Presentado por...Zag.
¡Extra! ¡Extra! ¡Se nos revela el origen de Kurumi! ¡Todo lo que necesita saber sobre la niña de los regalos está en estas páginas! ¡Extra! ¡Extra!
El regalo perdido. La siguiente historia está centrada en la propia Kurumi. Empieza en ese día fatídico en que ella no recibió regalos en el colegio, ni en su casa. Esto la entristeció tanto que se limitó a andar por las calles hasta, aparentemente, morir de frío y convertirse en lo que sea que es ahora.
Kurumi vaga bajo la nevada, mirando a través de las ventanas, viendo como las personas se entregan regalos unas a otras. Una madre que da un regalo a su hija, unos niños que le dan un regalo a su abuela, un hombre que le entrega una estilográfica nueva a su hijo para animarle al que repita un examen que ha fallado…
Kurumi sigue deambulando al azar, viendo bondad y buenas intenciones en cada regalo como los que se le han negado a ella, hasta que se encuentra con un anciano… un anciano de larga barba blanca con un curioso vestido invernal rojo con borlas blancas. El hombre lleva un gran saco a la espalda y parece interesado en que Kurumi esté esperando un regalo. Incluso se ofrece a darle uno de los regalos que lleva en su saco, pero Kurumi lo rechaza, diciendo que ella misma debe encontrarlo.
Vemos que la nieve empieza a acumularse en la cabeza y los hombros de la niña mientras sigue vagando sin rumbo en busca del regalo que de verdad le corresponde, encogida de frio. El hombre de la barba blanca y el traje rojo se eleva hasta el cielo, donde desaparece en un fogonazo, mientras le dice que recuerde siempre que un regalo no es solo un objeto. Lo que convierte a un objeto en un regalo es que se hace de corazón. Este es el primero de los encuentros que Kurumi tendrá con otro personaje legendario asociado a los regalos ya que, como seguramente habéis supuesto, el anciano con el que acaba de hablar es Papá Noel.
Kurumi sigue andando hasta encontrarse en un parque con un hombre joven que se lamenta de que ya no va a poder entregarle a su novia un regalo que compró para ella, y se lo da a Kurumi. Kurumi lo acepta porque, aunque no fue comprado pensando en ella, debe ser valioso para alguien. En este momento Kurumi se ha convertido, aun sin saberlo, en una intermediaria de regalos. Siempre tiene regalos para dar, nunca para quedarse. El regalo que el hombre ya no puede dar a su novia (no llegamos a saber porqué) son los pendientes que vimos que Kurumi le entregaba a Mitsugu en El regalo del amor, que al unirlos formaban un corazón. Y sabemos que en ese momento ella ya ha muerto porque ya no hay nieve acumulada en sus hombros y cabeza, ya no muestra sentir frio, y dice que continúa buscando su regalo porque de todos modos ha olvidado como regresar a su casa.
Kurumi se eleva en el aire como si estuviera subiendo por una escalera invisible y se pierde en el cielo. En una casa cercana, una pareja de ancianos depositan un paquete de regalo junto a una pequeña fotografía. Es la fotografía de Kurumi, y los ancianos son sus padres. No han vuelto a saber nada de ella desde aquel día de su cumpleaños en que se olvidaron de darle el regalo, pero dejan un regalo junto a su foto por si ese año volviera a casa. Pero Kurumi está muy lejos, ocupada en hacer llegar a otras personas los regalos que merecen.
Puedes ver las otras historias de Present desde la primera pulsando aquí.
Present. 1993. Kanako Inuki. Publicado en 2006 por Mangaline Ediciones S.L.


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