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jueves, 15 de diciembre de 2022

ALIENS: SALVACIÓN & SACRIFICIO

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Más comics de Alien. Esta vez son dos historias breves recopiladas en un solo número. Tienen diferentes guionistas y dibujantes, pero un tema común: los aliens desde una perspectiva religiosa. 

Aunque el tema de la religión no se ha tratado en las películas, está presente en los comics desde el inicio. La primera serie de comics sobre estas criaturas (Alien: Nostromo) ya planteaba el que las reinas alien controlan a sus guerreros por telepatía, y que en ocasiones este control mental afecta también a humanos de personalidades más débiles. Los afectados perciben esto como una conexión divina, tienen un repentino despertar religioso centrado en los aliens, les ayudan voluntariamente, e incluso son respetados por estos. A cambio los aliens les permiten moverse entre ellos sin atacarlos... hasta que llega un momento en que la reina alien deja de necesitarlos y entonces los masacran, claro.

Estos dos comics nos muestran lo contrario; los aliens vistos desde la perspectiva de gente que ya profesan una religión antes de encontrarse con ellos, y los perciben no como ángeles o dioses, sino como los demonios de su religión. 

La primera historia es Salvación (1994), con guion de Dave Gibbons y dibujo de Mike Mignola. El protagonista es Selkrik, cocinero del Nova Maru y profundamente creyente. El Nova Maru es un pequeño carguero cuya tripulación ha sido contratada en un planeta empobrecido. No tienen apenas preparación ni disciplina y todos hacen lo mínimo imprescindible para sacar su trabajo adelante. 

Mientras viajan cerca de un planeta no habitado por humanos, se produce algún tipo de incidente y su cargamento escapa. El cargamento, naturalmente, son aliens, algo que todos ignoraban salvo el capitán Foss y la primer oficial Dean. Foss aparece de pronto, armado y malherido en la sala en la que se encuentran el resto, que aún no se han enterado de lo que ocurre. Dispara contra uno de ellos y se lleva con él a Selkirk, por considerarlo el más débil y manipulable. La única capsula de escape de la nave es de dos plazas, y si se lleva a Selkirk con él no es por salvar a alguien más, si no porque sus heridas le impiden pilotarla. Ambos escapan de la nave, dejando al resto de la tripulación a merced de los aliens.

Desde el momento en que aterrizan en el mundo, Foss amenaza a Selkirk para que cuide de él, y le consiga agua y comida. Aunque están en una jungla y la vegetación y vida animal abundan, algo en su composición hace que el organismo humano no las tolere. Las provisiones de la capsula de salvamento se agotan rápidamente, y la falta de calmantes termina por volver loco a Foss, cuyo cuerpo está corroído por el ácido de los aliens. Selkirk se ve obligado a matar a Foss al defenderse de él. Y, a falta de otra cosa, corta la parte intacta de su cuerpo en pedazos, lo asa y se lo come. Tras esto, emprende la marcha en busca de los restos de la Nova Maru, a la que ha visto perder la órbita y estrellarse en el planeta. Tiene la esperanza de poder recuperar algunos alimentos de su interior, además está emitiendo una señal de rescate. 

Por el camino va siendo presa de insectos y enfermedades, mientras consume los trozos de Foss que le quedan. Y descubre que los aliens han sobrevivido a la caída de la nave y se están extendiendo por el planeta. La vida nativa, animales similares a los de la Tierra, no tienen ninguna defensa contra ellos. Selkirk está a punto de rendirse, agotado y desesperado, pero se encuentra con Dean, la primer oficial del Nova Maru, que también ha sobrevivido. 

Esta le habla de una segunda capsula de salvamento con la que pueden escapar del planeta. Afirma ser la única que queda de la tripulación además de él, y que juntos pueden llegar hasta la nave y sobrevivir a todo ese horror. Dean se muestra sorprendentemente valiente y dura, y en el estado en el que se encuentra Selkirk, este no duda en ningún momento de sus palabras. Al lector atento no le pasará por alto que la estancia en el planeta no parece haber hecho mella en Dean, mientras que Selkirk está hecho un guiñapo bajo las mismas condiciones.

Ambos logran abrirse paso hasta el interior de la Nova Maru, y allí quedan separados durante el ataque de un grupo de aliens. Selkirk pone a prueba las fuerzas y la fe que le quedan, y contra todo pronóstico llega hasta el compartimento donde se supone que está la segunda capsula de salvamento. Allí se reencuentra a Dean, a la que los aliens han destrozado. Resulta que ella era una sintética, puesta a bordo de la nave por la compañía para priorizar el cumplimiento de la misión. Y la misión era soltar la carga en ese mundo, convirtiéndolo en una reserva biológica de los aliens, un criadero a escala planetaria de donde poder ir a recoger especímenes cuando los necesitaran. 

El escape accidental de los especímenes y la precipitada huida de Foss ha disparado una señal automática de solicitud de rescate.  Puesto que la presencia humana en ese mundo ya ha quedado revelada, para obtener unos derechos exclusivos sobre el planeta, la compañía necesita que haya en él un superviviente humano perteneciente a su plantilla. La intención de Dean era criogenizar a Selkirk y dejarlo en una órbita estacionaria en torno al planeta, eternamente congelado, como un activo de la compañía que permitiría a esta reclamar el mundo como colonizado a efectos legales.

Dean cuenta todo esto a Selkirk porque está demasiado averiada para cumplir con esta misión. Precisa la colaboración de Selkirk, y con su simple mentalidad de sintética da por hecho que Selkirk, como propiedad de la compañía, llevará a cabo lo que se le ordene tal como hace ella. 

La respuesta de Selkirk es rematarla y activar el sistema de autodestrucción de la nave, muriendo en la explosión y volando todo rastro de la compañía sobre el planeta. Esto acaba con la reina y la mayoría de los aliens, que aún anidaban entre los restos. Al no quedar el mundo como propiedad exclusiva de la compañía, puede ser intervenido militarmente por los marines para acabar con las criaturas remanentes.  

En Sacrificio (1993), con guion de Peter Milligan y dibujos de Paul Jhonson, la protagonista es Ann McKay, predicadora y única superviviente de una nave que se estrella en un mundo cualquiera. Tiene la suerte de ser encontrada por los miembros de una pequeña y estancada colonia de la que la Tierra parece haberse olvidado. 

Es mal recibida porque los colonos vieron caer la nave y dieron por supuesto que sería un transporte de marines que venía a encargarse de su problema… un alien que apareció por allí nueve meses atrás, en el interior de un carguero, y desde entonces ha estando rondando la colonia y cazando a cuantos puede. 

Ann se incorpora a esta pequeña comunidad, pero sus habilidades profesionales se limitan a predicar y echar sermones, con lo que nadie la considera realmente útil. El único que parece interesado en ella es John Masters, pero su interés por Ann es como posible pareja. 

Ann no tarda en descubrir como los colonos mantienen a raya a la criatura estando desarmados: le ofrecen sacrificios humanos. Al principio se enfrentaron contra él, pero luego optaron por aplacarle. De algún modo llegaron a un acuerdo tácito con la criatura. Disponen de un laboratorio que les permite producir bebés clónicos imperfectos. Estos bebés solo viven durante unas pocas horas, por lo que son del todo inviables como nuevos colonos. Lo que hacen con ellos es ofrecérselos al alien, abandonando uno en el exterior de la colonia cada dos días, siempre en el mismo lugar. 

Para Ann esto es inaceptable. Aunque se trate de clones y vayan a morir de todos modos en pocas horas, con alien o sin él, cree que tienen un alma que debe ser salvada. Ann considera que el alien es un demonio bíblico. Se obsesiona en particular con sus ojos. Cree que si logra mirarlo directamente a los ojos, sabrá si es o no un demonio. Y en realidad parece desear que lo sea, porque si puede confirmar que los demonios existen, eso significará que Dios también. 

Convencida de estar haciendo lo correcto, sabotea uno de estos sacrificios robando al bebé antes de la aparición del alien. Este, como represalia, asalta la colonia matando e hiriendo a varias personas. Ann trata de convencer a los colonos para que se enfrenten todos juntos al alien, pero esto es algo que ya han intentado antes, sin más resultado que perder a varios hombres cada vez. Ann toma entonces la decisión de predicar con el ejemplo y enfrentarse ella sola al alien. Si le vence, acabará con el problema. Si pierde, alimentará al alien durante más días que uno de los pequeños bebés.  

Masters le entrega una granada, la única arma de verdad que les queda. Armada con esto y con una lanza, Ann marcha al punto del sacrificio a esperar al alien. Cuando este se presenta y Ann se da cuenta que va a morir, aparecen un montón de colonos armados con lanzas y redes y acosan al alien hasta dirigirlo a un enorme foso que al parecer han cavado y llenado de estacas en un tiempo récord. Esto es bastante inverosímil. Casi cualquier otro tipo de trampa improvisada habría resultado más creíble, pero pase. 

Cuando el alien está malherido en el foso, atrapa con la cola a Ann y la arrastra con él. En lugar de tratar de salir, Ann decide lanzarse sobre la criatura y detonar la granada. Su único deseo es tener la oportunidad de mirar a los ojos al alien antes de morir, para confirmar que es un demonio y, por tanto, que toda su vida dedicada a la oración y la abstinencia no ha sido en vano… pero cuando lo ve de cerca se percata que el alien no tiene ojos. La granada estalla matando a la criatura y dejando inconsciente a Ann.

Cuando despierta, está de nuevo en la colonia. La explosión del alien salpicó su rostro con ácido, dejándola ciega y probablemente desfigurada. Pero oye la voz de Masters hablándole, y siente la mano de Masters sosteniendo la suya, y llega a la concusión que no hay demonios, ni dioses, solo hombres. Y con eso le basta.

A pesar de su tema común, las dos historias son muy diferentes en estilo de dibujo y la forma en que están narradas. Bastante buenas las dos, cada una a su manera. Es cierto que estas mismas historias podrían haberse contado con otro montón de monstruos y no habrían cambiado en nada sustancial, pero es cierto también que los aliens quedan bien en el papel de demonios. Su forma humanoide, oscura, dotada de una larga cola, como se representaba también a los demonios en el medioevo. Y otros detalles, como que infecten a los humanos entrando a través de su garganta (como un símil del pecado original, cometido al tragar un mordisco de una fruta prohibida), el que este “pecado” se geste en el interior del humano hasta brotar de él convertido en un monstruo, etc. Se puede jugar mucho con eso.

Puedes repasar todo que publicamos anteriormente relacionado (en mayor o menor medida) con Alien pulsando aquí.

Aliens: Salvation & Sacrifice. Varios autores. Publicado en 2006 por Norma Editorial.

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