MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

sábado, 15 de julio de 2023

LOS BUCANEROS DEL DIABLO

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                                                                                       

 Presentado por... Pecky.

¡Saludos, amigos cinéfagos!

En lo que llevamos de verano he comentado ya películas de tiburones, pirañas y pulpos, si no me equivoco. Ya va tocando una de piratas. Las películas de piratas están hechas para el verano, después de todo. La que he escogido se aparta un poco de los tópicos de tesoros enterrados, abordajes, e hijas del gobernador de Maracaibo. De hecho, es una película de piratas pero la casi totalidad de la misma transcurre en tierra firme. 

Está situada tras el ataque de la Armada Invencible contra Londres, en represalia a las continuas incursiones de la flota inglesa contra las costas españolas. Aunque históricamente el combate no revistió una especial importancia y se limitó a una serie de pequeñas escaramuzas (debido al mal tiempo, que dispersó ambas formaciones) la propaganda inglesa vendió la destrucción de los tres únicos barcos que consiguieron hundirle a los españoles como una aplastante victoria por su parte. Y en realidad de eso trata la película, en el fondo; del uso de la propaganda y la desinformación como una táctica de guerra más. 

Estamos en julio de 1588, durante el segundo día de combates entre la flota española e inglesa. El Diablo, un pequeño buque de piratas reconvertidos en corsarios y al servicio de los españoles, ha quedado desarbolado (con los mástiles rotos) y con vías de agua durante una batalla.

A bordo del Diablo viajan dos oficiales españoles, como enlace entre los piratas y el resto de la flota. Cuando Robeles, el capitán de los piratas (interpretado por Cristopher Lee) decide retirarse, uno de los oficiales le ordena continuar peleando hasta nueva orden. Robeles lo mata de un disparo cuando el otro oficial no se encuentra presente, haciéndolo pasar como una baja más del combate. 

A continuación, Robeles lleva al Diablo hasta tierra, a un punto de la costa inglesa donde no puede ser visto fácilmente. Según sus cartas náuticas no hay ninguna ciudad en las inmediaciones, pero ésta no refleja en detalle cada pequeño pueblecito, y tan pronto como fondean se dan cuenta que están cerca de uno que no aparece en las cartas. 

Apenas quedan veinte piratas vivos en el Diablo, por lo que las reparaciones pueden suponer varias semanas de trabajo. Robeles razona que si obligan a los aldeanos a trabajar para ellos pueden tener el barco listo en unos pocos días. Así pues, los piratas toman el pueblo extendiendo la noticia de que los españoles han ganado la guerra y tomado Londres, por lo que ahora toda Inglaterra es española. 

En esa época las noticias se movían lentamente, transmitidas por el boca a boca o por medio de mensajeros que debían transportar físicamente los mensajes y entregarlos en mano. Cualquier noticia relevante podía tardar varios días en pasar de un pueblo al pueblo vecino, y varios meses en recorrer un país de un extremo a otro. Valiéndose de esto, el capitán Robeles finge que los daños en su barco son mínimos, y que ha fondeado allí porque ha recibido el control de esa región. 

Queriendo congraciarse cuanto antes con los que creen sus nuevos gobernantes, el alcalde y el cura convencen al resto del pueblo para que obedezcan sin rechistar a los piratas. Estos no tienen intención de regresar a España una vez el barco esté reparado y pronto comienzan a abusar de la población. Cuando el segundo oficial español, don Manuel Rodríguez, comprende esto, se pone de parte de los ingleses y empieza buscar la forma de sabotear los planes de Robeles. 

Puesto que los piratas no tienen intención de cumplir el acuerdo firmado con España, estos vuelven a ser apátridas. Al mismo tiempo los ingleses comienzan a dudar de la historia de los piratas. En cuanto empiezan a trabajar reparando el Diablo se dan cuenta que los daños son muy extensos. Tampoco ven claro que no se les permita abandonar el pueblo para ir a los mercados de pueblos vecinos si todo el país ha cambiado de manos.  

Llega un momento en que los aldeanos logran informar de lo que está ocurriendo a un pueblo vecino para que estos transmitan la noticia, pero a su vez Robeles averigua cuantos días tardarán en llegar los soldados ingleses, y acelera los trabajos para poder zarpar antes que estos aparezcan. Muchos de los aldeanos se conforman con que los piratas se marchen y tratan de no provocar conflictos hasta que esto suceda, pero otros están decididos a hacerles todo el daño posible, y tienen sus propios planes para sabotear el Diablo

Me gustan los pequeños toques de xenofobia de la película, en frases como “¡Son españoles! ¡Lo sé por lo que apestan!”, a pesar de lo cual se nos presenta al oficial español como uno de los héroes de la historia. Pero sobre todo, me gusta por el cambio de perspectiva. Las películas de piratas casi siempre tratan de diferentes bandos luchando por un tesoro. Aquí los tesoros por los que se lucha son el tiempo y la información, y toda la trama se reduce a un puñado de gente, un pueblo sin suficiente relevancia como para aparecer en los mapas, y un barco varado. Es una lucha de engaños a pequeña escala en una película con pocos medios, pero personalmente la encuentro muy interesante. 

Cierto es que me parece más interesante que entretenida, si sabéis a lo que me refiero. Es una de esas que reservan casi toda la acción para el final, y mientras tanto van acumulando tensión, pero vale la pena. La variedad siempre se agradece mientras se mantenga dentro de unos márgenes.  

¡Más películas de piratas pulsando aquí!

The Devils-Ship Pirates. 1964. Jummy Sangster (guion) Don Sharp (director) Cristopher Lee, Barry Warrren, John Cairney (actores principales) Suzan Farmer (actriz principal). Hammer Film Productions. Editado en DVD en 2007 por Naimara Producciones.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario