Bienvenidos,
amigos cinéfagos.
Hoy cambiamos
las palomitas por burritos para sentarnos a ver Santo en el Tesoro de
Drácula, una de las pocas películas de la saga de El Santo que
han llegado a España.
Desde hace un
par de décadas, la popularidad de las películas de superhéroes se ha disparado
en todo el mundo. Ya las había antes del 2000, por supuesto, pero nunca antes
que en estos últimos tiempos han generado tanta expectación. Otro tipo de
películas que podrían considerarse un fenómeno reciente, son las películas de
acción protagonizadas por luchadores de wrestling, como The
Roc. Pero si superhéroes y wrestlers son una moda relativamente actual para
el mundo en general, el cine mexicano ya trabajó intensamente ambos géneros en
los sesenta y setenta.
El máximo
exponente de estas películas, a las que se llamó Cine de Luchadores,
fueron el ciclo de películas protagonizadas por Santo, el Enmascarado
de Plata.
Santo, que en estas
películas se interpretaba a sí mismo, no solo hacía de luchador con una fuerza
y capacidad de recuperación enormes. Era también un genio científico, y a
menudo empleaba gadgets de su invención, como un reloj-comunicador, una
pistola-lanzallamas, o cápsulas de gas somnífero, que nada tenían que envidiar
a los artilugios de James Bond.
Por si esta
combinación de superhéroe, científico y agente secreto no fuera suficiente, se
enfrentaba a todo tipo de enemigos, desde gánsteres y ladrones a
vampiros, hombres lobo, y extraterrestres. En ocasiones, otros luchadores se
unían a él, como Blue Demon (cuando necesitaba un verdadero
refuerzo) o Mantequilla Nápoles (para aportar un toque cómico
a la trama). Y el ver al Santo siempre con su máscara plateada, tanto si estaba
vestido de traje y corbata, como si estaba en bañador en la playa, o saliendo
de la ducha con un albornoz, resulta tan extraño como divertido.
Casi todas las
películas incluían además la grabación de uno o dos combates reales televisados
del Santo, que siempre se buscaba la forma de justificar como parte de la
trama. Lo único que no me gusta de estas películas es su falta general de
continuidad, pues a pesar de ser muy parecidas y haber varias que trataban el mismo tema, oficialmente no
estaban relacionadas entre ellas.
En Santo
en el Tesoro de Drácula (1968) Santo ha inventado una máquina capaz de
transferir la mente de una persona al cuerpo que ocupó en una de sus vidas
pasadas. Dentro del otro cuerpo, la mente de la persona transferida es un mero
espectador, no teniendo control sobre este, pero recordando todo lo vivido
cuando es devuelta a su propio cuerpo. La intención de Santo es enviar de este
modo espectadores a épocas remotas, para estudiar la historia de un modo nuevo
e insólito.
La máquina tiene
dos limitaciones. Primera, solo puede ser usada de forma segura por mujeres,
pues, como se explica en la película, estas tienen cuatro veces más resistencia
al dolor que los hombres y eso les permite sobrevivir al trauma que supone el
regreso a su propio cuerpo. Probablemente en la película esto se dijo por
exigencias del guion, pero actualmente se sabe que los receptores del dolor de
las mujeres son menos sensibles que los de los hombres.
No solo ocurre
con las mujeres humanas, es algo común a todas las hembras de mamíferos. Por un
lado, esto es un sistema de seguridad natural para aumentar sus posibilidades
de sobrevivir al parto. Por otra, al encargarse los hombres (por su mayor
fuerza física) de todas las otras tareas peligrosas (guerra, caza, exploración,
etc.) durante toda la prehistoria y la mayor parte de la historia (hasta hace
relativamente poco) los hombres agudizaron su forma de percibir el dolor para
identificar más rápidamente la gravedad de las heridas recibidas, y juzgar si
podían continuar con lo que estaban haciendo o debían retirarse. El resultado de estas dos particularidades evolutivas es que un golpe o lesión
de una misma intensidad resulta más doloroso a un hombre que a una mujer. El
que a pesar de sentir en dolor con más intensidad los hombres tiendan a quejarse menos y darle menor
importancia a las heridas y cicatrices es al parecer una cuestión de
carácter. Por decirlo de otro modo, las mujeres sienten menos el dolor, pero los hombres lo ignoran más.
La segunda
limitación de la máquina, es que si el cuerpo huésped muere, la mente invitada
no puede regresar a su cuerpo de partida, por lo que este muere también o queda
en un coma irreversible. Sobre esto no hay ningún estudio científico, porque
naturalmente no hay forma de comprobarlo, así que lo debemos aceptar sin más
como parte del argumento.
Luisa, hija de
un colega científico del Santo, se ofrece voluntaria para probar la máquina. Su
mente es enviada a una vida anterior aleatoria, en la que se encarna en el
cuerpo de una joven (llamada también Luisa) que está siendo visitada por un
vampiro. Toda la parte central de la película puede verse como un cortometraje
de vampiros dentro de la propia película, casi una versión resumida de Drácula en
la que encontramos incluso un profesor Van Hellsing, llamado aquí profesor Van
Gott.
El vampiro en
cuestión se hace llamar Alucard, y no hace falta darle muchas vueltas al nombre
para darnos cuenta que Alucard es simplemente Drácula escrito al revés.
El nombre de
Alucard se ha usado muchas veces. Alucard se llama el hijo de Drácula en la
saga de videojuegos Castlevania. Alucard es la identidad que adopta
Drácula en el manga Hellsing. Alucard es también el cazador de
vampiros interpretado por David Carradine en una película que vi hace
muchísimos años y cuyo título no soy capaz de recordar. Pero el Alucard de esta
película es muy anterior a todos ellos, y es muy posible que se trate de la
primera vez que se usó este nombre.
En una de sus
visitas de alimentación, el conde Alucard le revela a Luisa la existencia de un
fabuloso tesoro que solo puede ser hallado mediante las claves inscritas en un
medallón y un anillo que siempre lleva puestos. A continuación, se la lleva a
su cripta para vampirizarla. El padre de Luisa y el profesor Van Gott no logran
llegar a tiempo de rescatarla, pero estacan a Alucard y Luisa antes de
abandonar la cripta.
Santo, que
estaba monitoreando el experimento, devuelve la mente de la Luisa de su tiempo
al cuerpo que le corresponde antes que el cuerpo de la Luisa del pasado muera.
Pero el secreto del tesoro de Drácula no se pierde con ella, ya que la Luisa
actual guarda en su memoria el recuerdo de todo lo vivido.
Puesto que la
experiencia en sí no prueba nada, deciden ir a comprobar si todo lo que Luisa
recuerda es real o una alucinación provocada por el experimento. Luisa les guía
hasta la cripta del vampiro, donde efectivamente encuentran los cuerpos
incorruptos y estacados de éste y su sequito de vampiresas. Pero un misterioso
personaje encapuchado estuvo espiando el experimento del Santo, e interviene
para apoderarse del medallón y el anillo.
Tras una pelea
entre los matones del encapuchado y el Santo, terminan uno con el anillo y otro
con el amuleto, por lo que cada uno debe obtener el objeto que posee el otro
para tener la clave completa que permita encontrar el tesoro.
Viéndose incapaz
de derrotar al Santo, el villano tiene la ocurrencia de entregar su objeto al
Santo fingiéndose derrotado. A continuación, regresa a la cripta para
desestacar al vampiro, suponiendo que este matará al actual poseedor de los
objetos. Naturalmente, al ir en busca de estos, Alucard se encuentra con la
encarnación actual de Luisa, y se la lleva también, provocando que la historia
se repita, con Santo yendo a buscar a la joven a la cripta del vampiro y encargándose del asunto a la vieja usanza.
Esta es mi
película preferida del Santo, de la docena aproximada que he visto. Una inusual
mezcla de cine de vampiros estilo Hammer y género peplum,
con sus toques de humor y todo. Solo echo en falta un combate final entre el
Santo y Alucard a base de presas, agarrones, y suplex, que no llega a
producirse, siendo el fin del vampiro algo más clásico.
Como curiosidad,
tuvo una versión subidita de tono (en la que se incluían escenas de desnudos
completos de Luisa y las vampiresas) titulada El Vampiro y el sexo. Al
parecer esto se hizo con varias de las películas del Cine de
Luchadores.
Puedes ver otra película de Santo pulsando aquí.
Santo en el tesoro de Drácula. 1968.
Alfredo Salazar García (guion) René Cardona (director) Santo [Rodolfo Guzmán
Huerta] (actor) Noelia Noel (actriz). Cinematográfica Calderón. Edición en DVD
de 2005 por Manga Films S.L.
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