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domingo, 28 de julio de 2019

EJERCITOS WARHAMMER: CONDES VAMPIRO (2ª versión)

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
Esta segunda versión del libro de Condes Vampiro apareció tan solo dos años después de la primera. No añadió casi nada nuevo, tendió a simplificar personajes y tropas haciendo que perdieran aquello que más los caracterizaba, y en general fue una tomadura de pelo. Incluso la portada, muy oscura y poco detallada, es horrible comparada con las de los libros de ejército anteriores.
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Básicamente, lo que tenemos aquí es el mismo material que en la primera versión. Se ha añadido un quinto clan, los Strigoi (Aulladores, en rumano) que, mas que vampiros, son una manada de supernecrófagos. 
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He de decir que, como monstruos ficticios, siento un especial aprecio por los necrófagos, y de no haber sido este el nuevo clan no habría asumido el gasto de comprar el libro. Primero, porque renovar el libro solo dos años después de haberlo sacado, es una falta de seriedad empresarial increíble. Lo justificaron diciendo (a través de la revista White Dwarf) que habían empleado esos dos años en observar como funcionaban las nuevas tropas y reglamentos, y habían introducido cambios para que funcionaran mejor, permitiendo un juego más claro y fluido. Pero para eso son las pruebas de juego. Un reglamento nuevo debe ser testeado de forma exhaustiva antes de ponerlo a la venta. ¿Hay que entender por tanto que no lo hicieron? ¿Qué se limitaron a dar por sentado que todos los cambios que introdujeron en el libro anterior iban a funcionar sin problemas?
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El elemento que más sufrió con estos cambios fue precisamente el que en mi opinión era el tipo de tropa más interesante de la versión anterior: el Carruaje Negro. En su primera versión, este vehículo era una visión de pesadilla cuyo poder se iba incrementando a medida que producía más y más bajas. La sangre que derramaba a su paso, las vidas que segaba, las almas que arrancaba, le daban cada vez más poder en forma de modificadores a sus puntuaciones, aumento del número de ataques, o la posibilidad de provocar muertes automáticas, además de la interesante característica inherente de seguir desplazándose incluso si los caballos que tiraban de él eran destruidos.
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En esta nueva versión todo eso se eliminaba de un plumazo, y simplemente, el carruaje ganaba puntos de vida a medida que causaba bajas, hasta un máximo del doble de sus Heridas iniciales. Puede que esto sea mejor que lo que había antes a efectos prácticos. No juego a Warhammer, así que no se si realmente, mirándolo únicamente desde el punto de vista práctico, es mejor que lo anterior. Pero desde luego, esto convirtió un tipo de tropa emblemática y encantadora, en un elemento simplemente útil. Y lo de que el carruaje podía moverse por sí solo, aparecía como trasfondo, no como parte del reglamento, por lo que pasaba a ser un carruaje normal y corriente, salvo por que podía aumentar sus puntos de Heridas.
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Los zombis, a los que en el libro anterior se les había dado un comportamiento realmente zombiatico, haciendo que se lanzaran a rodear al enemigo deshaciendo ellos mismos su formación en su ansia por morderlos, perdieron esa característica. Ya no intentaban envolver al enemigo, ahora simplemente atacaban en último lugar siempre, fueran cuales fueran las circunstancias del combate, incluso si eran ellos los que cargaban al enemigo. A esta característica de atacar siempre en el último lugar, se la llamó Descerebrados, porque no se debía tanto a que eran muy lentos y torpes, como a que eran muy estúpidos. A pesar de ello, se volvió a incluir la posibilidad de tener zombis músicos y zombis portaestandartes, que había sido eliminada en la versión anterior. Estas dos características parecen contradecirse una a la otra.
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Además de lo anterior, nos encontramos con que tenemos únicamente dos personajes para emplear en lugar de los generales genéricos y anónimos. De estos dos personajes, uno de ellos es una versión un poco alterada de uno de los que ya aparecían en el libro anterior.
Lo poco bueno del libro es el Clan Strigoi, que pone mucho énfasis en los necrófagos e introduce un nuevo tipo de estos: los striganos, humanos de pueblos muy aislados, empobrecidos y carentes de la más elemental educación. Asesinos de viajeros, endogámicos, deformes, y más caníbales que necrófagos. Tipejos al estilo de La matanza de Texas, Las colinas tienen ojos, Wrong Turn, o los aldeanos de RE 4. Un ejército compuesto principalmente por seres vivos (striganos y necrófagos) y liderado por vampiros que tienen más de brutales carroñeros que de refinados chupasangre. Sin embargo... estos aldeanos degenerados no tienen ninguna característica especial. Son, a nivel de reglamento, humanos completamente normales que pueden añadirse al ejercito de necrófagos en lugar de regimientos de esqueletos o zombis, para darle al conjunto un aspecto más acorde con el trasfondo de los Strigoi. 
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Otro elemento que es de agradecer, es que se ofrezcan cinco listas de ejercito en lugar de una, para representar un ejercito propio de cada uno de los clanes y resaltar sus particularidades. Aún así, a pesar que este nuevo clan  y las listas de ejército especificas compensan de algún modo que el resto del libro sea solamente el de dos años atrás escrito otra vez (y peor), esta no es la forma correcta de presentarlo.
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Lo honesto por parte de Games Workshop hubiera sido, ya que sacaban una nueva versión del libro casi a continuación de la anterior, haber presentado cuatro clanes nuevos, no sustitutorios si no adicionales a los cuatro anteriores. El reglamento seguía siendo el mismo, y los cambios introducidos para corregir las tropas no testeadas se podrían haber condensado en un par de páginas del nuevo libro, o presentado en la White Dwarf, como suelen hacer. Porque es tal la acumulación de erratas y fallos que suelen tener sus productos, que da la impresión que sean intencionados, una excusa para obligar al cliente a comprar por un lado el producto y por separado las correcciones. 
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Otra alternativa hubiera sido presentar únicamente al Clan Strigoi como un apéndice separado del libro de Condes Vampiro anterior, como se hizo, por ejemplo, con la variante de Kislev para el Ejército Imperial. Pero optaron por lo peor: vender como un nuevo libro de ejército lo que en realidad era un conjunto de correcciones y apéndices.
Puedes echarle un vistazo a la tercera versión pulsando aquí.

Warhammer Condes Vampiro. 2001. Alesio Cavatore (autor principal). Games Workshop. 

2 comentarios:

  1. Hace años tuve la ocasión de echar un vistazo al manual de warhammer 40.000 (debía ser la primera versión en español) era increíble la cantidad de trasfondo y ademas el reglamento incluía reglas para que te crearas ejércitos nuevos de cualquier raza que imaginaras. Ademas incluía plantillas de fichas para que no necesitaras comprar miniaturas. Esta claro que entre los creadores de ese reglamento y los del libro de vampiros pasaron de años de creatividad a años en busca de beneficios.

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    1. Suele ocurrir que cuando algo es pequeño la cuidas mucho más que cuando crece. Que un hijo de 20 años tenga fiebre no te quita el sueño como lo hacía cuando tenía tres meses... Si tienes un solo DVD original lo cuidas como oro en paño, pero si tienes mil y pierdes uno ni te das cuenta... Lo mismo pasó con esta empresa. Sus primeros juegos eran cosas en las que ponían mucho corazón, se veía un gran afán por compartir una afición además del legítimo interés en sacar un beneficio justo por ello. Pero la compañía ha crecido mucho, el control creatico y comercial ha pasado de unas manos a otras, e inevitablemente el espíritu inicial se pierde. Podemos comparar los primeros largometrajes de Disney con los últimos. Las primeras películas de Star Wars (o Terminator, o James Bond, por ejemplo) con las últimas. El periodismo de hace cien años con el actual. Todo pierde poco a poco su esencia hasta que ocurre algo que lo renueva por completo y lo convierte en algo distinto (mejor o peor, pero distinto) de lo que era originalmente. Games Workshop ha seguido el mismo camino. Recuerdo una lejana época en la que yo estaba deseando que saliera la siguiente White Dwarf para ir corriendo a comprarla porque era casi todo reglamento adicional y mini juegos. Pocos años después se había reducido a un montón de páginas de publicidad y autobombo en el que no había casi nada aprovechable.

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