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martes, 3 de septiembre de 2019

SALTO AL VACÍO

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!

Tras una contienda nuclear sobre la que no se entra en detalles, los humanos supervivientes han quedado divididos entre La Primera Civilización y La Última Civilización

Los componentes de La Primera Civilización son seres degenerados, mutados por la radiación y reducidos a un estado de primitiva barbarie. Viven relegados al interior de La Zona, una enorme área de ciudades en ruinas reclamadas por una vegetación tan salvaje como ellos mismos. Para asegurarse que ninguno de estos subhumanos intenta abandonar La Zona, los gobernantes de La Última Civilización han creado un cuerpo de soldados de élite denominados Cazadores cuya misión es adentrarse periódicamente en uno de los sectores que bordean este área de reclusión para mutantes y eliminar a todos aquellos a los que encuentren a pocos días de marcha del límite. 

Además de los Cazadores, la población de salvajes es mantenida a raya por los Exterminadores, que no son otra cosa que civiles de La Última Civilización que voluntariamente se adentran en La Zona para matar a los mutantes que encuentren. El gobierno acepta e incluso promueve esto. Por una parte, es una buena forma de hacer que todos los psicópatas de la sociedad aplaquen sus sangrientos gustos sin dañar a la población productiva de las ciudades. Por otra, es como contar con un segundo cuerpo de Cazadores a los que no es necesario pagar ni equipar. 

Los Exterminadores son peores aún que los salvajes, puesto que los buscan para torturarlos y matarlos por simple diversión, y no se limitan a aquellos que se encuentren cerca del límite de La Zona, sino que también se adentran en ésta en busca de poblados alejados del límite matando sin distinción a adultos y niños.

El protagonista de la historia es Mort, un Cazador que regresa a una ciudad después de haber estado eliminando salvajes en los límites de La Zona durante un par de meses. Mort se siente cada vez más asqueado de su trabajo, pero lo lleva a cabo porque cuando un Cazador da muestras de duda, se le hace desaparecer. En su camino de vuelta, en un bar de carretera, se encuentra con un grupo de Exterminadores con ganas de tocarle las narices y da rienda suelta a su frustración matando a varios de ellos, mientras el resto se retira jurando venganza.

Llegado a este punto, la sensación que produce el texto es de estar leyendo una extraña fusión entre La Fuga de Logan y Mad Max 2. La forma en que se describe a los Cazadores y su forma de actuar recuerda mucho a la novela de William F. Nolan y George Clayton Johnson. Y los Exterminadores, una horda de locos estrafalariamente vestidos y equipados, que conducen enormes y grotescos vehículos, nos hacen pensar inmediatamente en el ejército motorizado de Humungus. Salto al vacío se escribió en 1984, posteriormente a ambas obras, por lo que es muy probable que el autor se inspirase de forma consciente o inconsciente en ellas.  

Ya en la ciudad, Mort dedica su jornada de descanso a drogarse en un burdel (tal como hacía también Logan en su novela) en donde conoce a Ulma, una mujer cuyo carácter la hace destacar por encima del resto de prostitutas del local, invariablemente dóciles y carentes de voluntad o iniciativa. Mort descubre a Ulma tratando de huir del burdel y siente el impulso de ayudarla. 

Poco después esta le revela que ella nació en La Zona: es una de las mutantes que Mort tanto se empeña en eliminar, a la que un grupo de Exterminadores raptó de su poblado para venderla al burdel. Ulma le explica que desde hace muchas generaciones la genética de los mutantes se ha ido restableciendo, y que la mayoría ya nacen sin ningún tipo de tara. Los salvajes que los Cazadores encuentran en los límites de La Zona siguen presentando mutaciones porque ellos mismos se alejan de los poblados ubicados en el interior para no contaminar a las nuevas generaciones. Naturalmente, a los gobernantes de La Última Civilización no les conviene que esto se sepa, ni pueden permitir que los salvajes sanos abandonen La Zona, porque eso dejaría a los Exterminadores saciando sus perversos instintos en las ciudades.  

Mort decide dejar atrás toda su vida y llevar a Ulma de vuelta a La Zona, con su gente. En su camino de vuelta serán perseguidos tanto por otros Cazadores como por Exterminadores, siendo toda la segunda mitad del libro una secuencia de huida salpicada de enfrentamientos contra sus enemigos que, de nuevo, no puedo evitar comparar como una mezcla entre el viaje de Logan y Jessica a través de las tierras prohibidas y la persecución final de Mad Max 2, o incluso más con la de Mad Max 4.

El final nos deja con muchas preguntas sin respuesta. Mort y Ulma sobreviven a la tenaza que Cazadores y Exterminadores tratan de cerrar sobre ellos, pero no sabemos nada más. No sabemos si Mort, que durante años mató a centenares de mutantes será aceptado ahora por estos. No sabemos que destino aguarda a los pueblos de La Zona, aunque se habla de una futura migración masiva (y de ser necesario, violenta) hacia las ciudades de La Última Civilización. El destino de los personajes y de este particular mundo creado por el autor es una incógnita, pero ¿acaso no lo es el de todos nosotros? ¿No es cada decisión importante que tomamos, un salto al vacío?

Otro bolsilibro de este autor pulsando aquí.

Salto al vacío. 1984. Rocco Sarto [Pablo Massó Sabulo]. Héroes del Espacio nº 207. Editorial Bruguera S.A.

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