EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ! ¡¡¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!!!
Presentado por... Pecky.
¡Saludos, amigos cinéfagos!
A petición popular😊reseñamos hoy la segunda de las películas de Urotsukidoji. Si no leísteis la reseña sobre la anterior, tenéis un enlace al final de esta entrada.
El primer problema con el que nos encontramos al hablar sobre La Matriz del Demonio, es situarla cronológicamente. La trama empieza y termina durante el transcurso de la película anterior e implica a los mismos personajes principales, por lo que debería ser posible mezclar ambos metrajes sin que se produjera ninguna contradicción entre ellos. Y no es fácil hacerlo.
En La Matriz del Demonio vemos que Nagumo y Akemi mantienen una relación estable. Amano, Megumi y Kuroko se muestran abiertamente ante ellos y ya están convencidos que Nagumo está predestinado a convertirse en el Chojin, aunque ignoran las verdaderas implicaciones de ello. Nagumo ya se ha transformado anteriormente en un proto-Chojin, pero todavía no es demasiado poderoso. El único momento en que todo esto y los sucesos de la segunda película podrían darse a la vez sería un poco antes o un poco después del combate entre Nagumo y Nikki que vimos en La Leyenda del Señor del Mal. Además, las ropas que llevan los personajes en esa parte de la primera película se corresponden con las que llevan en la segunda, y la transformación de Nagumo en una de las formas del proto-Chojin en la segunda película es casi idéntica a la que adopta al enfrentarse con Nikki en la primera. Aun así las dos historias no llegan a cuadrar demasiado bien.
La trama comienza realmente en 1944, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial. Un científico loco nazi llamado Munchausen está llevando a cabo un experimento cuyo objetivo aparente es forzar antes de tiempo la llegada del Chojin para poder destruirlo con facilidad, adquirir su poder, y que de este modo Hitler se convierta en el dictador no solo del mundo de los humanos, sino también de los otros dos reinos. Para ello ha desarrollado una gran máquina que tiene a varias prisioneras integradas en ella como parte de su estructura. La propia máquina está diseñada para penetrar continuamente a las prisioneras, y aparentemente (porque no se nos explica nada) concentrar y canalizar el placer, dolor y/o humillación que puedan sentir estas a través de las dimensiones, como un cebo con el que atraer al Chojin.
Cuando la máquina acumula suficiente poder algo empieza a fallar, y una extraña fuerza se manifiesta. Algunas partes de la máquina estallan y el mismísimo Adolf Hitler, que estaba presenciando el experimento, dispara contra Munchausen por su fracaso. Al mismo tiempo, esa fuerza desconocida toma el control de varios bombarderos americanos y los desvía para que suelten su carga de explosivos sobre la mansión en la que está ocurriendo todo esto, en lugar de sobre una ciudad cercana que era su verdadero objetivo. Únicamente sobreviven el hijo de Munchausen (que le estaba asistiendo en el experimento, como su ayudante), la mayor parte de la máquina, y una extraña piedra casi esférica cubierta de grabados que su padre estaba manipulando en el momento de morir.
Ya en el presente de la historia (algún momento indeterminado de la década de 1990) el hijo de Munchausen (que se llama igual que él) aparece en Tokio. Todo indica que ha continuado con las investigaciones esotéricas de su padre, y se ha convertido en alguien extremadamente poderoso, mucho más que el promedio de los Makai o Jyujinkai. Dispone de una capa que parece darle un cierto control sobre las dimensiones, tiene en su poder la extraña piedra con grabados (que sin duda es una fuente de energía mística considerable) y tiene bajo su mando a Kohoki, un Makai.
Un avión se dispone a aterrizar en el aeropuerto de Tokio. En él viaja Takeaki, el único primo de Nagumo, junto con sus padres. En cuanto inicia la maniobra de toma de tierra, Kohoki ataca el avión matando a los pasajeros y haciendo que se estrelle, pero protegiendo con sus poderes a Takeaki para que solo quede malherido. Esto es un plan ideado por Munchausen II, que sabía que Nagumo iría a recibir a su primo. Cuando Munchausen II, caracterizado como médico saca al moribundo Takeaki de entre los restos del avión y dice que va a necesitar una gran transfusión de sangre para salvarse, Nagumo ofrece la suya. Esto es lo que quería desde el principio Munchausen II, inyectar la sangre del futuro Chojin en un cuerpo de edad similar y lo más genéticamente compatible posible, para crear un “Chojin de marca blanca” por decirlo así.
Su plan es repetir el experimento de su padre, que falló porque invocó al Chojin sin que existiese ningún receptáculo físico adecuado para albergarlo. Esta vez, cuando Munchausen II haga funcionar la máquina tendrá a Takeaki preparado junto a ésta, y la energía del Chojin entrará en él por tener la misma genética y la sangre del Chojin corriendo por sus venas. Pero al no ser el verdadero Chojin, este se manifestará en una forma mucho más débil de su máximo potencial. Munchausen II necesita que esto se produzca así porque no quiere provocar la venida del Chojin para que este cumpla con su destino de unificar los tres reinos, sino para sacrificarle cuando se manifieste en esa forma más débil y que él mismo u otra entidad a la que llama el Señor del Caos ocupen su lugar.
Gracias a la sangre de Nagumo, Takeaki se recupera en solo tres días, saliendo del hospital hecho un atleta, con una fuerza y resistencia incrementadas. Ingresa en el mismo instituto al que asiste Nagumo, y la chica-bestia Megumi se prenda de él.
Ella sabe que la sangre del futuro Chojin corre por sus venas, y teme que su cuerpo no sea capaz de asimilar tanto poder y esto acabe matándolo, como ya ha ocurrido en casos anteriores. Además, un extraño monstruo está atacando a parejas por las noches, matando a los hombres y violando a las mujeres, y Megumi sospecha que el monstruo pueda ser el mismo Takeaki, transformándose en un proto-Chojin sin saberlo ni recordarlo.
Munchausen II aprovecha estas dudas para socavar la cordura de Takeaki a base de adulterar sus recuerdos y provocarle pesadillas, aumentando poco a poco su control sobre él.
Megumi, ya perdidamente enamorada, decide revelarle su propia naturaleza de Jyujinkai a Takeaki, mostrándole sus poderes, puesto que pronto él comenzará a manifestar unos similares. Se lo lleva a sobrevolar la ciudad y le sugiere un futuro juntos, si la sangre de Chojin que lleva en su interior no le mata. Takeaki parece aceptar lo que le está ocurriendo, cuando son atacados por Kohoki. Este se deshace de Takeaki y viola repetidamente a Megumi mientras le recuerda que le pidió matrimonio cien años atrás y ella lo rechazó. Al parecer, con el tiempo el amor y el rechazo se transformaron en obsesión, y la posibilidad de convertir a Megumi en su esclava sexual ha sido el principal motivo por el que Kohoki se puso al servicio de Munchausen II.
Aunque Takeaki debería haber muerto tras el ataque del Makai, la sangre del Chojin lo transforma en un proto-Chojin que vence fácilmente a Kohoki, obligándole a huir sin su presa.
Llegado el momento propicio, Munchausen II hace su jugada final. Usando el poder de su piedra mística invoca a la máquina de su padre (que ha reconstruido y proveído de nuevas prisioneras) haciéndola aparecer en la terraza de un rascacielos. Captura a Megumi y Takeaki, y coloca a ambos en el centro de la máquina, como un elemento de poder más. Esto atrae tanto a Amano, que busca salvar a su hermana, como a Nagumo, que busca salvar a su primo. Mientras la invocación final se produce, Amano trata de matar a Munchausen II, y Nagumo se enfrenta a Takeaki, ambos adoptando formas de proto-Chojin.
Parece que Munchausen II tiene todos los triunfos, porque Amano no tiene poder suficiente para derrotarle y Nagumo se niega dañar a su primo. Entonces interviene Kohoki. Al ver que su amada & odiada Megumi va a ser sacrificada a la máquina, ataca a Munchausen II para salvarla. Este se deshace de Kohoki con facilidad, y el agonizante Makai emplea sus últimas fuerzas en liberar a Megumi de sus grilletes y hacerle una última declaración de amor antes de morir. Es Megumi una vez libre la que, también por amor, se lanza contra Takeaki y le atraviesa el cuello de un golpe cuando este se disponía a destrozar a Nagumo.
Casi simultáneamente a esto, Amano comprende que es la energía que irradia la piedra mística de Munchausen II lo que impide que él mismo o sus poderes lleguen a entrar en contacto con el humano, y lo aplasta lanzándole encima una enorme pieza de metal convencional, que la barrera mística no detiene. La piedra mística estalla en pedazos, y la máquina explota, haciendo fracasar de nuevo la invocación.
Al final Nagumo se derrumba inconsciente tras haber gastado todas sus fuerzas, Megumi se echa a llorar al darse cuenta que ha perdido a la vez a dos seres que la amaban (cada uno a su manera) y el loco de Amano se echa a reír, emocionado por el desenlace de los acontecimientos.
Un epílogo nos muestra que en realidad Takeaki no murió, sino que vaga medio desnudo por las calles, sin recordar lo ocurrido. Su forma de proto-Chojin, separada de su forma humana, termina cayendo a alguna otra dimensión, donde queda destrozada sobre la estatua de un antiguo dios. En la frente de la estatua hay un hueco esférico en el que podría encajar perfectamente la piedra mística, como sugiriendo que fue de allí de donde se obtuvo en primer lugar. Y contemplando la estatua, lo que parece ser una versión futura y cibernética de Munchausen II ríe, como si todo lo ocurrido, tal y como ha ocurrido, hubiese sido su verdadero plan desde el principio. Y no pidáis más explicaciones, porque la propia película no las da. Está llena de puntos oscuros, cosas que no se aclaran o hasta parecen contradecirse, y el conjunto es tan confuso que es muy posible que haya explicado mal algo de lo anterior, ya que todo lo contado es mi propia interpretación de lo que se nos muestra.
Es interesante, mantiene esa estética aberrante de la saga, de mundos o dimensiones en las que las energías mas poderosas, en las que se basa todo, son el dolor y el placer, y en las que la carne y la sangre son una moneda de cambio común. En ese sentido recuerda un tanto a Hellraiser, pero más gráfico aún si cabe, y añadiéndole toques de drama, romance y combates apocalípticos entre criaturas de un poder inimaginable. Es muy épico, pero también muy confuso.
La estatua que vemos al final, por ejemplo, la vimos anteriormente en el mundo de los Jyujinkai, en un lugar llamado Frontera de las Puertas de la Prisión. ¿Debemos entender que es la misma estatua? ¿Qué hace allí, entonces, una versión futura de Munchausen II? También hay un momento en el que el pequeño Kuroko afirma que esa estatua representa al dios de su raza. Munchausen II parece creer en cambio que esa estatua representa al Señor del Caos que nombran en un par de ocasiones, pero que no queda claro si es un ser que debía sustituir al Chojin, si es un nombre alternativo para el Chojin, o el nombre que iba a recibir el propio Munchausen II tras invocar y destruir al Chojin.
Asimismo se nos dice que la ciudad donde transcurre la acción es Tokio, aunque la primera película transcurre en Osaka y se supone que ambas tienen lugar a la vez y en el mismo lugar. Esto último puede ser efecto de una traducción descuidada, pero ya nos deja con la duda de cuantas de las incongruencias o puntos confusos de los diálogos puedan deberse también a este motivo.
Y como dije antes, todo esto se supone que ocurre en algún momento de la primera película, aunque en ella no se hiciera ninguna referencia en absoluto a esta trama. Es también más floja que la película anterior, y esto seguiría ocurriendo en las siguientes, bajando cada vez más el listón.
Hace poco conseguimos algunos tomos del manga original de Urotsukidoji, que no teníamos cuando reseñé la primera película y que aun no hemos leído. Quizá ellos nos saquen de dudas, aunque es muy probable que nos creen otras nuevas.
Puedes ver una reseña sobre la primera Urotsukidoji pulsando aquí, o ver otra pulsando película de animación pulsando aquí.
Shin Chojin Densetsu Urotsukidoji. 1991. Toshio Maeda (historia original) Noboru Aikawa (guion) Hideki Takayama (dirección). Editado en VHS en 1992 por Manga Films.
No hay comentarios:
Publicar un comentario