MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

miércoles, 25 de septiembre de 2024

CHRIS LEAN

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Más o menos todo aficionado al comic europeo conoce, aunque sea de oídas, la obra de Maurilio (Milo) Manara, un ilustrador italiano que se ha especializado en el comic erótico explícito. Es famoso por obras como El perfume del invisible, El clicEl arte del azote o Desnuda por la ciudad

¿Pero cuantos sabíais que en sus inicios sus historias se publicaban en revistas infantiles como Mortadelo? Eran historias con un tono más rebajado que las citadas, desde luego, pero el tipo ya apuntaba maneras mostrando cuerpos femeninos bien definidos y (al no poder dibujarlos desnudos, por el público al que iba dirigido el tebeo) vestidos con ropas sugerentes. Al menos, sugerentes para lo que estaban acostumbrados a encontrarse en sus tebeos los niños de la época.

Una de las colecciones de Manara que pudimos ver entre las páginas de Mortadelo, para aburrimiento de los niños más pequeños y regocijo de los que ya estaban un poco más crecidos, fue Chris Lean. Este personaje, claramente inspirado en James Dean, era un agente de policía de una unidad especial cuyos miembros actuaban en solitario, sin uniforme, sin placa, y realmente sin un cometido específico. Se les reclutaba entre aquellos individuos que carecían de vínculos familiares o querían dejar atrás su pasado. 

Dotados únicamente con un revólver y una moto (modelos civiles) su área de patrulla era toda Norteamérica. Su cometido era, literalmente, quijotesco; vagar al azar desfaciendo los entuertos y problemas con los que se toparan, prescindiendo de papeleo y burocracia cual héroes errantes, buscándose la vida sin financiación ni apoyo oficial. Actuaban por su cuenta con una libertad casi total y regresaban a informar a su oficina central cada vez que dieran con algo importante, como un jefe de policía o un senador corruptos. Un argumento que solo podía ser tomado en serio entre los años setenta y noventa, cuando aún había una línea divisoria clara entre buenos y malos.

Entre los adversarios habituales de Chris estaba Frederick Bell Irving, un nombre clave para referirse a todo agente del FBI. Vale la pena hacer notar que, aun siendo ambas agencias gubernamentales, la imagen pública que tienen el FBI y la CIA a ojos de la mayoría de los norteamericanos es radicalmente distinta. Al FBI se lo ve como un peligro para la propia población, envueltos en secretismo y capaces de torturar o hacer desaparecer a quienes hagan campaña en contra del gobierno, incluso si lo hacen de forma legal y pacífica. La CIA es lo contrario, y se les achacan labores como desarticular sectas religiosas extremistas o grupos terroristas y rescatar estadounidenses raptados o tomados de rehenes en otros países. Pero repito, esta es solo el sentir general que la población tiene de ellas. La diferencia real entre una y otra agencias es que el FBI actúa solo contra amenazas originadas dentro de territorio nacional, mientras que la CIA lo hace solo contra las originadas en territorio extranjero.

El caso es que Chris Lean era uno de estos agentes experimentales a los que se había soltado para recorrer a voluntad el vasto territorio norteamericano. Siempre se veía envuelto en casos en los que había involucrada alguna bella señorita soltera y sin compromiso, todas las cuales se enamoraban perdidamente de él, claro. 

El tener el trabajo que tenía, siempre en movimiento y actuando de forma encubierta, servía de “justificación moral” para que después de acostarse con cada una de ellas se largara inmediatamente en su moto a por la siguiente… a por la siguiente misión, quiero decir 😅

Estéticamente, la serie era más parecida a otras como Esther y su mundo o Los extraordinarios relatos de Tío Arthur, dirigidas a niñas, que optaban por un dibujo más realista y detallista (resaltando rostros, peinados, vestidos, etc.) que los tebeos dirigidos a niños, donde lo que se buscaba era el simple humor a base de porrazos y malentendidos. En Chris Lean, que parecía tratar de atraer a ambos públicos, se combinaban escenas románticas con otras de tiroteos y peleas a puñetazos, pero estas tendían a ser menos que las primeras, como si las de acción fueran un extra y las escenas románticas el tema principal. Y puede que así fuera, realmente. 

Teniendo en cuenta como fue derivando con el tiempo la obra de Milo Manara, presentando a las mujeres cada vez más esbeltas y más livianamente vestidas (o directamente sin vestir) es muy probable que su principal interés en la obra fuera simplemente dibujar mujeres, y que las escenas de acción fueran algo puesto ahí para justificar al personaje.

En su momento nunca presté mucha atención a las historias de Chris Lean que pudieran aparecer en los tebeos que me compraban mis padres y si tengo algunas de ellas ahora es porque aparecen en números de Mortadelo de los ochenta que adquiero porque traen otra serie que estoy tratando de reunir completa llamada Fantasía S.A. Comentaré ambas cuando tenga una cantidad significativa de páginas de cada una de ellas. 

Chris Lean. 1977. Raffaele D'Argenzio (guion) Milo Manara (dibujo). Publicado en 1984 en la revista Mortadelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario