MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

sábado, 18 de abril de 2020

SPLATTERHOUSE 3 (versión Xbox 360)

LA HOLOCUBIERTA
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!
Presentado por... Gelmerk.
¡Saludos, jugadores! ¿Estáis listos para salpicaros una vez más de bilis y tripas? ¡Pulsad Start para empezar! 

Splatterhouse 3 es muy diferente a sus predecesores. Sigue habiendo bestias locas y amorfas, el ambiente sigue siendo enfermizo, y no nos privaremos del placer de machar incontables enemigos a puñetazo limpio, o auxiliados con algún arma retorcida. Conservaremos todo lo bueno de los juegos anteriores, pero añadiéndole nuevos elementos.
Han pasado varios años desde que Rick recuperó a su querida Jennifer. La vida les ha tratado bien en ese tiempo. Tienen un hijo de unos cinco o seis años llamado David, y viven en una gran casa de tres plantas. Todo lo ocurrido en los juegos anteriores comienza ya a parecer más una pesadilla que algo real, pero los Seres del Vacío reaparecen.

Un ejército de criaturas de pesadilla se esparce repentinamente por toda la casa aislando a Rick y su familia unos de otros. Afortunadamente para Rick (o tal vez no) también La Máscara reaparece y se produce su simbiosis habitual. Rick necesita el poder que le da La Máscara para salvar a su familia, y La Máscara necesita un cuerpo físico con el que enfrentarse a los Seres del Vacío, por los que profesa un odio feroz.

El juego no es lineal, con scroll horizontal como los anteriores. Tendremos que recorrer la casa buscando primero a Jennifer y luego a David, pudiendo registrar las habitaciones a nuestro criterio. Cada habitación contiene una serie de monstruos, y tan pronto como acabamos con ellos podemos elegir por cuál de las puertas de la estancia queremos salir. 

Podemos explorar cada planta a nuestro gusto, yendo directamente a la sala donde nos aguardan Jennifer o David, o entrando en todas y cada una de las salas si nos apetece aplastar más monstruos o recrearnos con los detalles de la decoración, que son muchos.

Pero la nuestra es una misión contrarreloj. Si tardamos demasiado en llegar a cada uno de ellos, los encontraremos muertos, o algo peor. El juego tiene varias escenas intermedias y finales diferentes, dependiendo de si solo salvamos a Jennifer, si solo salvamos a David, si conseguimos salvarlos a los dos, o si ambos mueren.
Disponemos de un mapa de cada planta, que podemos consultar antes de abandonar cada estancia para orientarnos mejor. Si pretendemos salvarlos a ambos esto es esencial, ya que, si volvemos a entrar por error en una sala por la que ya pasamos antes, perderemos unos valiosos segundos mientras recorremos una sala vacía… si está vacía claro, ya que, dependiendo del nivel de dificultad escogido, las salas ya recorridas pueden o no volver a contener enemigos si volvemos a pesar por ellas.

A medida que se nos agote el tiempo, el juego nos irá mostrando imágenes fijas de Jennifer y David siendo acechados por los monstruos de la casa. Y si tardamos demasiado, nos los encontraremos ya muertos. Esto va creando líneas diferentes, que lo hacen muy rejugable. También incrementa los diálogos entre Rick y La Máscara, gracias a los cuales obtenemos información adicional sobre los Seres del Vacío. Es en uno de estos diálogos donde se menciona por primera vez en la saga la importancia de un eclipse como parte del ritual, algo en torno a lo cual giraría toda la trama del remake de 2010.
Otras novedades son la posibilidad de encontrar libros, esferas rojas y esferas azules que (respectivamente) nos den vidas extra, rellenen nuestra barra de Resistencia, o la de Poder. El Poder es una nueva puntuación que nos permitirá transformarnos momentáneamente en una versión aún más fuerte con la que destrozar con mayor facilidad a los enemigos. 

Y lo de “destrozar” es literal. Los gráficos de los enemigos cambian a medida que los golpeamos, y podemos ver como sus facciones se desdibujan, su rostro (si es que tiene) se convierte en un amasijo de carne irreconocible, y sangre y otros líquidos menos identificables brotan de sus heridas. Esto es interesante porque, aparte de que resulta visualmente muy atractivo, cuando nos enfrentamos a varios enemigos idénticos nos permite distinguir cuales están más dañados y centrarnos en acabar con ellos.  
Hay menos armas que en los títulos anteriores, contando únicamente con un bloque de hormigón, un garrote, un bate y un cuchillo de cocina. ¡Se echa especialmente de menos la motosierra del Splatterhouse 2

No soltamos las armas automáticamente al cambiar de sala, como ocurría en los juegos anteriores. Pero si tras empuñar un arma la soltamos para lanzarla o por haber sido golpeados, pasado unos pocos segundos un espíritu ladrón acudirá a llevársela, por lo que es vital recuperarlas tan pronto como las perdemos.

En realidad, en cada planta encontraremos una sala, generalmente pequeña, donde varios de estos espíritus revolotean por el techo. Cada vez que uno de ellos nos robe un arma en otra estancia, la llevará a esa sala, que los espíritus emplean como almacén de su botín. Una vez localizada esta sala en cada planta (y si no estamos jugando contra reloj para obtener los finales buenos) podemos regresar a ella de vez en cuando para recuperar alguna de las armas que nos hayan quitado.
Los monstruos incluyen un repertorio de abominaciones entre las que encontramos cadáveres desnudos y esqueléticos con la cabeza y las manos cortadas, una especie de enormes pollos desplumados con grandes dientes en lugar de pico (yo los llamo cariñosamente despellepollos), unos engendros que parecen humanos muy deformados, algo que quizá en su mundo de origen sean el equivalente a perros, y otras criaturas inclasificables.

Los escenarios son más “normales” que en los juegos anteriores. Los Seres del Vacío hace poco que han irrumpido en la casa, y la realidad de esta apenas ha comenzado a transformarse. Aun así, vemos cadáveres por los suelos, desgarrones en las paredes, y elementos sobrenaturales. Estos son cada vez más comunes según avanzamos, siendo las primeras estancias que recorremos casi normales (incluso elegantes) y apreciándose cada una degeneración cada vez mayor a medida que transcurre el juego. Algunos de las cosas que es posible encontrar (aunque para verlas deberemos desviarnos del camino más directo hacia nuestro objetivo) son:

*Una versión fantasmal y translúcida de Rick, que permanece en una habitación sin hacer nada ni reaccionar a nuestra presencia.

*Una chica fantasma tocando un piano. Si nos acercamos mucho a ella lanza un grito escalofriante y escapa de la estancia. 

*Varios cuadros famosos de Goya repartidos en las habitaciones, como Saturno devorando a sus hijos, o La maja vestida.

*Un cuartito en el que, poco después de entrar, un cuerpo ahorcado desciende lentamente del techo. No podemos interactuar con él de ninguna forma.

El ir buscando las estancias donde se dan estas situaciones consume tiempo, y probablemente nos haga fracasar si pretendemos encontrar vivos a los otros personajes. Pero tendremos que jugar muchas veces solo para lograr llegar vivos al final, y muchas más para hacerlo salvando las vidas de nuestra mujer e hijo, por lo que no debería haber inconveniente en dedicar también algunas partidas a explorar el entorno, olvidándonos del límite de tiempo.

En términos generales es un juego más fácil que sus predecesores, ya que nuestra movilidad por la pantalla es mayor, pareciéndose más al de los clásicos juegos de lucha como Double Dragon o Streets of rage. Cuando llevamos varias partidas y conocemos mejor el mapeado y los enemigos, podemos ir adecuando nuestra ruta a través de las salas cuyos ocupantes nos resulten más fáciles de derrotar. 
Tenemos también ataques especiales de los que carecíamos en juegos anteriores, como agarrones, lanzar a los oponentes, patadas giratorias... Y la barra de Poder, que nos permite reservar la transformación en un ser más fuerte para aquellos momentos en que más lo necesitemos, es también una gran ayuda. En pocas palabras, tenemos muchas más opciones, lo que siempre hace los juegos más accesibles, porque permiten más libertad y distintas tácticas de juego a la hora de afrontarlos. 

Esto hace que pierda parte del encanto que tenían los anteriores, que era precisamente esa agobiante dificultad que nos obligaba a ser extremadamente precisos y hasta a “jugar con miedo”. Pero cuidado, incluso siendo el Splatterhouse clásico más fácil, sigue siendo endiabladamente difícil. Si escogemos el nivel de dificultad más alto, además, se añaden una serie de pantallas llamadas “La Zona Extraña” en las que, aparentemente, Rick pasa súbitamente a otro plano o lugar en el que debe luchar con nuevos grupos de enemigos. Una vez derrotados continuamos el juego donde lo dejamos. 
A lo largo de la partida, a medida que la historia se nos va revelando, descubrimos que los Seres del Vacío han venido esta vez a por David. Al parecer el hijo de Rick tiene un gran potencial psíquico, y eso lo convierte en un elemento clave en un ritual que liberara por todo el mundo a los mismos seres que ahora plagan nuestra casa. 

Tras buscar a David por la tercera planta, el sótano, y unas misteriosas catacumbas que resulta haber bajo este (también es casualidad) terminaremos aplastando a un enemigo final que recuerda mucho uno al que nos encontrábamos en El Vacío de Splatterhouse 2, y del que no podíamos hacer sino huir. En esta ocasión, quizá por estar en nuestro mundo y no en el suyo, sí es posible destruirlo, aunque no resulta fácil hacerlo. 

Tras detener el ritual, La Máscara nos felicita por el trabajo… y por haberle despejado el camino para poder dominar el mundo. 
Tal como ocurrió en el primer juego, la maldad acumulada en La Máscara abandona esta y toma una forma corpórea con la que debemos combatir, al mismo tiempo que La Máscara en sí continúa prestándonos sus poderes para que acabemos también con esta emanación de sí misma. La destrucción de esa forma corpórea provoca también la de La Máscara, que estalla en pedazos como si fuera de cristal ¿por ultima vez? 

En principio sí, puesto que en teoría el Splatterhouse de 2010 es un remake del primero, no una continuación del tercero, pero nada es tan sencillo cuando los Seres del Vacío están por medio...

Splatterhouse 3. 1993. Taiji Nagayama (director) Haruo Ohiri (Programador principal). Aparecido como extra desbloqueable en el juego Splatterhouse de Xbox 360.

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