MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

jueves, 5 de noviembre de 2020

PUNTO DE ENCUENTRO

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                       ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

                                             Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores. Hoy vamos a comentar un bolsilibro, para no perder las buenas costumbres. Este es de Rocco Sarto (el seudónimo habitual de Pablo Massó), un autor no muy prolífico pero si interesante. 

La historia tiene lugar a bordo de la Plataforma Desirius, una gigantesca instalación que se dedica a viajar de planeta en planeta recolectando miles de toneladas de deshechos industriales radiactivos.

En esta época la sociedad está dividida en hombres (en el sentido de humanos) y eslabones. Hombres son aquellas personas nacidas como parte un programa de fecundación y gestación in vitro selectiva y programada que da como resultado humanos teóricamente superiores. Los eslabones son lo contrario, los humanos naturales que siguen naciendo paridos por sus madres. Estos son considerados una casta inferior, y son relegados a los trabajos más sucios y peligrosos.

A bordo de la Desirius viajan doce hombres y dos eslabones. Estos últimos viven y trabajan recluidos en unos conductos de mantenimiento que no tienen permiso para abandonar, mientras que el resto de la tripulación tiene habilitadas varias cubiertas de zonas amplias y cómodas. La trama comienza con Donuar y Broz, los dos hombres que se encuentran de guardia en ese momento, mientras el resto duerme. Donuar confiesa a Broz el hastío que siente por su vida: en veinte años de viajar por el espacio no ha visto más que estaciones orbitales y pequeñas colonias. Los interminables tránsitos de un lado a otro y la vida monótona le han destrozado el espíritu, y planea retirarse a un planeta sin tecnología, donde tenga que valerse por si mismo para vivir como un naufrago en una isla desierta, o un troglodita en la edad de piedra.

Durante una revisión rutinaria descubren que varias cubiertas de la nave, incluida la de los dormitorios, han quedado súbitamente inundadas por una dosis letal de radiación escapada de uno de los contenedores que transportan. Las alarmas no han sonado, y es demasiado tarde para paliar el daño. Aíslan las cubiertas, purgan el aire irradiado, descontaminan las áreas afectadas desde el control central, y Donuar entra a investigarlas.

Encuentra al resto de la tripulación muerta en sus camas, fulminada de forma instantánea por una radiación tan alta que ha destruido sus tejidos. También uno de los eslabones ha muerto, pero el otro (una mujer llamada Glena) ha sobrevivido al encontrarse casualmente dentro de un tanque aislante justo en ese momento. Glena es hija natural del eslabón muerto, que al parecer estaba trabajando frenéticamente en algo cuando se produjo el accidente. Comprobando su ordenador, Donuar descubre que sigue vivo gracias a él. Fue el eslabón el que, al detectar la fuga de radiación, comenzó a aislar las cubiertas poniendo a salvo a Donuar y Broz, y muriendo él mismo por la radiación antes de poder aislar también la cubierta de los dormitorios.  

Pero Donuar encuentra otra cosa en el ordenador de trabajo del eslabón: durante veinte años el hombre estuvo contrastando datos y noticias hasta hallar un patrón. Hay un complot en marcha para destituir el gobierno Terrestre e implantar un nuevo sistema de control de la población, y la Desirius tiene una importancia capital en ello. Partiendo de ahí, Donuar, Broz y Glena (a la que los dos primeros no tienen mucho reparo en aceptar como una igual a pesar de haber sido educados para considerar a los eslabones como inferiores) descubren también que el accidente ha sido en realidad un sabotaje. Uno de los contenedores de residuos que embarcaron estaba preparado para abrirse en un momento determinado y acabar con todos.

Poco después una nave de pasajeros llega hasta la estación. De ella desembarcan un grupo de soldados fuertemente armados, dispuestos a tomar la Desirius. Son una fuerza enviada por los conspiradores, que con la estación en su poder podrán poner en marcha la ultima fase de su plan para apoderarse del control de la Tierra. Los tres supervivientes no tienen más remedio que dispersarse por la estación actuando como una guerrilla, matando a los asaltantes a cada oportunidad que se les presente. Han tenido tiempo de enviar todos los informes y pruebas recopilados por el padre de Glena a la Tierra, y pretenden resistir y retrasar a los golpistas hasta que el gobierno de esta sea capaz de reaccionar.

Este planteamiento inicial es aproximadamente la mitad del texto. El resto hasta la resolución es la descripción de los enfrentamientos entre los tres protagonistas y sus asaltantes: intercambian disparos, se arrastran por conductos, realizan pequeños sabotajes para retrasarlos, cosas así. Logran acabar con bastantes de ellos, a pesar que son básicamente técnicos y mecánicos sin experiencia previa en combate y sus adversarios son soldados bien entrenados. Esta parte puede que no sea muy creíble porque realmente los matan con cierta facilidad.

Finalmente logran acabar con el que parece ser su líder, solo para descubrir que es en realidad un androide. En la Tierra, los androides han llegado a tal grado de perfeccionamiento que han decidido que sus creadores son seres inferiores, tal como los hombres consideran inferiores a los eslabones. El golpe de estado contra la Tierra ha sido tramado por un grupo de androides que controlan a su vez a grupos de humanos de ambas castas.

Como los bolsilibros tenían pocas páginas para desarrollar sus tramas y no se solían continuar, la historia se concluye, como de costumbre, de forma precipitada. El verdadero líder androide aparece en una segunda nave de transporte para tomar posesión de la Desirius, dando así a los protagonistas la oportunidad de acabar directamente con él.

Y como suele ser costumbre en estos casos, tenemos una boda (o un emparejamiento, al menos) al final. Donuar obtiene permiso para retirarse a su ansiado planeta salvaje y Glena decide ir con él, a seguir fabricando humanos a la vieja usanza. Mientras, a raíz de lo sucedido, en la Tierra se replantean para bien todo el asunto de la absurda división de la población en grupos.   

Entretenido, y con mucho tiroteo laser al final, que siempre queda bien. Otro bolsilibro reseñado de este autor pulsando aquí.

Punto de encuentro. 1983. Rocco Sarto [Pablo Massó Sabulo] (texto) Griera (portada). Héroes del espacio nº 147. Ediciones Ceres S.A.

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