De entre todos los tipos de material que colecciono,
hay uno que siempre me ha resultado especialmente interesante… ¡el gratuito! 😁
Por lo general los posters publicitarios que te encuentras por la calle están pegados a las vallas con engrudo, pero algunas veces, por algún motivo, están sujetos con tiras de cinta adhesiva. Algunos de estos últimos, con mucho cuidado y la inestimable ayuda de un cutter, se pueden recuperar y llevártelos enrollados debajo del brazo. Después de todo, el mismo derecho que pueda tener un particular de pegar un póster en un lugar público, lo tiene otro de despegarlo, y los posters en los que aparecen dinosaurios atrapan mi retina inmediatamente. Tras unos días a la intemperie se convertirán en basura rota y descolorida hecha jirones, por lo que, visto fríamente, recuperar alguno de vez en cuando es casi un pequeño acto de sanidad pública 😇
Estos dos los recolecté de calles de Cartagena. El de
arriba es muy llamativo, con la enorme cabeza del tiranosaurio con la boca
abierta, como si estuviera a punto de tragarse a los dos risueños chavales. Por
alguna razón esa imagen me hace pensar en los relatos de Ray Bradbury. En ninguno en
concreto, si no en la idea general del sentido de la maravilla y la fascinación
por lo imposible.
Este otro, presidido también por la imagen de un tiranosaurio,
es la versión pequeña de uno mucho mayor, en el que se veían más dinosaurios deambulando
en plena calle, entre coches detenidos y gente que los miraba pasmados. El póster grande era de hecho demasiado grande para apoderase
de él, pero este pequeño tiene también muy buen aspecto. No estoy seguro en que año conseguí el primero (quizá 2014 o 2015) pero el segundo es de 2018.
Los he fotografiado sujetándolos con imanes a la puerta de la nevera para que estuvieran planos, por si alguien se preguntaba que son las piezas de colores rojo y azul que aparecen en las esquinas.
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En mis años mozos tuve la suerte de encontrarme, mientras paseaba al perro, a un hombre pegando posters así que le pedí por favor que me diera uno y me lo dio. Era del concierto de los Backstreet Boys (^^)
ResponderEliminar¿Se lo pediste por favor? ¿No será que le amenazaste con azuzarle al perro si no te daba uno? jaja
EliminarJajajaj, qué tendría yo, ¿trece o catorce años? No se me hubiera ocurrido, aunque puede que se sintiera amedrentado por el perro, totalmente negro, de 30 kg, mezcla de Pastor Alemán y Doberman, a las 22 o 23 horas de la noche.
EliminarSi así fue, gracias Tyson :)
Entonces... ¿con trece años, andando por la calle a las once de la noche y pidiendo cosas a desconocidos? Que suerte tuviste de ir con un perrazo, y no lo digo solo porque te consiguió un poster ^^U si, si, gracias Tyson.
EliminarJajajjaja
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