ELF

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                                                                                       

 Presentado por... Pecky.

¡Saludos, amigos cinéfagos!

En El Planeta del Espacio nos gusta la Navidad, que le vamos a hacer. Y nos gustaría haber podido presentar nuestro tradicional Frikibelén de años anteriores, pero como ya ocurrió en 2022, no ha podido ser. Así que para compensar en la medida de lo posible y aportar nuestra pequeña contribución al espíritu navideño, vamos a reseñar esta película.  

Creo haber comentado ya en alguna ocasión que nos gustan esas historias en que la Navidad no se presenta como algo que ocurre porque sí, porque llega la fecha y ya está, sino que acarrea un complejo y delicado operativo que ha de cumplirse a rajatabla a lo largo del año para dar sus frutos. Y así es como se nos presenta la Navidad en Elf, donde se referencia al Taller de Santa Claus y a su frenético ritmo de trabajo. 

Elf nos cuenta la historia de Buddy, un bebé humano que se cuela en el saco de los regalos de Santa Claus cuando este llega a un orfanato para dejar allí algunos juguetes. Santa no se da cuenta de esto y regresa a su taller del Polo Norte llevándose al niño con él. Cuando lo descubre no sabe dónde devolverlo, por lo que uno de sus elfos jugueteros lo adopta. Buddy crece de este modo entre elfos. Se le educa y trata como a uno, y se le enseña el Código de los elfos, que se basa en tres preceptos. 

1. Compórtate cada día como si fuera Navidad. 

2. Todos podemos estar en la lista de los niños buenos. 

3. La mejor forma de esparcir el espíritu navideño es cantando en voz alta.

Esto puede parecer una tontería, pero depende de como queramos interpretarlo. Tal como yo lo veo, estos tres preceptos, traducidos del elfo al humano, podrían interpretarse así.

1. Todos los días puedes ser amable con los que te rodean (si lo merecen).

2. Ser honrado y buena persona no es tan difícil como nos quieren hacer creer.

3. No te calles lo que piensas, si crees que puede mejorar el mundo. 

A medida que crece, Buddy se da cuenta que no es como los demás elfos. Es mucho más grande, lento y torpe que sus compañeros de trabajo, y le resulta imposible cumplir las cuotas más bajas fabricando juguetes. 

Un día oye una conversación entre dos elfos que hablan de él y descubre que es humano. Esto le supone un trauma, y decide conocer a otros humanos. Durante todo ese tiempo su padre adoptivo ha estado haciendo averiguaciones sobre los padres biológicos de Buddy. Le explica que al parecer él fue entregado al orfanato por su madre, que nunca le dijo al padre que estaba embarazada. Actualmente su madre está muerta, su padre se casó y tiene una familia propia con un hijo legítimo, sigue ignorando la existencia de Buddy, y lo que es peor… está en la lista de los niños malos. 

Así pues, Buddy viaja hasta Nueva York en busca de su padre, pero no sabe nada sobre la cultura y comportamiento de los humanos, por lo que se siente tan descolocado entre ellos como lo estaba entre los elfos. No tiene documentación, no tiene dinero, no conoce a nadie, su mentalidad es completamente infantil, y da por sentado que todo el mundo tiene buenas intenciones.  

Cuando se presenta ante su padre (que se ha convertido en un insensible directivo de una editorial) y le anuncia que es su hijo, este le toma por un loco y manda a seguridad que lo echen del edificio. Vagando por las calles sin saber donde ir se siente atraído por la decoración navideña de un centro comercial y entra en él. Los empleados andan de un lado a otro disfrazados de elfos, por lo que un supervisor lo confunde con uno de los empleados y lo pone a trabajar. Allí Buddy conoce a Jovie, una joven amargada y desengañada con la vida, a la que la disparatada actitud de Buddy desconcierta y divierte. Así es como, sin saber lo que está haciendo ni lo que ello implica, Buddy empieza a salir con Jovie. 

También estuvo insistiéndole a su padre hasta que este decidió hacerle una prueba de ADN y descubrió que efectivamente Buddy es hijo suyo. Ante esta revelación, su padre lo lleva vivir con su familia y le busca sitio en su empresa. Al principio tampoco encaja muy bien en ninguna de las dos, y cuando logra adaptarse, lo que hace es revolucionar ambas, creando una serie de problemas. Bueno, la película es una comedia después de todo. Debe estar llena de problemas tontos que pongan patas arriba la vida de los personajes o no sería una comedia de verdad. 

Cuando llega la noche de Navidad, el trineo de Santa pierde su energía y cae en Central Park. El trineo vuela alimentado por el espíritu navideño que emana de la gente, pero este se ha reducido tanto en los últimos años que no hay suficiente ni para moverlo un par de metros más. En realidad lo que lo impulsa ahora es un motor de combustión instalado en el trineo, y este se ha averiado, por lo que ya no cuenta con ninguna fuente de energía. Así que lo que queda es mostrarnos como Buddy y la gente que ha ido conociendo y cuya percepción de la Navidad ha ido cambiando, despiertan en los demás suficiente espíritu navideño como para hacer que el trineo vuele de nuevo. 

Resuelto este asunto, Buddy formaliza su relación con Jovie, se establece en Nueva York, y va a visitar regularmente a su padre adoptivo en el Polo Norte. De nuevo, es una comedia, después de todo. No lo sería si no terminara bien. 

La película no es ninguna obra de arte navideña, como puedan serlo Pesadilla antes de Navidad o ¡Qué bello es vivir!, pero es entretenida para quien le guste este tipo de cine, así que cumple bien con su cometido. Tiene además algunos detalles que me hicieron bastante gracia, como que los elfos del taller de Santa se refieran al resto del mundo como "la gente del sur" (porque todo lugar en la Tierra está al sur de donde están ellos). O una grabación hecha por un aficionado en la que se ve a Buddy paseando por Central Park. Esta escena imita el más famoso metraje sobre el bigfoot, tanto por los movimientos simiescos de Buddy como por el granulado de la imagen. 

También está el asunto de la Guardia montada de Central Park. Este cuerpo policial tiene mala fama por haber acumulado numerosas acusaciones de uso excesivo de fuerza, racismo, hacer que sus caballos empujen con el pecho a manifestantes, y cosas similares. En la película se nos presentan como una especie de versión moderna de los malignos jinetes Nazgul, que al parecer tienen una deuda personal que saldar con Santa Claus y se lanzan a perseguirle implacablemente.  

Y eso es todo. ¡Feliz Navidad 2023, humanos! Y recordad comportaros cada día como si fuera Navidad, que todos podemos estar en la lista de los niños buenos, y que la mejor forma de esparcir el espíritu navideño es cantando en voz alta.

Elf. 2003. David Berenbaum (guion) Jon Favreau (director) Will Ferrell, James Caan (actores principales) Zooey Deschanel (actriz principal) Warner Bros.