EL GRAN BAZAR
Bienvenidos, amigos coleccionistas.
Hoy es 23 de mayo, que entre otras cosas, es el Día del céntimo de la suerte, en el que recordamos que el motivo por el que doblamos el espinazo para recoger un céntimo tirado en la calle, no es por su valor económico, sino porque encontrarlo representa tener una pizca de suerte en la vida. Y la suerte, cuando llega, hay que saber verla, aprovecharla y agradecerla, ya sea un céntimo tirado en la calle, un nuevo trabajo, o la mejor persona que conocerás jamás.
Para este Día del céntimo de la suerte presentamos algo relacionado con las monedas: una hucha que encontramos en un mercadillo y de la que nos enamoramos inmediatamente. Fijaos que gracia. ¡Es un robot! Lo vimos medio enterrado entre un montón de trastos, y nos estaba saludando con ese “HOLA” que muestra en el letrero luminoso del pecho. No podíamos dejar allí a un robot tan amistoso.
El robot está hecho en silicona, salvo por las piernas que son espirales metálicas. Son lo suficientemente rígidas como para que no pierda estabilidad y a la vez mucho más resistentes que si fueran finas columnas de silicona. Tiene un par de brazos, pero no se distinguen muy bien en la foto porque son negros, como nuestro fondo estrellado, pero están ahí.
A la espalda, una ranura a la altura de los hombros nos permite introducir las monedas para que las mantenga a salvo. Cuenta también con una tapa para recuperarlas sin necesidad de romperla.
No tiene marcas de ningún tipo, y la cabeza ha sido reparada con cartón pintado. Probablemente se llevó algún mal golpe antes de acabar en el mercadillo, pero al parecer eso no acabó con su buen humor, porque sigue saludándonos con su “HOLA” todas las veces que nos cruzamos con él.
Puedes ver otra de nuestras huchas pulsando aquí.
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