EL ARCHIVO
Bienvenidos al Archivo, investigadores.
Llevamos unos días sin emitir nuestro informe a todo el universo porque nuestro Supervisor General está enfermito. Y como en su desmedido ego le gusta pensar que sin él este planeta no funciona, cuando él no puede escribir los demás no hacemos nada, para que se sienta mejor 😁
Aún así, para no estar mucho tiempo fuera de antena, hemos recurrido otra vez a nuestro Archivo. Este es un artículo que nos viene que ni pintado para salir del paso mientras al jefe se quita lo pocho, porque trata precisamente sobre medicina. Se publicó por primera vez diciembre del 2020, en la revista virtual Figuras en Acción nº 23.
Como de costumbre el texto es nuestro, pero las imágenes y logotipos que lo ilustran fueron tomadas de internet, de diversas fuentes, y pertenecen en todos los casos a sus respectivos autores (los cuales se indican cuando los conocemos).
Actualmente, ya ningún psicólogo infantil ni pediatra discute que jugar es una parte fundamental del desarrollo mental y emocional de los niños, y una forma de preparación para la vida. Una primera escuela en la que los más pequeños adquieren experiencias propias de adultos, filtradas por su aún reducido nivel de comprensión.
Los juguetes más antiguos que se conocen, encontrados en cavernas de clanes prehistóricos, son armas en miniatura y muñecas. La supervivencia de la humanidad siempre se ha basado en una correcta combinación de la capacidad de defender a tu grupo, y de cuidar a los miembros más frágiles de este. Quizá por eso las armas o figuras bélicas y las muñecas o bebés siguen siendo los juguetes más comunes de todos.
Una variante relativamente moderna a la idea del bebé de juguete, es la de los sets de enfermería. En España, durante los convulsos años de la dictadura, los roles de género infantiles estaban muy definidos: pistolas y fusiles para los niños, y muñecas y sets de medicinas para las niñas. La obligación de los hombres era ir a morir a las guerras, y la de las mujeres criar más hombres para sustituirlos y cuidar de los que lograran volver vivos del frente. Dicho así puede sonar algo crudo, pero a fin de cuentas, incluso sin ser conscientes de ello, de niños jugamos para prepararnos de cara al futuro.
Los 60, y especialmente los 70, fue una época de gran proliferación de los juguetes debido al plástico. Los artículos de plástico sustituyeron rápidamente a los de madera, trapo y metal. Los juguetes pasaron de ser algo raro, a muy común. Un niño o niña de clase baja podía pasar de recibir un solo juguete (o ninguno) al año a una docena de ellos, mucho más coloridos, variados, baratos, y fáciles de limpiar.
Los juguetes relacionados con el ámbito médico y hospitalario estaban enfocados principalmente a las niñas por los motivos ya comentados. Se buscaba potenciar el hecho biológico de que la mente de la mujer está más orientada de forma natural al cuidado personalizado que a la defensa del conjunto. El resultado fue una verdadera avalancha de blísteres de medicinas e instrumental médico, de los que vamos a ver unos pocos ejemplos. La mayoría se encuadran en la década de los 70. En aquella época rara vez se hacía constar la fecha en los productos y tampoco había catálogos tan detallados como los que pueda haber ahora, por lo que la falta de detalles como año o fabricante es bastante común.
HOSPITAL DE LA SEÑORITA PEPIS
La Srta. Pepis fue una muy popular serie de juguetes para niñas que incluía muñecas, sets de artículos (hogar, supermercado, veterinaria…) y libros de pegatinas. Contaba además con algo insólito para la época: un servicio postal a través del cual las niñas podían enviar cartas a la “auténtica” Srta. Pepis para hacerle preguntas, pedirle consejos, o simplemente mantener una correspondencia regular, y que siempre respondía. Podríamos decir que la Srta. Pepis fue “la Barbie antes de Barbie”.
Uno de los incontables productos que aparecieron sobre ella, fue este set de hospital, presentado en una caja de gran tamaño. Seguramente esto acaeció a finales de los años 60.
Probablemente se trate del conjunto de juguetes de medicina más completo de la época. Tiene varias docenas de artículos, incluyendo un estetoscopio, un microscopio, material quirúrgico, probetas y tubos de ensayo… además de otros elementos, más comunes, como vendas, esparadrapos, cajitas de pastillas o frascos de medicinas. Todo ello ordenadamente colocado en dos bandejas de plástico superpuestas, para darle un aspecto verdaderamente profesional. Tuvo que ser necesariamente un juguete bastante caro para su época.
Como es habitual en estos casos, la calidad de los complementos fue disminuyendo según pasaban los años. Como muestra presentamos sobre estas líneas un set vendido en caja a finales de los años 70.
JERINGUILLA MÁGICA DE LA ENFERMERA PUPITA
Un juguete bastante elaborado, fabricado por la casa Somdos, y uno de sus mayores éxitos de ventas. No sabemos con certeza cuándo comenzó a venderse, pero seguramente fue a finales de los 60.
Este pequeño set se compone únicamente de una jeringuilla y dos frasquitos de inyectables. La aguja es retráctil, por lo que al presionarla contra el cuerpo parece hundirse en él. Al tirar o presionar el émbolo, una lámina roja se hace visible o se oculta, simulando que se está extrayendo sangre de un paciente o que se le está inyectando alguna medicina.
Esto debía ser toda una novedad en la época, por lo profusamente que se explica el funcionamiento de la jeringuilla en el cartón del blíster.
SET DE PEDIATRÍA DE MASSANA
El primero de los sets que veremos que, además de instrumental, incluye un paciente al que cuidar, en este caso, un bebé o infante. El set no es especialmente prolijo, ya que sólo se compone de una bandeja con cinco accesorios, todos ellos típicos de enfermería.
Seguramente el pack se fabricó a principios de los años 70 e incluye una ilustración muy de la época de dos niñas (una de ellas con bata y cofia de enfermera) cuidando de una muñeca junto a un perrito. Destaca la frase “Todo lo chiquitito me hace a mí, gracia”, que es una línea de una nana que se canta a ambos lados del Atlántico. La “S” azul de la esquina inferior derecha de la ilustración es el logo de Massana.
Massana produjo otros juguetes relacionados con la medicina, como estos dos que mostramos a continuación.
Ambos son algo más tardías, seguramente de mediados o finales de los años 70. “Botiquín” incluye muchos accesorios pero menos detallados que el blíster anterior, mientras que el segundo set podría pertenecer a una categoría inferior de precios, ya que todos los accesorios son rojos y sin pegatinas ni detalle alguno.
SET DE ENFERMERA DE JOPAR
Otro conjunto de artículos de medicina general de mediados de los años 70. Vemos un termómetro, unas pinzas, un par de cajitas de vendas, otro par de frascos (probablemente inyectables), y una caja de Axpirinas. Si, Axpirinas, no Aspirinas, no sea que haya problemas con la utilización indebida de la marca comercial.
Lo que más llama la atención de este set, son las gafas. Hoy en día ya no es tan común, pero antiguamente se relacionaba el uso de gafas con la inteligencia. La gente que llevaba gafas era “más lista” que la que no las llevaba. Esto se debía a que la iluminación eléctrica en España no era tan eficiente como ahora. En muchas áreas rurales se seguía dependiendo totalmente de la luz natural, y cuando esta desaparecía, se recurría a velas o quinqués de petróleo. Incluso si este no era el caso, la luz eléctrica en los hogares era tenue en el mejor de los casos, y amarillenta en lugar de blanca. Esto degradaba más rápidamente la vista de los estudiantes, que debían pasar muchas horas repasando sus libros y apuntes con una iluminación deficiente. De ahí que los que se dedicaban a profesiones que requerían mucho estudio teórico eran más propensos a necesitar gafas. Quizá por eso alguien consideró que unas gafas eran imprescindibles para completar la imagen de enfermera.
CLINICA DE MUÑECAS
Un artículo curioso, presentado en un sobre de papel de Monta-Plex. Estos sobres se vendieron en una extensa época, desde los 60 a los 80. Sin embargo, podemos ajustar un poco más la fecha gracias al sello de “Garantía española de juguetes” situado en la esquina inferior derecha, que comenzó a emplearse durante los 70.
Tal como indica el sobre, representa una clínica de muñecas, lo que justifica la gran diferencia de tamaño entre las figuras de los pacientes y los escasos y extraños artículos médicos que incluye por duplicado: un estetoscopio dividido en tres partes, un martillo para comprobar los reflejos, una tabla que hace las funciones de camilla, y lo que parece un manómetro.
La ilustración y la tipografía son muy representativas de la época, pero mezclan un quirófano real con una muñeca desmembrada, lo que no deja de resultar algo perturbador.
SET DE ENFERMERA DE CAPRICHOS – CAB
Presentado en un blíster genérico de la casa Cab, tenemos este conjunto de juguetes compuesto por una enfermera (con bata y cofia de la Cruz Roja) y unos pocos elementos: jeringuilla, frasco de inyectable, colirio y (sorprendentemente) un tanque de oxígeno, con su mascarilla y válvulas de presión.
Estos sets solían componerse de tiritas, tijeras, cajitas de pastillas… cosas que toda niña de cinco o seis años relacionaba con la medicina. El incluir un tanque de oxígeno para respiración asistida parece un concepto bastante avanzado para los niños de la época, y sin embargo es un elemento recurrente en estos sets por algún motivo que se nos escapa.
Por su estilo, el juguete podría ser de finales de los años 70.
DOCTORA MARY-PERY de PERY
Este blíster es contemporáneo del anterior, y en él se observa ya un descenso de la calidad del juguete, no tanto en la fabricación de las piezas, como en lo inconexo de sus elementos. Aquí sí que se ve que han recurrido a lo que había disponible, pues mezcla herramientas de distintas especialidades como dentista, otorrino, primeros auxilios, un martillito para comprobar los reflejos… ¡y un microscopio!
El microscopio es más una herramienta de laboratorio, y su presencia llama la atención porque la mayoría de los niños y niñas a los que iba dirigido no debían saber muy bien cómo se usaba ni para que servía... pero ahí es donde entraba el adulto para poder explicarles lo básico para poder jugar con él, convirtiendo así un trozo de plástico inyectado en un elemento educativo y favoreciendo la comunicación entre padres e hijos.
Hay que decir que Pery fabricó bastantes más sets y maletines (otra categoría de juguete, daría para un artículo independiente), y ya entrada la década de los 80, algunos de sus productos tenían una calidad muy alta, comparable a la de otras marcas más caras como Feber, así que quizá este humilde blíster sea un ejemplo poco representativo de esta gran marca ibense.
BOTIQUÍN DE MISS MARY de BERDU’S
Este parece dar una especial importancia a la desinfección: entre otros artículos, vemos un frasco de alcohol, un vendaje marcado como “aséptico”, lo que parece ser un bote de jabón de manos, y un par de guantes de goma. Bastante curioso para pertenecer a una época en la que se permitía fumar en los hospitales, y en la que era incluso frecuente que el médico que te auscultaba o te revisaba los dientes lo hiciera con un enorme puro en la boca, echándote el humo a la cara mientras repetía indicaciones como “Tosa” o “Inspire profundo”. Seguramente este conjunto sea de los primeros años 80.
De este blíster es también interesante la forma que se le ha dado al cartón, que puede ser casual, pero parece representar un maletín médico o un botiquín portátil.
La casa Berdu´s también disponía de cajas muy completas al estilo de la de la Señorita Pepis, si bien el contenido de la misma no alcanza la calidad de este. Sirva como ejemplo la caja que aquí se muestra, que data, seguramente, de mediados de los años 80.
SET “BUB-BLE” de GOMARSA
Este otro set es algo posterior, seguramente de mediados de los años 80, pero conserva algunos elementos de los sets mostrados anteriormente: gafas, aspirinas, un estetoscopio, bolsa de agua caliente o cajita de algodón.
Lo más destacable es el esqueleto de plástico, que no encaja muy bien en un set de médicos… quizá de ortopedista, en cuyo caso no se entendería el uso de tiritas. Resulta obvio que las compañías que fabricaban estas baratijas de quiosco ya echaban mano de cualquier cosa que estuviera a su alcance y que no representara una inversión adicional, o, al menos, una inversión grande (como pueda ser el caso de las cajitas de cartón, tipo tiritas, algodón, etc.).
La imaginación de los niños podía convertir ese esqueleto en un paciente muy necesitado, o en un esqueleto para enseñar anatomía en clase, o en un monstruo que aterraba a las muñecas de la casa. A la hora de jugar, no hay límites.
SALA DE MATERNIDAD
Para terminar, un set que parece representar la sala de maternidad de un hospital. Probablemente esté hecho también a base de reaprovechar piezas previamente existentes: los bebés lucen bastante crecidos y están sobre camas en lugar de cunas. La bandeja de material medico incluye un termómetro, una jeringuilla y unas pincitas, lo que parece adecuado para una enfermera al cargo de unos cuantos bebés. Pero también hay unas grandes tenazas como las que se solían emplear para sacar muelas, algo que a sus pacientes todavía tardará muchos años en hacerles falta. El propio cartón, en el que vemos ilustraciones de Los Osos Amorosos, sin ninguna relación con los elementos que contiene el blíster, también parece un excedente reaprovechado de otro producto.
Este set probablemente se lanzó al mercado ya en los 90, cuando este tipo de artículos empezaban a importarse de forma masiva desde otros mercados, como el asiático, y ya no dependían de la producción nacional.
Por lo que veo, en tu planeta hay buenos doctores y buenos instrumentos para curar el mal que te atañe (aunque creo que falta por ahí una sierra...) ¡Espero que te recuperes pronto!
ResponderEliminarMuchas gracias, ya estoy mejor. Seguramente mañana retome el ritmo normal con todo, incluido el blog y las lecturas.
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