EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, bárbaros lectores.
Cuarta aventura de Conan el bárbaro, basada en uno de los relatos de Robert E. Howard más famosos y mas veces adaptado a otros medios. Incide de nuevo en el tema de los alienígenas, presentándonos una peculiar raza de seres antropomorfos de piel verde y testas elefantinas, llegados desde otro planeta.
Conan se encuentra en Zamora, también conocida como La ciudad de los ladrones. Ha estado recopilando rumores sobre la famosa Torre del Elefante que se alza en medio de la ciudad. Es un estilizada torre blanca, completamente recubierta de joyas, que emite una brillante luz irisada. Que exista tal acumulación de riqueza en la misma ciudad de los ladrones y ninguno de ellos se atreva a tratar de apoderarse de ella es algo que fascina y desconcierta al aún joven bárbaro.
La torre es el hogar de Yara, un poderoso mago al que los zamoranos temen. La magia es también lo único que asusta a Conan, pero está dispuesto a intentarlo. Por la gente de la ciudad ha averiguado que la torre está vigilada por un solo guerrero además de “otras cosas”. Conan todavía es totalmente impulsivo y atolondrado. No hace planes a largo plazo. Un solo guardia no le preocupa, y de las otras cosas se ocupará cuando aparezcan, si lo hacen.
Se cuela en los jardines que rodean la torre, encontrándose al guardia ya muerto. Taurus, otro ladrón, ha elegido precisamente esa misma noche para entrar a robar a la torre. Conan y Taurus deciden trabajar juntos para conseguir El Corazón del Elefante, la mas valiosa de las joyas de Yara.
Las "otras cosas" que protegen la torre resultan ser unos leones extrañamente silenciosos que vigilan el jardín y una gigantesca araña que guarda el interior de la torre. Esta araña acaba con Taurus, pero Conan logra librarse de ella aplastándole la cabeza con un pesado cofre de joyas.
De hecho, todo está lleno de joyas. Las hay tiradas por el suelo, como si Yara no les diera mucho valor. Es una auténtica fortuna lo que hay a los pies de Conan. Este podría coger unos puñados simplemente agachándose y luego salir corriendo de la torre y sería rico durante una buena temporada, pero ya está intrigado por el Corazón del Elefante. ¿Cuan valioso puede ser, si se guarda en una torre cuyos muros exteriores ya están de por sí cuajados de pedrería? El joven bárbaro se interna más en la torre, y llega hasta una sala en la que una extraña criatura aguarda entre sedas y perfume de incienso… pero encadenada.
La criatura es un humanoide de piel verde con una desproporcionada cabeza de elefante. Parece estar ciega, y al principio confunde a Conan con Yara. Al darse cuenta que no es él, le cuenta la historia de como llegó hasta la Tierra, junto con varios más de su raza, hace cientos de miles de años. Algo en la atmósfera enfermó y destruyó sus alas, con las que volaban entre planetas. Eso los dejó varados en la Tierra. Uno tras otro fueron muriendo hasta que solo él quedó. Yara es únicamente un brujo insignificante que trescientos años atrás lo engañó y esclavizó, y mediante torturas ha estado sonsacándole sus secretos y poderes.
La criatura, llamada Yag-Kosha, implora a Conan que lo mate, y que luego lleve una esfera de cristal que hay junto a él a Yara, y le haga tocarla. Conan, compadecido de la criatura, le atraviesa el pecho con su espada, y luego toma la esfera.
Encuentra a Yara en otra sala, sumido en el sopor narcótico del loto. Le despierta y entrega la esfera, que es el famoso Corazón del Elefante. Al tocarla, Yara es absorbido por la esfera. Mirando en su interior, Conan ve como esta parece haber trasladado a Yara a otro universo, en el que también está el alma de Yag-Kosha. Este ha recuperado sus alas, sus ojos y su poder, y persigue al ahora indefenso Yara para atormentarle como él mismo fue atormentado por Yara durante los tres últimos siglos.
Conan abandona rápidamente la torre y sus extraños prodigios, y poco después esta se derrumba, reduciéndose a polvo junto con todas las joyas que la recubrían. El bárbaro se aleja sin haber podido conservar ni una pequeña gema, pero sintiendo que ha hecho lo correcto.
Conan nació y pasó su adolescencia en una cultura bárbara, sin acceso a conocimientos más allá de lo práctico, de lo que pudiera necesitar para sobrevivir en su día a día. A pesar de ello, se nos presentaba en las novelas como alguien con una mente muy abierta y desarrollada, al que ya nada parece sorprender. Sin duda toda la experiencia que acumuló con sus frecuentes encuentros con alienígenas, criaturas de otros planos y tecnología avanzada expandieron su entendimiento y su cosmovisión de las cosas mucho más allá de lo normal en la gente de su época. Es curioso que la magia siempre siguió provocándole una repulsa instintiva, mientras que el saber que estaba ante seres de otros mundos le resultaba más natural e incluso le hacía sentirse, como en el caso de Yag-Kosha, más humilde.
Puedes ver la reseña de una aventura posterior pulsando aquí.
The Tower of the Elephant. 1970. Roy Thomas (guion) Barry Smith (dibujo). Conan the barbarian Tomo 1, nº 4. Publicado en 2018 por Editorial Planeta S.A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario