LA NUEVA HUMANIDAD

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

El bolsilibro de hoy es flojito. No tanto por la historia en sí como por las incongruencias que tiene. Está lleno de sinsentidos y detalles que parecen improvisaciones de última hora, y en general no ha sido una lectura provechosa. Aun así, lo reseñamos igual, para que cualquier aficionado a los bolsilibros que lo encuentre y se plantee el comprarlo sepa a lo que se expone. 

Empieza bien, con una tripulación de cuatro hombres aterrizando su nave espacial, la Audaz, en la superficie de Venus.  Se nos dice que llevan diez años de viaje, explorando y tomando muestras de varios mundos del sistema solar. Venus es su última parada antes de regresar a la Tierra. 

Nuestro protagonista es Patrick Gardner. A él le toca quedarse a bordo de la Audaz mientras los otros tres salen a ver el panorama, enfundados en sus trajes espaciales. Mantienen comunicación por radio, y los exploradores le van contando a Patrick lo que encuentran: plantas y gusanitos. Tras una pausa especialmente larga, uno de sus compañeros llama a Patrick para decirle que selle la nave y despegue. De algún modo los gusanitos se han filtrado en los trajes y se han comido vivos a los otros dos. Al que habla se le están comiendo los pies en ese momento, es incapaz ya de llegar a la nave, y ordena a Patrick que regrese a la Tierra de inmediato.

Patrick despega y vuelve aterrado a la Tierra, aterrizando en ella tras cuarenta y ocho horas de viaje. Esto es lo primero que no me cuadra. Si la nave es tan avanzada que permite un vuelo directo de Venus a la Tierra en dos días ¿realmente hay necesidad de tener a los cuatro tipos viajando de un planeta a otro diez años seguidos, durante los cuales, además, se nos dice que no tenían comunicación con la Tierra? Si la misión comenzó hace diez años, pero pueden permitirse esa velocidad de desplazamiento, eso implica que la mayor parte del tiempo debieron dedicarla a explorar los planetas con muy breves vuelos de uno a otro. 

Todo esto implica cuestionar otra serie de cosas, como la capacidad de almacenamiento de comida y químicos para renovar el oxígeno que pudiera tener, suficientes para mantener a cuatro personas durante esos diez años. Y debemos suponer que en ninguno de esos mundos que exploraron había bases donde reaprovisionarse, porque en ese caso habría sido más fácil que la exploración la llevara a cabo el propio personal de la base. Y, en cualquier caso, no puedes tener durante diez años a cuatro hombres mirándose las caras unos a otros cuando son capaces de volver a la Tierra en cuestión de un par de días. Pero dejemos esto. Ya no volvemos a Venus, así que los entresijos del viaje espacial dejan de ser importantes.

Patrick se dirige a su base, en Inglaterra. Aterriza sin decir nada a nadie, según el autor, para no alertar a la prensa y no crear un drama en torno a la muerte de los otros tres tripulantes. Y bueno... no. Ya para aterrizar un avión comercial o una avioneta particular hay que comunicarse con antelación con la torre del aeropuerto para coordinar el tráfico aéreo, preparar al personal necesario, verificar el clima, el estado de la pista, etc. ¿Cómo vas a aterrizar con una nave espacial sin avisar, y más aún tras diez años de ausencia en los que pueden haber cambiado todos los protocolos de seguridad? El caso es que lo hace, aterrizando a ojo en una pista con todas las luces apagadas. 

La base está abandonada, por lo que Patrick decide ir hasta Londres a pie. Ya en la ciudad (igualmente abandonada) se encuentra con un niño pequeño llamado Peter que le cuenta lo ocurrido. La Tierra ha sido conquistada (hace poco) por un ejército de millones y millones de robots salidos de nadie sabe dónde. Estos robots han incinerado a la mayor parte de los humanos y capturado al resto. Todos los supervivientes del mundo están encerrados en un solo lugar que casualmente no queda lejos de Londres. 

El lugar en cuestión es una ciudad gigantesca. Patrick calcula que podría albergar cómodamente a treinta millones de personas. Sin embargo, cuando se infiltra en ella, encuentra fácilmente todo lo que busca. Todo es muy casual y Patrick va encadenando tremendos golpes de suerte uno tras otro. Los millones de robots de la ciudad no le ven porque tras conquistar el mundo su creador (un científico loco alemán) pensó que, puesto que ya no quedaban humanos libres, los robots no necesitarían sus detectores de humanos y se los desmontó a la mayoría. Los únicos robots que pueden verlo tienen la capacidad de hipnotizarle, pero resulta que Patrick llevaba en un bolsillo unas pastillas anti-hipnosis que le dieron al partir de la Tierra, por si explorando el Sistema Solar se encontraba con algún alienígena capaz de hipnotizarlo. Una joven prisionera a la que rescata resulta ser la hija de un científico que tenía algún tipo de información vital sobre los robots… o algo así. Admito que llegado a este punto ya no estaba prestando demasiada atención.

El caso es que, mediante una serie de maniobras que no detallaré porque tampoco son especialmente interesantes, logra rescatar a todos los supervivientes, acabar con el científico loco que construyó los robots, y hacer que todas las ciudades del mundo (pobladas ahora solo por robots, y cada una con su propia reserva de supermisiles) se disparen unas a otras destruyendo de golpe a todos los robots del planeta. Y entre una cosa y otra no creáis que el mozo pierde el tiempo, pues deja enamorada perdida a esa primera prisionera que rescató, que todos sabemos que tras un apocalipsis hay que pensar en repoblar el mundo. 

En fin… ya sabéis que la calidad de los bolsilibros era tremendamente dispar, e igual te encontrabas con historias magníficas que otras flojísimas. Procuraré elegir uno mejor para la próxima vez.

Puedes repasar otro libro de este autor pulsando aquí.

La nueva humanidad. 1984. Law Space [Enrique Sánchez Pascual] (texto) García (portada). La conquista del espacio nº 702. Editorial Bruguera.