión de los hombres cobra llegada de otro mundo, o de una realidad paralela en la que evolucionaron de forma diferente?
Aunque la exploración del Templo de las Mil Puertas y el desbaratar lo que los hombres cobra estén tratando de hacer en él es nuestro cometido principal, el asunto de los ciclopes me resulta más interesante. Hay varias formas de enfocarlo; podemos reunir un ejército para tratar de exterminarlos antes que se organicen y se alíen a los hombres cobra, o podemos buscar la forma de ganárnoslos para ponerlos de nuestro lado. Los ciclopes son igual de salvajes como amigos que como enemigos, por lo que ambas opciones son igualmente peligrosas e impredecibles.
Un tercer objetivo es la reconquista de Puerto Raisa, ahora en manos de bandas de criminales que se aprovechan de la falta de fuerzas del orden desde que la ciudad fue devastada por los Espíritus del Fuego. Un asunto que parece intrascendente comparado con lo que puede implicar permitir que los hombres cobra controlen El Templo de las Mil Puertas o que los gigantes se alcen como un ejército… pero también derrotar a Polifemo era una misión secundaria en su momento, y toda la historia de este librojuego deriva de ella.
Puedes leer una reseña sobre el siguiente pulsando aquí.
El Templo de las Mil Puertas. 2014. Pompeyo Reina (texto) Isidre Monés (portada e ilustraciones). Imperio Cobra nº 2. Publicado en 2017 por Nosolorol Ediciones.
Que bien ampliaba el trasfondo del juego, un detalle muy bueno lo de contar la misma historia con variantes para mostrar los cambios en el continuo espacio tiempo. Me ha gustado mucho el Templo de las Mil puertas y su forma de viajar por él, hay un relato de George R.R. Martin, la ciudad de piedra, creo que se llamaba, algo similar.
ResponderEliminarSí, la verdad es que se lo tomó en serio. El relato de Martin no lo he leído. Me desencanté de él cuando intenté leer los libros de Canción de Hielo y Fuego, pero sus relatos cortos me gustan mucho.
Eliminar