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lunes, 21 de noviembre de 2022

ALIENS: ALCHEMY

  EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Este tomo, publicado por Norma Editorial en 2003, recopila los tres comics originales de Aliens: Alchemy (Alquimia). Llama la atención que el dibujante sea Richard Corben, cuyo estilo no parece muy adecuado para una historia de Aliens, pero no hace un mal trabajo. 

La trama tiene lugar en un planeta llamado Emerson. En él se ha formado una pequeña colonia humana (llamada también Emerson) que prospera muy lentamente ya que, al parecer, carecen de los adelantos tecnológicos que siempre se facilitan a los colonos. Los ciudadanos de Emerson viven del cultivo y la ganadería, que se lleva a cabo por métodos tradicionales, y solo recientemente, más de cien años después de su llegada al planeta, han logrado aprovechar el vapor para obtener electricidad.

El motivo de este atraso tecnológico es que el culto al Padre Primero (la religión que se ha desarrollado en este mundo) prohíbe que se acceda a los conocimientos que los colonos originales trajeron consigo en la nave. Consideran que la nave (a la que llaman El Arca) es terreno sagrado, y la tecnología algo pecaminoso debido a que en anteriores intentos de acceder a ella quienes entraron a la nave murieron de una extraña enfermedad. Sin embargo, han pasado doce años desde ese último intento, y el alcalde de Emerson ha convocado un referéndum para decidir si intentarlo de nuevo pese a la oposición del legado Muir, líder de la orden.

La protagonista es la sargento Rachel Newcomen, miembro del escaso cuerpo de policía. Los delitos son muy raros en una comunidad tan pequeña, y los crímenes de sangre algo impensable, por lo que la labor de la policía (armada con cuchillos y ballestas, ya que Emerson carece de armas de fuego) es más disuasoria que otra cosa. 

Rachel se encuentra con su hermano Toch, al que hacía algún tiempo que no veía. Toch forma parte de esta orden religiosa y Rachel sabe que estaba planteándose dejarla, pero al parecer su fe se ha renovado por algo que ha visto mientras meditaba a la entrada del Arca. 

Poco después, los miembros de la orden avisan a las autoridades del asesinato de uno de sus sacerdotes. Rachel forma parte del grupo encargado de investigar el caso, y lo que encuentra es un cuerpo destrozado, aparentemente por uno o más animales salvajes. 

A partir de este primer incidente los asesinatos en Emerson se suceden, tanto dentro de la ciudad como en los alrededores de esta, no hay ningún indicio de quien o que pueda ser el culpable, y el legado Muir aprovecha esto para su sermón. Según él todo es un castigo divino por la pretensión de acceder al Arca y tomar la tecnología prohibida que se guarda en ella.

Una semana después, investigando otro crimen en una granja alejada del pueblo, la patrulla de Rachel es atacada por la misteriosa criatura, que naturalmente, es un alien. La bestia, para ellos algo totalmente desconocido, se mueve a una velocidad aterradora repartiendo mordisco y zarpazos entre los agentes. Los virotes de ballesta que disparan contra el monstruo se funden en cuanto hacen brotar su sangre ácida. Únicamente Rachel se salva cuando su capitán logra herir de cierta gravedad al alien con un cuchillo. Esto le vale al capitán una rociada de sangre ácida que acaba con él, pero el monstruo se retira. Al día siguiente, Rachel despierta en el hospital con el cuerpo lleno de contusiones, y siendo la policía de mayor graduación de entre los pocos que quedan con vida. 

La consejera del alcalde, que es la principal defensora de recuperar la tecnología del Arca, convence a Rachel de que lo haga ella por su cuenta y en secreto. La envía primero al templo de la orden, donde accede a una sala prohibida para todos salvo para los miembros de mayor rango. En esa sala, perfumada con un extraño incienso, halla el cadáver reventado desde dentro de su hermano, Toch, y a lo poco que queda de un sintético. 

El sintético, apenas funcional ya, le revela toda la historia. La ciudad fue fundada hace algo más de cien años por los supervivientes de la nave colonial Emerson, que dio nombre al mundo en el que aterrizaron. Este nunca fue su mundo de destino, pero la nave sufrió un incidente durante el viaje. Un virus escapado del laboratorio se esparció matando a todos los tripulantes adultos. Los niños se salvaron porque se encontraban en una zona que pudo ser aislada por el sintético de a bordo, inmune al virus. Este sintético crio y cuidó a los niños hasta la llegada al planeta, y los educó y mantuvo a salvo durante los primeros años. Al no poder acceder a las áreas contaminadas, donde se encontraban los bancos de conocimientos, planos y herramientas especializadas, la sociedad se desarrolló de forma muy básica. 

Algunos de estos niños crearon un culto en torno a dos cosas, un libro impreso en papel (sobre una visión poética y desdibujada de la ecología, que rechazaba toda industria y progreso) y el propio sintético, que es en realidad el Padre Primero del que habla el culto. Sin embargo, Rose, la fundadora de esta nueva religión, se dio cuenta que la gente escuchaba las palabras y consejos del sintético, pero no los suyos. Cuando el sintético propuso tratar de rescatar la tecnología de la nave, tras varias décadas de cuarentena para dar tiempo al virus a morir, falto de portadores, Rose decidió quitarlo de en medio. Sus seguidores lo despedazaron y redujeron a los pocos restos que Rachel tiene delante.

A la muerte de Rose, el legado Muir tomó su lugar. A fin de mantener su estatus y vivir del culto, sin necesidad de hacer ningún trabajo físico, Muir ha seguido prohibiendo el acceso al Arca y basando su religión en inculcar el miedo a la tecnología, porque cuanto más dura y difícil sea la vida de la gente, más se aferrarán a la fe para sentirse seguros. 

No se nos explica por qué la nave llevaba huevos de alien a bordo. En otros comics de Alien se indica que es posible obtener ciertos fármacos de los xenomorfos. Fuera este u otro el motivo, lo cierto es que en el Arca aún queda una pequeña reserva de ellos. 

El debate sobre si se debería entrar al Arca a recuperar la tecnología almacenada en ella hizo que Muir convenciera a Toch de que debía sacrificarse por el bien de todos, convirtiéndose en anfitrión de una de las criaturas. El alien que surgió de él es la criatura que ahora anda suelta por Emerson masacrando a la población. Muir se siente a salvo de sus ataques, porque el incienso que queman en su templo imita el olor de estos, haciendo que la criatura no detecte a los humanos cercanos. Muir obtuvo todos estos conocimientos sobre la biología de los aliens por boca del propio sintético, cuya programación le obliga a resolver cualquier duda que le planteen los humanos a su cargo. 

El sintético también revela a Rachel una clave verbal para acceder a la armería del Arca, y le explica el funcionamiento de las armas de fuego y explosivos. Tan pronto como Rachel consigue un fusil de asalto y una granada vuela por los aires la sala de incubación de los huevos de alien que quedan, y va en busca de Muir. Este se encuentra rezando junto a los miembros destacados de la orden en una sala de la propia Arca, que es donde se refugia el alien cuando no está de caza. A falta de una reina a la que servir, el alien regresa por instinto a lo que él considera su nido, junto al resto de huevos. 

Rachel apaga el incienso en torno al cual Muir y los suyos rezan, sofocándolo con uno de los huevos de alien abrasados por la granada. Esto atrae al alien, que desata su furia sobre el culto. Mientras se entretiene matando a los sacerdotes, Rachel logra hacer funcionar el fusil de asalto, acribillando a la criatura y acabando con la pesadilla de Emerson.  

Al final se nos revela que fue lo que Toch vio en el Arca que le hizo recobrar su fe en el culto lo suficiente como para convertirse en anfitrión del alien. Un antiguo sistema de seguridad de la nave, todavía en funcionamiento, hace aparecer por los corredores el holograma de un guardia de seguridad, excesivamente brillante y trémulo por pequeños fallos en la emisión. Un simple automatismo inofensivo que Toch interpretó como que el Padre Primero se aparecía ante él para demostrarle que sus creencias eran reales.

No está mal. Me gusta el estilo de dibujo de Corben, pero no acabo de verlo adecuado para este tipo de comic. Los personajes de Corben siempre parecen estáticos. Incluso cuando los dibuja corriendo parecen más estar posando que moviéndose, y un comic de Alien necesita movimiento. Debe ser algo frenético.  

Aun así el comic se hace cómodo de leer. Y la historia recuerda mucho a esos capítulos de Star Trek (hay dos o tres con esa temática) en los que la población de un planeta ha basado su cultura en una novela cualquiera que la primera generación de colonos confundió con un texto sagrado o un manual de instrucciones. 

Más cómics de Alien pulsando aquí.

Aliens: Alchemy. 1997. John Arcudi (guion) Richard Corben (dibujo). Publicado en 2003 por Norma Editorial. 

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