EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por... Pecky.
¡Saludos, amigos cinéfagos!
Hoy es San Patricio, y ya sabéis lo que eso significa. ¡Podrían haber leprechauns sueltos por ahí, y conviene no cabrearles!
Es posible decantar la balanza a nuestro favor vistiendo de verde, bebiendo té verde, whisky o cerveza, comiendo patatas fritas, asadas, hervidas o crudas, o lustrando bien unos zapatos. ¡Todo cuenta!
Hace poco conseguimos esta película, la primera de la saga. Ya habíamos comentado algunas, así que por si alguien quiere repasarlas en orden hemos reorganizado los enlaces y cortapegado aquí la explicación general sobre los leprechauns que dimos en otra entrada, para que todo quede más claro.
Hay seis películas de Leprechaun antiguas (la saga original) y dos modernas por el momento. Esas últimas no las tengo, ni tampoco la cuarta de la saga original. No es un gran problema, porque (como suele ocurrir en las sagas) todas van más o menos de lo mismo. En este caso, un leprechaun al que alguien roba (de forma expresa o accidental) parte de su tesoro, y de cómo este ser va dejando a su paso un rastro de cadáveres para recuperarlo.
La saga original contó con Warwick Ashley Davis en el papel del leprechaun. Si el nombre no os dice nada, seguro que identificáis rápidamente al actor si os digo que encarnó a Willow en la magnífica película homónima y (por desgracia) en la aborrecible serie que supuestamente la continúa. También encarnó al profesor Flitwick en las películas de Harry Potter, hizo de gnomo banquero en esa misma saga, fue un soldado goblin en Dentro del Laberinto, y vistió un traje de ewok en Star Wars, aunque en estos tres últimos casos (como ocurre en Leprechaun) el maquillaje impide reconocerlo.
Antes de entrar en materia ¿Qué es exactamente un leprechaun (pronunciado leprekoun)? Se trata de criaturas de las leyendas irlandesas, que se caracterizan por medir cerca de un metro de alto, ser por lo general pelirrojos, ir siempre elegantemente vestidos de verde, devorar cantidades prodigiosas de patatas asadas, beber el whisky por litros, y sentir una adoración enfermiza por el oro. No por la riqueza en general, sino por el oro en particular. Un leprechaun siempre preferirá una pequeña pepita de oro antes que un diamante o un fajo de billetes, aunque estos tengan un valor mayor. Su amor por el oro es obsesivo, en parte porque al parecer su fuerza física y poder mágico crece en proporción al tamaño de su montón de oro.
Las leyendas dicen que cuando se forma un arcoíris, si se encuentra el punto en el que uno de los extremos de este toca el suelo, justo debajo hay enterrada una olla llena de monedas y objetos de oro de un leprechaun. También se dice que, si se logra capturar a uno, estará obligado a conceder tres deseos a cambio de su libertad. Los leprechauns tienen grandes poderes mágicos, y además solo se les puede matar mediante magia, con un objeto de hierro puro, o cuando estén en contacto con un trébol de cuatro hojas. No es tarea fácil deshacerse de un leprechaun adinerado.
Además del oro, el whisky y las patatas asadas, su otra gran pasión es fabricar zapatos. Dedican muchísimo tiempo a cada zapato que fabrican, y esto hace que queden imbuidos con la propia magia de los leprechauns. Si alguna vez os habéis preguntado quien fabricó las famosas Botas de Siete Leguas o los zapatitos de cristal de La Cenicienta, probablemente fue un leprechaun.
La saga en general resulta bastante agradable de ver. Está en un punto intermedio muy equilibrado entre el cine de terror y la comedia, algo realmente difícil de hacer bien.
Recurre mucho a la mitología sobre estos seres tan poco explotados por el cine fantástico, con detalles como que en ninguna de las películas se nos revele su nombre. Sabemos que se llama Lubdan porque así aparecía en el guion de la primera película, pero en ningún momento se dice esto. Los leprechaun pertenecen al pueblo de los Tuatha De Dannan, un conjunto de razas feéricas (hadas, duendes, gnomos, ondinas...) que según la mitología irlandesa, fueron los habitantes originales de Irlanda antes de la llegada de los humanos. Una característica que comparten muchos Tuatha De Dannan, es que pierden o ven limitados sus poderes en presencia de los humanos que conozcan su nombre feérico, por lo que suelen presentarse bajo nombres falsos, o simplemente no adoptan nombre alguno.
Estas películas me gustan mucho porque, dejando mitologías aparte, ver al duende con su metro de altura y estrafalario aspecto arrancando extremidades a la gente mientras bromea y habla en verso, tiene un innegable encanto. Aclarado esto, veamos de que trata la primera de estas películas, cuyo título original es simplemente Leprechaun y de distribuyó en español con los títulos Leprechaun: la noche del duende y El duende maldito.
La película comienza con un hombre elegantemente vestido (y alarmantemente ebrio) al que una lujosa limusina deja en la puerta de una pequeña y humilde casita en el campo. El hombre, O´Grady, le cuenta a su esposa que de ahora en adelante van a ser ricos, porque en su reciente viaje a irlanda encontró y capturó un leprechaun, obligándole a darle su bolsa de oro. Esto es poco más que una excusa para situar la historia en Norteamérica en lugar de en irlanda, que sería lo lógico.
Por desgracia el leprechaun le ha seguido y acaba con la mujer, que no tenía culpa de nada. O´Grady logra encerrarlo en una caja sobre la cual coloca un trébol de cuatro hojas, lo que impide a la criatura salir de ella. Justo después de esto, O´Grady aparentemente muere de un ataque al corazón, cumplido su papel en la trama. El leprechaun queda encerrado en la caja, en un sótano lleno de trastos que nadie se molesta en revisar, y unos diez años después la casa es vendida a unos nuevos dueños.
Los protagonistas son el sr. Redding, que acaba de comprar la casa, su hija adolescente Tory (Jennifer Aniston en su primer papel importante), y unos chicos locales que se hacen llamar “Los tres tipos que pintan”, a los que el sr. Redding contrata para que acondicionen un poco la propiedad.
“Los tres tipos que pintan” son Nathan, un guapo chaval del que Tory se queda prendada de inmediato, Alex, un niño pequeño pero muy espabilado, y Ozzie, que es el caso contrario, un adulto con un leve retraso mental que le hace comportarse como un niño pequeño.
Mientras todos ellos trastean en la casa liberan al leprechaun, que sigue obsesionado con recuperar la bolsa de oro que le robaron, y que Alex y Ozzie han encontrado. El problema es que Alex convence a Ozzie de no decir nada a los demás y así quedarse el oro para ellos, y Ozzie se ha tragado accidentalmente una de las monedas mientras la mordía para comprobar si era de verdad, como había visto hacer en las películas.
El leprechaun todavía es relativamente débil y vulnerable después de su largo encierro lejos de su oro, pero tiene poder suficiente para matar a quien se le interponga y resistir todos los intentos de acabar con él.
Ozzie es el primero en verlo, y al principio nadie le cree porque suele fantasear sobre monstruos y extraterrestres. Pero el leprechaun no tarda mucho en empezar a matar gente siguiendo el rastro de sus monedas de oro, y el grupo se ve de pronto enfrentado a un ser sobrenatural al que aparentemente no pueden detener.
Cuando al fin aceptan que lo que les está acechando es un duende irlandés, Ozzie y Alex revelan haber encontrado una bolsa de oro, y todos acuerdan que deben devolvérsela.
En un principio el leprechaun se muestra razonable y acepta perdonarles la vida a todos a cambio de su oro, pero Ozzie sigue teniendo una de las monedas en su estómago. Al contarlas y darse cuenta que no se las han devuelto todas, el leprechaun retoma su persecución aún con más saña. Además, puesto que su poder depende de la cantidad de oro que tenga, a partir de cuando le devuelven la bolsa de oro se hace más fuerte e impredecible. Hay una escena en la que juega “a los topos” con el grupo asomándose una tras otra de varias puertas de armario no conectadas entre ellas, y también resiste sin problemas disparos a bocajarro de escopeta.
Ozzie recuerda de pronto que el antiguo dueño de la casa, el sr. O´Grady (que en realidad no murió del infarto, sino que quedó apopléjico) contaba también historias sobre duendes. Como el sr. Redding está fuera de escena casi desde el inicio, Nathan y Ozzie están heridos, y Alex es un niño después de todo, es Tory quien va a la residencia de ancianos a pedir consejo a O´Grady. Este le revela que lo único a lo que son vulnerables los leprechauns es a los tréboles de cuatro hojas, que los privan de sus poderes e invulnerabilidad. Afortunadamente, junto al viejo pozo de piedra de la parcela que han comprado hay una zona en la que crecen tréboles.
Finalmente logran hacerle tragar un trébol de cuatro hojas, lo que provoca que empiece a licuarse y acabe por precipitarse al pozo. Sin embargo, oímos su voz hablando desde el fondo del pozo, y sabemos que no han logrado acabar definitivamente con él.
Los poderes que exhibe el leprechaun y su forma de comportarse me recuerdan bastante al estilo de Freddy Krueger, especialmente la escena en la que una manita brota del auricular de un teléfono, que parece calcada de la primera Pesadilla en Elm Street. Llama la atención también que el papel de niño pequeño recaiga aquí en un adulto. En las películas en las que interviene un niño junto a un grupo de adultos suele dársele a este una relevancia extra haciendo que tome mejores decisiones que los mayores o que tenga razón más a menudo que estos. Aquí el niño pequeño es Alex, pero se comporta como un adulto, mientras que Ozzie es un adulto pero por su retraso mental se comporta como un niño pequeño y asume ese arquetipo en la trama.
Puedes ver un comentario sobre la siguiente película de la saga aquí.
Leprechaun. 1993. Al Septiem, Turi Meyer (guion) Roman Flender (director) Warwich A. Davis, Ken Holandt (actores principales) Jennifer Aniston (actriz principal) . Trimark Pictures.
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