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viernes, 12 de enero de 2024

LA QUEMA

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              ¡¡¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!!!                                                                                                                                                                   

 Presentado por... Pecky.

¡Saludos, amigos cinéfagos!

¡Ya estamos en otro casi viernes 13, y toca comentar algo adecuado para la ocasión! Algo que transcurra también en un campamento de verano, donde podamos hacer una barbacoa. Pero cuidado que la carne no se queme demasiado, que alguien podría enfadarse. 

La Quema es de 1981, justo coincidiendo con el estreno de Viernes 13 parte 2, y en ningún momento trata de ocultar que es una imitación de esta saga. Eso sí, no le podemos reprochar que intentara subirse al carro (de cadáveres) de Viernes 13 porque lo hizo muy bien. Copia el estilo y la estética pero le da la vuelta al asunto, presentándonos la identidad del psicópata y sus motivaciones desde el inicio, en lugar de esconderlas hasta el final. 

No solo eso, sino que Viernes 13 comienza en el Campamento Crystal Lake (Lago Cristalino, un nombre que sugiere limpieza y claridad) y La Quema en el Campamento Blackfoot (Pies Negros, que además de ser el nombre de una tribu india, sugiere suciedad). Y está el echo de que Jason de Viernes 13 era un campista que estuvo a punto de morir ahogado y se venga matando monitores, mientras que el asesino de La Quema es un monitor que estuvo a punto de morir quemado y se venga matando campistas. Es tal cual como si hubiesen querido crear un nuevo Jason, tomando cada uno de sus elementos característicos y cambiándolos por el contrario. Los efectos especiales, por cierto, corrieron a cargo de Tom Savini... que se había encargado el año anterior de hacer los de la primera Viernes 13

La Quema comienza con un grupo de chavales gastándole una broma en plena noche a uno de los cuidadores del campamento en el que están pasando el verano. No es un monitor, sino una especie de conserje, pero para el caso es lo mismo. Es alguien a quien desprecian por una serie de roces e incidentes, y quieren hacerle pasar un mal rato. Uno de los chavales se introduce en su cabaña cuando este duerme y deja en una mesita junto a su cama… una cabeza. Una cabeza humana real cortada, putrefacta y cubierta de gusanos, para que sea lo primero que vea al despertar. Le añaden unas velitas encendidas a modo de adorno, para causar más impresión. 

Cuando el hombre despierta y la ve, la impresión es tanta que la golpea para lanzarla al suelo, pero en lugar de eso la arroja sobre la cama. Las sábanas se prenden con las velitas, y al ver como el fuego se extiende a su alrededor, se vuelve histérico volcando también una lata de queroseno que tenía abierta a los pies de la cama (hay, que malo es el desorden). Pronto toda la cabaña es un infierno ardiente, y el hombre a duras penas consigue salir de ella, pero lo hace envuelto en llamas. 

En el fotograma vemos al especialista con un casco cubriendo su pasamontañas de amianto, por si se golpeaba la cabeza al rodar por el suelo. En los 80 este tipo de películas no usaban CGI. En las escenas en que alguien ardía entero, se le pegaba fuego de verdad. 

Vale, reconozcamos que se han pasado un poco con la bromita, pero lo importante del asunto, creo yo, y que no se nos explica es… ¿¡de donde demonios han sacado los chavales una cabeza humana en avanzado estado de descomposición!? Mi teoría: recordemos que la primera Viernes 13 terminó con la cabeza de Pamela Voorhees saliendo volando por los aires vía machete. La segunda se estaba filmando más o menos al mismo tiempo que esta, y era muy poco lo que se sabía aún de ella. Es posible que se pretendiera sugerir que es la misma cabeza, que Campamento Blackfoot y Campamento Crystal Lake estaban cerca uno de otro, y los chicos simplemente se encontraron el despojo explorando por los alrededores, para que la gente viera esta película como una continuación de la otra. 

El pobre conserje pasa cinco largos años recluido en el hospital. Los médicos logran salvar su vida pero no su aspecto, y sale de allí convertido en un grotesco monstruo deformado y achicharrado. La voz en off de alguien a quien no llegamos a ver le dice que no convierta lo ocurrido en un escándalo, que deje en paz a los chicos, que todo fue un lamentable accidente del que nadie tiene la culpa… como dándole a entender que si denuncia a los chavales, ni sus jefes ni sus compañeros de trabajo le van a apoyar.

Lo primero que El Quemado hace tan pronto como pisa la calle, loco de rabia, dolor y frustración, es asesinar a una prostituta elegida al azar, porque tiene tanta ira acumulada que le da igual descargarla contra una inocente. Han pasado cinco años desde que le pegaron fuego pero El Quemado sigue ardiendo, esta vez por dentro, y ese es un fuego que no puede extinguirse fácilmente. 

De ahí pasamos al Campamento Stonewater (¿Agua de piedra?), y se nos presenta a los chavalitos y chavalitas de ese año; el matón, el tímido, el bromista, la popular, el gracioso, la seductora… todos con sus correspondientes traumas, fantasías, esperanzas o miserias. En lugar de niños pequeños, como en Crystal Lake, los de este otro campamento son ya adolescentes en el mismo límite de la adultez, que eso de matar niños está muy feo. Uno de sus monitores es Todd, que fue precisamente uno de los chavales que participó en la quema del conserje de Blackfoot. Acechándolos entre la foresta, con unas grandes tijeras de podar como arma preferida en lugar de un machete, El Quemado aguarda su oportunidad.  

En una historia de terror que Todd cuenta a los campistas alrededor de una hoguera describe los sucesos vistos al principio, a los que ha convertido en una especie de leyenda. Al Quemado lo presenta como alguien que ya era un monstruo antes de que “unos chicos” (entre los cuales no menciona que estaba él mismo) le gastaron una broma que se les fue de las manos. Incluso afirma que los chicos, al ver que el hombre estaba ardiendo intentaron salvarle (cosa que no hicieron en ningún momento) y dice que a partir de ahí se convirtió en un ser sobrenatural que vaga por los bosques alimentándose de los humanos que caza, comiéndoselos crudos. Todd cuenta esto antes de que El Quemado empiece a matar campistas, y sin saber que había matado a una prostituta. Además de lo que le hicieron, arruinándole la vida para siempre, ha convertido al hombre en un monstruo de feria, un creepypasta, algo de lo que burlarse. Lo cierto es que cuando El Quemado aparece estás deseando que se cargue a Todd, por idiota. El problema es que Todd es el protagonista, así que se supone que nos tiene que caer bien. 

Al Quemado, la oportunidad se le presenta cuando, como parte de las actividades del campamento, se organiza un viaje en piraguas por el rio. Un montón de estas con varios campistas y un monitor en cada una bajan por el rio entre risas y salpicaduras de agua. El Quemado aprovecha una parada que hacen en una orilla para pasar la noche, y se deshace de las piraguas cuando nadie mira. También aprovecha para deshacerse de una de las chicas, que tiene la ocurrencia de nadar desnuda en un lago. Huy, huy, estos campistas nunca aprenden…

A partir de aquí se empiezan a cambiar las risas por gritos y las salpicaduras de agua por salpicaduras de sangre. Y quizá también para diferenciarse del primer Viernes 13, donde las víctimas eran asesinadas de una en una cuando estaban solas, el siguiente ataque del Quemado va dirigido contra un grupo de cinco campistas, a los que despacha en cuestión de segundos con sus tijeras de podar. 

Tras alguna que otra muerte más, nos quedamos con dos personajes aislados del resto del campamento. El propio Todd y uno de los campistas, un chaval con problemas de integración social. El Quemado atrapa al chaval y se lo lleva a un escondrijo que tiene por la zona, donde le depara un final más adecuado que el simple apuñalamiento con herramienta de jardinería: quemarlo vivo con un lanzallamas, para que sufra lo mismo que sufrió él. 

Todd aparece justo a tiempo, y entre los dos logran acabar con El Quemado, primero clavándole sus propias tijeras de podar y luego quemándolo con su propio lanzallamas, haciéndole arder por segunda y ¿definitiva? vez.  Y sí, quizá también para imitar y a la vez llevarle la contraria a Viernes 13 y otras similares, aquí la clásica final girl son dos hombres en lugar de una mujer. 

Tras esto vemos como en otro campamento, alrededor de otra fogata, se está contando la misma historia que contó Todd, resaltándonos que todos los años regresa. Quizá pretendían convertir esto en una franquicia, pero no se hicieron más películas sobre El Quemado que yo sepa. Puede que los guionistas terminaran "demasiado quemados" después de esta. 

Y por cierto, en esta película el psicópata actúa sin máscara de hockey, ni de Hallowen, ni de cuero humano, ni de arpillera, ni de ningún otro tipo. Mata a cara descubierta... bueno, cara... ya me entendéis. 

Con todo, la película es muy recomendable para los que les guste este género: personajes tontísimos, muertes chulísimas, típica musiquita inquietante, y una historia sencillita, para pasar un casi viernes trece entretenido sin calentarse mucho la cabeza.

The Burning. 1981. Peter Lawrence, Harvey Weinstein, Tony Maylam, Brad Grey (guion) Tony Maylam (director) Brian Matthews, Brian Backer (actores principales), Leah Ayres (actriz principal). Miramax.

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