EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, lectores nocturnos.
Vamos ahora con el cuarto y quinto comic (según su numeración española) de la colección Cazadores de vampiros. Estos forman otra pequeña historia en la que veremos aparecer a un personaje invitado que no tiene nada de sobrenatural pero sí más relación con la muerte que casi cualquier otro de Marvel; el Castigador.
¡Hasta la médula! (nº 4, con guion de D.G. Chichester y dibujo de Ron Garney): en un apartado cementerio rural, un grupo de satanistas está llevando a cabo un ritual con el que pretenden obtener alguna clase de favor de sus señores infernales. Ataviados con túnicas, capuchas y la típica parafernalia ocultista, se disponen a realizar un sacrificio; cada uno de ellos ha llevado a la reunión un pequeño animal vivo a los que van a apuñalar hasta la muerte a modo de ofrenda.
El líder de esta pantomima, que se hace llamar Shiv, va a dar ejemplo sacrificando a un cachorrito de perro cuando el grupo Frontera irrumpe en el cementerio.
Aunque Drake considera que su deber siempre es salvar vidas, sus compañeros de equipo no tienen tanto remilgos y se lanzan directamente a matar a los cultistas, no a detenerlos. Blade golpea con una cuchilla ígnea las dagas de sacrificio de Shiv, haciéndolas estallar en sus manos y llenando su cuerpo de esquirlas metálicas. Por su parte, Hannibal King emplea sus poderes vampíricos para convocar a todos los perros hambrientos de los alrededores y lanzarlos contra los cultistas. Aquellos que pretendían sacrificar unos animales acaban siendo devorados por otros, lo que indica que este siniestro vampiro bueno no está exento de cierto irónico sentido del humor.
Todo el culto satánico es destrozado por los perros, siendo este probablemente el mayor aporte que tales despojos humanos han hecho nunca al mundo. Solo Shiv se salva, huyendo del cementerio con el cuerpo lleno de fragmentos de las dagas que rompió Blade. En realidad, aunque gravemente herido parece aún más fuerte que antes. Las dagas rituales, a las que él se refería como Los Cuchillos de Malacoda, sí eran artefactos mágicos después de todo, y ahora que están incrustadas en su cuerpo él también lo es. Olvidándose de sacrificios menores como el cachorro que pretendía matar, Shiv se lanza contra las primeras personas que encuentra (una familia) y acaba con la mujer y el hijo dejando al padre gravemente herido. Cuando los miembros de Frontera lo alcanzan Blade intenta matarle una y otra vez, pero ahora Shiv parece ser inmortal. Las autoridades locales aparecen haciéndose cargo de la situación, y llevándose tanto Shiv como al hombre malherido, llamado Adam, a un hospital.
En el hospital Adam es estabilizado pero con daños extensos, y un inesperado visitante se interesa por su estado. Se trata del Castigador, que ve en Adam alguien que, como él, ha perdido a su familia a consecuencia de una guerra que se estaba librando entre otros dos grupos con los que no tenía nada que ver. El Castigador le dirige unas palabras de ánimo al inconsciente Adam y se marcha.
Poco después, Shiv escapa matando a sus cuidadores. Como si esto fuera algún tipo de señal para ponerse en marcha, también Adam despierta repentinamente y abandona el hospital, a pesar que sus heridas son tan extensas que no deberían permitirle ni tan solo andar.
Llega un jinete pálido (nº 5, con guion de D.G. Chichester y dibujo de Ron Garney): tres trabajadores del hospital lo abandonan al caer la noche, habiendo terminado su turno. Por la conversación informal que mantienen, vemos que dos de ellos son bastante supersticiosos, mientras que el tercero considera que las supersticiones son una bobada y no les concede ninguna importancia. En cuanto se alejan un poco del edificio son abordados por un hombre de piel putrefacta que parece envolverse repentinamente en llamas. Uno de ellos reconoce en él a Adam, el paciente ingresado ese mismo día en estado crítico. Adam, o la criatura en la que se ha convertido, asesina a los que se mostraron supersticiosos quemándolos vivos con su toque, y se marcha dejando indemne aunque traumado al tercero.
Entretanto, Shiv vaga por la ciudad modificando su cuerpo. Ha desarrollado un profundo gusto por eso de tener metal atravesándole la carne y se dedica a robar cuchillos y navajas para clavárselos en los brazos y los pliegues de carne del cuerpo hasta hacer sobresalir las puntas por el otro lado. También pone a prueba sus adquisiciones rajando a quien pilla por medio, a modo de nuevos sacrificios para sus dioses. Actúa despreocupadamente dejando un rastro de cadáveres que no trata de ocultar. Este rastro lleva al Castigador y a Frontera hasta él, por separado. Pero ellos no son los únicos que lo buscan.
Adam, transformado por su contacto con Shiv en otra criatura infernal, busca a su involuntario creador para acabar con él, pero también mata a todo aquel con el que se cruza en el que atisbe el más mínimo rastro de creencia en las ciencias ocultas. Basta con ser supersticioso, creer en el horóscopo, la lectura de manos o la adivinación para que Adam lo considere un seguidor de lo Oculto y tan satánico como el propio Shiv y sus cultistas, y lo ejecute por ello.
Finalmente, Frontera encuentra a Shiv en un local de material ocultista. El tendero primero y después el propio Shiv tratan de huir por la puerta trasera, pero allí los está esperando Adam.
El Castigador llega a continuación, y al oír como Adam repite las palabras de ánimo que él le dirigió en el hospital estando inconsciente, comprende que es en parte responsable de su creación. Puede que el contacto con Shiv fuera lo que contaminara a Adam transformándolo en un ser sobrenatural, pero fueron las palabras del Castigador las que le dieron un propósito y le impulsaron a matar inocentes.
Adam abrasa a Shiv acabando con el degenerado cultista, y a continuación Drake, Blade y el Castigador atacan a Adam con todo lo que tienen, destruyéndole también. Solo Hannibal King, que ve en Adam a un humano convertido en ser de las tinieblas contra su voluntad, como lo es él mismo, trata de entenderle y protegerlo, pero sus ruegos caen en oídos sordos.
Habiendo muerto los dos psicópatas sueltos, el Castigador se marcha sin querer siquiera saber quiénes son sus inesperados aliados. Y King se queda haciéndose la eterna pregunta de “¿Quién vigila a los vigilantes?”, o en este caso, qué derecho tiene el Castigador, o ellos mismos, para decidir quienes pueden vengarse de los que considera que le hicieron daño y quienes no.
Esta historia me ha parecido más interesante que la anterior, pero es más corta. Adam tiene el típico inicio de héroe trágico: pierde a su familia a manos de un asesino y queda en estado crítico. Luego obtiene repentinamente poderes que no pidió y nunca hubiese aceptado recibir a cambio de lo que le arrebataron. Se autoimpone la misión de usar esos poderes para hacer justicia… pero en su caso casi todos a los que mata son inocentes, porque su idea de lo que se engloba como “el mal” es tan amplia que muy pocos podrían quedar fuera de ella. Es él quien termina destruyendo a Shiv, pero ser destruido justo a continuación es lo mejor que le podía pasar tanto a él como a la población en general. Le falta algo más de desarrollo, quizá diferenciar más inicialmente a Shiv y Adam aunque ambos terminen siendo básicamente lo mismo y estén destinados a terminar igual.
La siguiente aventura de los Cazadores de vampiros (que os habréis fijado que por el momento no han cazado ningún vampiro) es la más corta, ocupando un solo comic. Aun así comentaremos dos, por motivos que podéis averiguar pulsando aquí.
Nigthstalkers. 1993. Varios autores. Publicado en 1994 por Comics Forum.
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