MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

domingo, 16 de junio de 2024

DIVISIÓN EQUIS de la Saga de los Aznar

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, luchadores del espacio.

Hoy por fin hemos encontrado tiempo para preparar y servir otro artículo, y aquí lo tenéis. También, tras mucho mover muebles y cajas y lanzar escombros, obtuvimos acceso a nuestro alijo de DVDs. En breve (quizá mañana mismo) volveremos a reseñar películas, para tener algo más de variedad. Pero ahora, a lo que vamos… el decimocuarto libro de La Saga de los Aznar.  

Hace ya cinco años que el autoplaneta Valera regresó a Redención. Desde entonces se ha librado una guerra contra los hombres de silicio, que dominan el interior hueco del planeta. Incursiones a la superficie por parte de unos se alternan con escaramuzas subterráneas por parte de los otros. 

Durante los últimos seis meses, la inmensa factoría de Ciudad Mecano se ha visto sumida en una actividad frenética. Mil quinientos misiles han sido fabricados a toda prisa para contribuir a esa guerra de guerrillas desde una nueva perspectiva. No son misiles con una carga explosiva al uso. Su objetivo es el sol ultravioleta que sostiene la vida basada en el silicio, y su misión es transformarlo en un sol infrarrojo, apto para la vida basada en el carbono. Si el sol interior es transformado tal como intentan los humanos, esto extinguirá toda vida basada en el silicio, y hará el interior de Redención tan habitable para los humanos como ya lo es su exterior. Para lograr esto, es necesario que al menos un millar de los misiles, conteniendo los productos químicos necesarios para obrar tal cambio, lleguen hasta el sol ultravioleta del interior del planeta.

El artífice de la operación es el científico Octavio Ferrer, que se vuelca en su trabajo de forma obsesiva y exige la misma dedicación de todos cuantos están a su cargo, desde los ingenieros y químicos principales a los encargados de la limpieza de las instalaciones. Octavio es visto como poco menos que un tirano por sus subordinados. Les hecha la bronca por la más mínima y les impone arbitrariamente horas de trabajo extra a pesar de sus ya de por si draconianos turnos. El que el tipo no se cambie de ropa ni se duche siquiera durante meses es el menor de los problemas.

Cuando el proyecto se da por finalizado y los mil quinientos misiles quedan listos, Octavio se retira a descansar a una villa en Solima. Una de sus ayudantes más cercanas, Maruja Goyoaga, decide ir a visitarlo a la villa para fastidiarle el descanso todo lo posible, como venganza por los seis meses horribles que les ha hecho pasar a todos. La actitud de Maruja cambia por completo cuando se encuentra con él. Por primera vez ve a Octavio lavado, afeitado, en mangas de camisa y con una actitud tranquila, libre del estrés de su frenético medio año de trabajo intensivo. De hecho al principio ni lo reconoce, y cree estar ante un hermano suyo. El caso es que Maruja se queda rápidamente prendada de esta nueva y recién descubierta versión de su jefe. Octavio aprovecha la ocasión para comunicarle en persona que el Alto Mando ha determinado que ellos dos tomen parte en la última fase de la operación para supervisar en primera línea el lanzamiento de los misiles.

El primer paso es un ataque directo contra Redención. Los hombres de silicio cuentan con su propia flota de naves, hechas a imitación de las valeranas. Son numérica y tecnológicamente inferiores, pero aun así la batalla se prolonga durante horas produciendo millones de bajas por ambos bandos. Cuando la flota de silicio comienza a flaquear, los valeranos despejan mediante un bombardeo orbital masivo un amplia área alrededor del punto escogido para la perforación. El plan es crear un túnel propio por el que hacer circular los misiles en lugar de mandarlos a través del intrincado laberinto de túneles naturales que controlan los hombres de silicio. Se ha escogido un punto en el que la corteza a perforar es de solo quinientos kilómetros de roca. El túnel a excavar medirá un kilómetro de diámetro y deberá profundizar esos quinientos kilómetros. Es un proceso que, con setecientas naves-taladro de diversos modelos y funciones trabajando sin descanso para excavar, extraer tierra y rocas y afianzar los muros del túnel, llevará cerca de un mes. A lo largo de ese mes los equipos de trabajo y sus naves de escolta son atacados por restos de la flota de silicio y tropas de tierra, en agresiones cada vez más débiles y espaciadas. 

Una vez el túnel está completado, el montón de tierra y rocas extraído de su interior ha formado una nueva montaña de cuatro mil metros de altura. Quince mil millones de misiles atómicos guiados por IA son lanzados a través de él para abrir paso a los mil quinientos proyectiles especiales de Octavio. Esta primera andanada está programada para destruir cualquier objetivo a su alcance. El interior del planeta, donde los hombres de silicio habían congregado los restos de sus flotas, ejércitos y población para una última defensa, se convierte en un infierno atómico de proporciones nunca vistas. A pesar de ello, algunas naves y tropas de infantería encerradas en armaduras de combate selladas sobreviven y se dedican a derribar todos los proyectiles especiales que pueden a medida que estos son lanzados contra el sol infrarrojo. Si habéis visto la escena de Matrix Revolutions en la que las máquinas atacan en masa a la ciudad subterránea de Zion excavando un túnel hasta ella, tendréis una imagen bastante clara de lo que supone el ataque de los valeranos al sol interior de Redención.

Únicamente ochocientos ochenta y ocho de los mil quinientos misiles de Octavio dan finalmente en el blanco. Y a pesar que se había calculado que serían necesarios mil de ellos para alterar el sol ultravioleta, los que consiguen detonar contra este resultan ser suficientes para originar el cambio. Los gases y químicos contenidos en los misiles alteran la composición del sol ultravioleta transformándolo en un sol infrarrojo, que para la flora y fauna de silicio del mundo hueco equivale a una oscuridad total. 

Esto condena a muerte a toda la vida de silicio que queda, y da pie a la recolonización de Redención, tanto de su superficie como de su interior. Es decir, una vez se disipe o se logre eliminar la radiación atómica de los quince mil millones de bombas nucleares empleadas, se canalice agua y oxígeno hasta el interior del planeta, se desarrolle una vegetación adecuada… pero la humanidad está en un punto de su historia en la que la raza en conjunto piensa a muy largo plazo. A más corto plazo y tal como era de esperar, Octavio y Maruja, que habían estado discutiendo bastante a lo largo del texto, se casan y proyectan tener montones de críos.

Y esta es otra de las cosas que caracterízan a La Saga de los Aznar. Algunos libros se centran en las vivencias de un pequeño grupo de supervivientes o de un reducido comando de soldados, pero otros libros nos detallan batallas a gran escala. Y cuando esto ocurre, la escala es colosal hasta niveles inimaginables. Las guerras no persiguen la victoria sobre el enemigo, sino su total exterminio. Las batallas implican a millones no ya de soldados, sino a millones de naves con tripulaciones inmensas. La dotación estándar del Valera, por ejemplo, es de cien millones de personas, y está constituida como una nave generacional. En su interior no solo hay fábricas de naves y armamento, talleres de reparaciones y acuartelamientos, sino viviendas familiares, guarderías, parques infantiles y escuelas. Ya se da por sentado que los viajes que realice muchas veces no podrán ser completados por los mismos que los iniciaron, quizá ni tan solo por sus hijos, y los humanos se convierten así en una pieza más de la nave que se renueva continuamente. A día de hoy estos conceptos ya no son tan raros en la ciencia ficción, pero recordemos una vez más cuando se escribió esto.

En general se me ha hecho mucho más entretenido e interesante que el anterior, a pesar que se centra menos en los personajes que mueven la historia. Un momento que me ha parecido especialmente interesante y hasta gracioso, es cuando llega la hora de pulsar el botón que desencadenará el ataque final humano, el lanzamiento de los misiles especiales de Octavio. Este le indica a su ayudante que pulse el botón correspondiente, porque en ese preciso momento ella se encuentra más cerca del panel que él. Un periodista que está con ellos grabando el momento para la posteridad le recrimina que debería ser él mismo quien lo pulse, por ser el diseñador de las armas, porque así todo quedará mejor de cara al público. Octavio tiene que repetir la vital orden de pulsar el botón a gritos por encima de las protestas del periodista para que la ayudante se decida a hacerlo.

La mayor parte del texto se destina a tratar de hacer creíble la operación de perforación y bombardeo del sol interior. Y la escalada de poder en estos libros a veces llega a marear y a parecer desproporcionada, exagerada, imposible… hasta que caemos en la cuenta que en la Segunda Guerra Mundial, sin naves espaciales, ni rayos desintegradores, y lanzando “solo” dos bombas atómicas de muy baja potencia, murieron aproximadamente setenta millones de personas en un plazo de seis años. 

¡Aparece una palabra salvaje! Nos topamos con la palabra filípica mientras leíamos este libro, y la buscamos a ver que significaba. Son filípicas todas aquellas charlas o declaraciones llenas de reproches, recriminaciones y acusaciones, dirigidas específicamente conta políticos. Reciben ese nombre por los duros discursos pronunciados por Demóstenes contra Filipo segundo. 

¡Próximamente en sus kioscos, Invasión nahumita! Puedes repasar la saga desde el inicio pulsando aquí.

División Equis. 1974 (reescritura del texto original de 1953). George H. White [Pascual Eguídanos]. La saga de los Aznar nº 14. Editorial Valenciana S. A. 

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