EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.

Saludos, bestiales lectores.
Este es el primer y hasta donde sé el único cómic propio del autor español Rafael Garrés. Antes de Hombres y Bestias fue ilustrador de juegos de rol, portadista de otras colecciones de cómics e ilustrador independiente. Tras Hombres y Bestias alguien se fijó en él y comenzó a dibujar para varias editoriales, entre ellas DC, Marvel y Dark Horse, participando en colecciones ya establecidas. Pero por lo que tengo entendido este fue el único trabajo 100% propio que llegó a publicar, siendo tanto guionista como dibujante del mismo.
El cómic es de 1995 y se publicó originalmente en tres partes. Aquí lo vamos a presentar en una sola entrada puesto que la historia es muy sencilla, y eminentemente visual. Las páginas tienen unas tres viñetas cada una en promedio, por lo que se puede leer y contar realmente muy rápido. El estilo de dibujo es claro y detallado, con escenas de acción rápidas y una dosis razonablemente alta de sangre y tiros, cómo debe ser.
Hombres y bestias (nº 1). La historia tiene lugar en Necrópolis, un vertedero industrial tóxico que se ha formado junto a una ciudad portuaria que podría ser perfectamente Nueva York, aunque no se nos dice de cuál se trata, y realmente no importa. La ciudad es el escenario accesorio. Todo lo importante tiene lugar en Necrópolis.
Comenzamos en la comisaría de policía de la ciudad, en la que un cabreado comisario asigna una misión a un pequeño grupo de mercenarios. Dos de sus agentes han sido prácticamente despedazados y devorados mientras patrullaban por las inmediaciones de Necrópolis, que con el tiempo se ha convertido en una especie de segunda ciudad adosada la primera, una zona sin ley, escondrijo de todo tipo de rechazados y mutantes.
La misión que el comisario encarga a los mercenarios no es buscar a los culpables de lo ocurrido a sus hombres, porque no le importa en absoluto quién haya sido. Son una expedición de castigo. Los envía simplemente a matar a lo que pillen, a dar una exhibición de fuerza para que los habitantes de Necrópolis se lo piensen mejor la próxima vez que tengan intención de hacer algo así. Los mercenarios irán acompañados por Sabage, que al parecer es un habitante de la propia Necrópolis que colabora con la policía a modo de guía local.
Sabage lleva a los mercenarios hasta el interior de Necrópolis y una vez allí, lejos de miradas indiscretas, se transforma en una especie de criatura hiper musculada llena de garras y dientes afilados, y se lanza contra ellos, destrozándolos en cuestión de segundos.
A pesar que recibe varios disparos casi a bocajarro estos no parecen tener ningún efecto en él. Sus heridas se cierran rápidamente y sólo con sus garras y su fuerza se basta para acabar con los mercenarios. Luego toma sus cabezas y se las hace llegar al comisario. Este pretendía dar una advertencia a los habitantes de Necrópolis, pero son los habitantes de Necrópolis quienes le han advertido a él que deje de enviar hombres a patrullar por su zona. La reacción del comisario es buscar un grupo de mercenarios más duro todavía.
Esta vez se pone en contacto con la División de Erradicación Mutante, especializados en la caza y destrucción de metahumanos, porque ya sospecha que Sabage lo es.
Estos nuevos mercenarios están al mando de la coronel Grosskopf. La imagen que se nos da tanto de ella como de sus hombres va cambiando a lo largo de los cómics. Al principio parece que vayan a ser los protagonistas de la historia y que el villano a derrotar es Sabage. Pero esta primera impresión empieza a tambalearse casi inmediatamente en el siguiente número.
Hombres y bestias (nº 2). Mientras el equipo de mercenarios se dirige hacia necrópolis en un avión de transporte de tropas ligero, Grosskopf hace un rápido repaso de lo que saben sobre Sabage, y se nos da a entender que la comandante ya se ha enfrentado anteriormente a él. El grupo llega a Necrópolis y es casi inmediatamente atacado por Sabage, ya transformado, que salta sobre ellos dispuesto a acabar con todos. Sin embargo una de las mujeres del grupo resulta ser una psíquica. Percibe su presencia y prevé el ataque antes de que se produzca. Esto da tiempo a Grosskopf a reaccionar, alcanzando al monstruo con varios disparos en medio del salto cuando ya estaba por caer sobre ellos.
En esta ocasión vemos que las balas que ha empleado sí tienen efectos sobre él, dejándolo gravemente herido aunque sin llegar tampoco a matarlo, por lo que debemos suponer que estos emplean algún tipo de munición especial con la que no contaba el primer grupo de mercenarios. Sabage también reconoce entonces Grosskopf y trata de huir de ella, pero esta le dispara a la espalda una ráfaga de dardos tranquilizantes. Pese a esto Sabage logra poner algo de distancia y se refugia en una vieja catedral, donde finalmente se derrumba, falto de fuerzas. Allí es donde los mercenarios lo encuentran y lo encadenan a una columna.
Cuando pasa el efecto de los dardos tranquilizantes, Sabage ha recuperado su forma humana. También sus numerosas heridas se están regenerando a una velocidad alarmante. Y es aquí cuando la coronel Grosskopf cuenta a sus hombres (y a los lectores, de rebote) el pasado que ella y Sabage comparten. Su primer encuentro tuvo lugar en 1423. Grosskopf era una caudilla de la Santa Inquisición, que al mando de un ejército de caballeros se dedicaba a ir de pueblo en pueblo purgándolos de todos aquellos a los que consideraban brujos.
El celo de Grosskopf era tan elevado que ante el menor indicio de lo que ella considerase brujería, todo el pueblo era masacrado o quemado. En uno de esos pueblos es donde se encontró por primera vez con Sabage, que era uno de los aldeanos. Al ser encendida su pira, este adoptó su forma de monstruo para escapar, haciendo una matanza entre los caballeros. De algún modo consiguió escapar del ejército de Grosskopf en aquella ocasión, y desde aquel primer encuentro ha habido otros que terminaron siempre sin un vencedor claro.
Lo más curioso de esta historia es que ninguno de los hombres de Grosskopf encuentra extraño que ella esté aún viva desde la Edad Media. De Sabage se podría entender, puesto que si es algún tipo de mutación humana esta podría haber afectado a su longevidad. Pero ¿qué ha mantenido viva a la coronel desde entonces, y por qué sus hombres aceptan esto sin dudarlo?
Mientras los mercenarios están discutiendo sobre qué hacer con él, Sabage se transforma de nuevo en una bestia. La secuencia de viñetas en la que se nos muestra esto es interesante porque vemos como él oye una voz en su cabeza que le reclama que le ceda el control, como si una entidad sobrenatural (o quizá una doble personalidad) estuviera ocupando su mismo cuerpo y necesitase el permiso o complicidad de este para transformarlo en bestia.
Sabage cede a la petición de esta entidad, y una vez transformado rompe las cadenas fácilmente, desgarrando con su zarpa el cuello de uno de los mercenarios.
Hombres y bestias (nº 3). Libre pero enfrentado todavía a tres enemigos, Sabage huye por la catedral, y los mercenarios se dispersan para buscarle. Otro detalle que nos hace dudar sobre la verdadera naturaleza de los mercenarios es que la coronel les indica que, puesto que no hay testigos en las inmediaciones, pueden prescindir de sus armas de fuego para cazar a Sabage. También vemos que el cuarto mercenario, el hombre al que Sabage abrió el cuello de lado a lado con su garra, sonríe a pesar de ello mientras se incorpora de nuevo.
Los mercenarios se dispersan para buscarle y Sabage aprovecha esto para ir atacándoles individualmente. Su primera presa es la chica psíquica, que es la más débil del grupo y ejerce de apoyo del resto. Aprovechando su mayor velocidad, Sabage la mata de un golpe. A continuación se enfrenta con el hombre al que le cortó la garganta, que ya parece totalmente recuperado. De su cuello desgarrado brotan largos tentáculos acabados en aguijones con los que atrapa e intenta estrangular a Sabage. Mientras pelea contra los tentáculos, Sabage consigue acercarse lo suficiente al mercenario como para estrujarle la cabeza, lo que esta vez sí le provoca la muerte.
El siguiente a por el que va es uno del que ya habíamos visto que tenía un brazo cibernético… o eso parecía. Durante el combate contra él, Sabage mete entre sus ropas una granada que le había quitado al mercenario anterior, y cuando esta detona vemos que no es que tuviera un brazo biónico sino que en realidad es un androide estilo Terminator, con un armazón totalmente mecánico cubierto de piel, como camuflaje. Este resulta más duro que los anteriores y Sabage realmente no logra vencerlo, solamente sobrevive a su encuentro con él. Mientras ambos pelean el viejo suelo de la catedral cede bajo sus pies y los dos se precipitan a un sótano. Sabage aterriza sobre una pila de viejos huesos que frenan algo su caída, mientras que el androide lo hace sobre una gran cruz de madera rota en la que queda empalado.
Habiéndose librado ya de los hombres de Grosskopf, Sabage abandona la catedral buscándola a ella, y esta pone las cartas sobre la mesa. Efectivamente la División de Erradicación Mutante está compuesta enteramente por metahumanos: humanos mutantes o con poderes psíquicos, porque son los únicos lo bastante duros como para acabar con otros metahumanos. Grosskopf le muestra entonces a Sabage su verdadera naturaleza, arrancándose tanto la ropa como la piel y revelando su forma real, similar a la de un licker del Resident Evil 2. Cierto es que el Resident Evil 2 y sus lickers son tres años posteriores a este comic, pero me valen como una referencia rápida de su aspecto.
Durante siglos la criatura que se hace llamar Grosskopf ha vivido mezclada con la humanidad, pero su capacidad metamórfica está fallando, y dentro de poco será incapaz de adoptar esa apariencia. Su época de trabajar para los humanos ha terminado, y puesto que estos pretenden destruir a todos los metahumanos, no podrá seguir colaborando con ellos con su verdadero aspecto. Tras haber dedicado su vida a cazar metahumanos, finalmente se ve obligada a vivir como uno de ellos, y propone a Sabage que se alíen. Pero Sabage tiene otros planes. Grosskopf le ha acosado y tratado de matar tantas veces a lo largo de los siglos que aliarse con ella es impensable. Se lanza a matarla, pero estas se limita a esquivarlo y saltar lanzándose a las aguas del puerto. Nada hasta la ciudad y, quizá para ir borrando su rastro o quizá como muestra de buena voluntad hacia Sabage entra en la comisaría de policía y arranca la cabeza al comisario que la envió a Necrópolis.
La escena cambia de nuevo a Necrópolis, donde Sabage está tranquilamente sentado sobre un montón de cascotes. El olor familiar de la sangre fresca llega hasta él. Corre en busca del origen de ese aroma y se encuentra con Grosskopf. Esta, en su auténtica y al parecer ya definitiva forma, ha clavado la cabeza del comisario en una estaca a modo de ofrenda. Contemplando el macabro trofeo Sabage le dice a la metahumana que con el tiempo comprenderá que lo que la hace comportarse de un modo tan salvaje no es su mitad animal, sino su mitad humana. Esta frase es importante, porque en ese momento Sabage parece un mentor dando lecciones a una alumna todavía en desarrollo. Y esto nos hace suponer que en realidad Sabage es una entidad mucho más antigua que Grosskopf, y que ya ha completado una senda de aceptación de su verdadera naturaleza que Grosskopf aún está recorriendo.
Y así concluye Hombres y bestias, sin que lleguemos a enterarnos de si estos dos terminan matándose uno al otro, si terminan aliándose, o si cada uno marcha por su lado. Es como dije al principio una historia corta y sencilla, tanto que se podría haber publicado en un solo tomo en lugar de por entregas pero eso ya son decisiones de la editorial en las cuales no me meto. El entorno es un tanto genérico, pero precisamente por eso es fácil de asimilar. Va directamente a la acción, sin necesidad de dar muchas explicaciones. No puedo saber si Garrés tenía intención de hacer algo más sobre este entorno o estos personajes, pero tiene toda la pinta de estar pensado como una miniserie sin continuidad.
Hombres y bestias. 1995. Rafael Garrés (guion y dibujo). Publicado por Tebeos Glénat.
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