MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

domingo, 25 de febrero de 2024

VENIMOS A DESTRUIR EL MUNDO

FUERA DE ÓRBITA                                                                                                            ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                                       Presentado por… Helim.

Saludos, luchadores del espacio.

Vamos retrasados con La Saga de los Aznar respecto a nuestras previsiones iniciales, por lo que durante una breve temporada iremos comentando dos libros por mes en lugar de uno para recuperar el terreno perdido. Hoy toca Venimos a destruir el mundo. Trata sobre una nueva raza alienígena que se dirige hacia la Tierra para... bueno, el título deja pocas dudas respecto a sus intenciones, creo yo. Es otro de los libros de esta saga que tenemos extraviados, así que hasta que demos con él y le saquemos una foto, os ponemos una imagen de la portada sacada de Internet.  

Imagen obtenida de EpubGratis

Han pasado algunos meses desde la reconquista de la Tierra, y la flota redencionista se dedica ahora a patrullar por el Reino del Sol vigilando todo posible movimiento thorbod. Se sabe que los thorbod disponen de la Bomba W, que podría destruir toda la vida de la Tierra con un solo impacto certero, por lo que mientras planean su siguiente movimiento, estar listos para interceptar las posibles Bombas W que se disparen desde Marte, Venus o Ganímedes es la prioridad de la flota. 

Una de estas flotillas en constante patrulla es la encabezada por el acorazado Veracruz, al mando de Bernabé Pocaterra. A bordo del Veracruz sus tripulantes se están preparando para celebrar la Navidad, tradición que la humanidad no ha perdido a pesar de todo a lo que ha tenido que renunciar a lo largo de su atribulada existencia. Este pequeño lujo se ve interrumpido cuando detectan la presencia de una flota de naves desconocida moviéndose a gran velocidad directamente hacia la Tierra. Y no se trata de naves thorbod. No de modelos que conozcan, al menos.

El Veracruz y sus naves de escolta y apoyo dan la alarma y plantan cara a esta nueva amenaza, que parece dotada de un armamento y tecnología extraordinariamente similar a la humana, incluidos un equivalente a los torpedos autómatas y las contramedidas de estos. Tras un duro enfrentamiento, tan igualado que ambas flotillas se hacen trizas una a la otra en un absurdo intercambio de peones, el Veracruz es también destruido y diecinueve tripulantes logran escapar en una nave salvavidas. Entre estos supervivientes están el capitán Bernabé y el teniente Pedro Aznar. No ha quedado ninguna otra nave aliada que les pueda recoger, y el único lugar al que pueden llegar con alguna garantía de sobrevivir es Ganímedes, puesto que la nave auxiliar no dispone de oxígeno en reserva suficiente para que casi veinte personas puedan viajar hasta la Tierra.  

Tras un aterrizaje forzoso en la región selvática de Ganímedes, el grupo se divide en dos. La mitad tratará de llegar a la Tierra, contando ahora con el doble del suministro de oxígeno, al dejar en Ganímedes a la otra mitad. Los que queden sobre la luna de Júpiter tendrán que tratar de sobrevivir como puedan en territorio enemigo. El capitán Bernabé y Pedro Aznar están entre los que deciden quedarse en Ganímedes. Otra nave de salvamento, esta vez de sus misteriosos rivales, se estrella también cerca del lugar en el que cayeron ellos. Una sola y malherida superviviente llega hasta los humanos, y ésta tiene todo el aspecto de ser también humana. Huyendo de las patrullas thorbod, los tripulantes del Veracruz y la desconocida se alejan juntos del lugar. 

La única lengua que la muchacha parece entender es la thorbod. Se muestra absolutamente ignorante respecto a donde está. Afirma llamarse Iowa y pertenecer a los Nahum, una raza que acaba de llegar al Reino del Sol y se dedica a buscar a los thorbod por toda la galaxia para aniquilarlos allí donde se encuentren. Los nahumitas a cuyas naves se han enfrentado, además de biológicamente idénticos a los humanos parecen sentir un odio mayor que estos por los thorbods. Terrestres y nahumitas deberían ser aliados naturales, pero la realidad es otra. Los nahumitas son aún más implacables que los humanos. Disponen de armamento equivalente a las Bombas W, y para ellos, todos aquellos mundos en los que hayan thorbods deben ser destruidos sin miramientos para evitar que ni uno solo de ellos pueda escapar. Los millones de humanos que aún son prisioneros en Ganímedes y Marte, así como los saissai que puedan quedar en Venus, serán eliminados al igual que sus amos thorbod. También toda la población de la Tierra va a ser destruida, ya que en ella hay una gran cantidad de prisioneros thorbod, capturados vivos tras la batalla. Bastaría con que en un mundo hubiese un solo thorbod para justificar la total destrucción de este, sin importar la muerte del resto de habitantes, flora y fauna únicas que pudiera contener. Iowa da a entender esto al capitán Bernabé con total naturalidad, como suponiendo que cualquiera entenderá la lógica tras sus intenciones. Y Bernabé finge estar de acuerdo con su razonamiento para que Iowa no se convierta en una enemiga más en sus intentos de sobrevivir en Ganímedes. 

Iowa además tiene una actitud de absoluta superioridad sobre los humanos, considerándolos poco más que animales sin apenas inteligencia cuya opinión no merece ser tenida en cuenta. A pesar de todo ello, Iowa es lo más parecido a un aliado que los personajes tienen en ese momento. Todos juntos se aproximan a un asentamiento thorbod con la intención de robar una de sus naves y escapar de la luna de Júpiter. Al llegar a uno descubren que la presencia de los nahumitas ha puesto en fuga a los thorbod, que han evacuado a toda prisa Ganímedes. Tras partir de este con una nave thorbod, se encuentran con el grueso de la armada nahumita, en la cual se integran… lo que depara otra sorpresa a los humanos. Los nahumitas no solo son físicamente iguales a los humanos, tienen una tecnología casi idéntica, y comparten (e incluso superan) su odio hacia los thorbod, sino que también disponen de al menos dos autoplanetas muy similares al Rayo, y ejércitos de soldados autómatas. Es tal cual como si fueran otra versión de los terrestres, casi con su misma historia y desarrollo, importados desde una realidad paralela. 

Un detalle que me pareció muy gracioso es que cuando Iowa se reúne con otros nahumitas uno de estos la saluda refiriéndose a ella como “princesa”, ante lo cual uno de los humanos le pregunta si es realmente una princesa entre su gente. Esto era muy habitual en la ciencia ficción americana de la época. Cuando el protagonista se encontraba con miembros de una nueva raza o cultura, casi siempre su primer contacto con ellos consistía en rescatar una princesa de ese pueblo, hasta el punto que parecían habitar un universo con más princesas que plebeyas. Algunos héroes llegaban a encontrarse con tantas princesas que terminaban con una auténtica recua de ellas babeándoles detrás mientras ellos se mantenían estoica y castamente fieles a sus esposas o prometidas. Aquí, como si el autor quisiera burlarse un poco de esto, Iowa les explica a los humanos que solo la extensa realeza nahumita pudo ser salvada de los thorbod. Su cultura se desarrolló de nuevo a partir de esta, de modo que todos los nahumitas actuales descienden en algún grado de la nobleza y los términos príncipe y princesa se han vuelto tan comunes que han terminado por sustituir al señor o señora como tratamiento formal estándar. 

Eguidanos también desarrolla aquí el concepto de guerra de botones, en el que parece estar prediciendo el futuro de la guerra hacia el que actualmente nos dirigimos: una guerra sin infantería donde todo combate se libra pulsando botones, a base de activar radares, armas automáticas, contramedidas, drones, soldados autómatas, y misiles teledirigidos. 

Viendo que los nahumitas no tendrán el más mínimo reparo en despoblar a la Tierra si con ello acaban aunque que sea con un solo thorbod más, los humanos escapan de esta nueva y desconcertante amenaza llevándose con ellos a Iowa como prisionera, y logran regresar con su propia flota… donde les espera otra sorpresa, que están los pobres que no ganan para sustos. Al reunirse con los suyos, se les informa que los thorbod se han rendido de forma masiva e incondicional a la humanidad tan pronto como detectaron la presencia nahumita en el Reino del Sol. 

Tal es el pánico que los thorbod les tienen a los nahumitas que confían más en la piedad que pueda mostrarle la raza a la que han esclavizado y de la que han abusado durante los últimos dos mil años que sus recién llegados pero viejos enemigos. Y esto pone de nuevo a la humanidad en aprietos. Los humanos de la Tierra, los que han estado sufriendo la opresión thorbods desde que nacieron, no hubieran dudado en degollar a todos los thorbod al presentárseles esta ocasión, pero quien dirige la Tierra ahora son los redencionistas y los valerianos descendientes de redencionistas. Para estos la ocupación thorbod se ha reducido a unas pocas horas de batalla, y naturalmente aceptan la rendición thorbod. Esto convierte a los thorbods en refugiados políticos en la Tierra, lo que a su vez convierte a esta en enemiga de los nahumitas.

Y hasta aquí llega esta entrega. El único Aznar que toma parte en la trama ni tan solo es el protagonista ni tiene un papel relevante, siendo Bernabé Pocaterra quien lleva el peso de la historia. 

¡Próximamente en sus kioskos, Guerra de autómatas!🤖

Venimos a destruir el mundo. 1974 (reescritura del texto original de 1954). George H. White [Pascual Eguídanos]. La saga de los Aznar nº 10. Editorial Valenciana S. A. 

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