Esta es en mi
opinión la mejor entrega de la saga Lobo Solitario. No solo es un
punto crítico de la historia (la obtención de la Sommerswerd,
o Espada del Sol, que representa la única oportunidad real de
vencer a los Señores de la Oscuridad y nos acompañará en todas las aventuras
posteriores) sino que reúne los tres elementos que los autores clásicos
consideraban los puntales imprescindibles de una gran aventura: un héroe que se
enfrenta al mal, un viaje en busca de su destino, y el mar como escenario
trágico y eterno.
A bordo de un
magnifico buque de guerra, el Cetro Verde, zarparemos rumbo a
Durenor, donde se custodia la espada desde tiempos antiguos. Para conseguirla
y llevarla a la ciudad de Holmgard, deberemos enfrentarnos a piratas y
asesinos, entablar un combate naval contra toda una flota de barcos fantasmas
tripulados por zombis (sin duda lo más recordado de esta aventura), e incluso
tratar con obcecadas autoridades locales que, con el destino del mundo
pendiente de un hilo, nos exigirán tener todos nuestros documentos debidamente
firmados y sellados.
También tendremos
la oportunidad de conocer a algunas más de las curiosas criaturas que pueblan
el mundo de Lobo Solitario, como los noodnic. Estos son
uno ratones (tamaño ratón, no los típicos hombres-rata tamaño humano) que
habitan en las alcantarillas, pero visten con elegancia, esgrimen pequeñas
dagas como si fueran espadones, y viven de robar todo lo que pueden de la
ciudad de arriba. Cuando nos los encontramos, y si somos capaces de
comunicarnos nos ellos, se muestran simpáticos y amigables, incluso nos dan
algo de información y comida para nuestro viaje... mientras nos desvalijan al
mismo tiempo, quizá como cobro por la ayuda que nos proporcionan.
Otra situación
en la que el autor logra crear una escena muy interesante, es una parada que
debemos hacer a descansar en una taberna, tras una viaje en diligencia. Durante
la cena, uno de nuestros cinco compañeros de viaje intenta envenenarnos.
Deberemos deducir quien de ellos es el responsable, para lo cual deberemos
haber prestado atención al texto descriptivo de la historia y a una ilustración
a doble página en la que se nos muestra a los cinco, pues tanto una cosa como
la otra nos dan las pistas necesarias para averiguarlo. Esta pequeña escena de
investigación dentro de la historia supone un cambio de ritmo, y es mucho mejor
recibida que, simplemente, otro combate contra tal o cual enemigo.
Fuego sobre el agua. 1984. Joe Dever (texto) Gary Chalk (ilustraciones). Lobo Solitario nº 2. Editorial Altea (edición española).
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