¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por... Pecky.
Bienvenidos, amigos cinéfagos.
El calor generado por una explosión
atómica experimental en el Ártico derrite el bloque de hielo en el que un
dinosaurio lleva cien millones de años en letargo. Y como nos pasa a muchos
después de un largo sueño, se despierta con hambre. Con este planteamiento tan
sencillo se inició, según muchos expertos, el subgénero Kaiju eiga (Monstruo
gigante).
Sabemos que la primera versión de King
Kong es de 1933, y El mundo perdido (con todas sus escenas de
dinosaurios) es de 1925, pero en general a estas no se las considera tanto
películas de kaijus como de exploración y aventuras. No basta con que
salga un monstruo gigante. En un verdadero kaiju eiga, el peso de la
trama recae en las escenas del monstruo destruyendo la ciudad, y todo lo demás
queda supeditado a eso.
La carátula del DVD reproduce el cartel
original con el que se promocionó la película en 1953. Fue una imagen muy
icónica durante décadas. Si echáis un vistazo a la portada del bolsilibro que
vimos ayer (dibujada unos veinte años después) os daréis cuenta de hasta qué
punto.
Un directivo de la Toho reconoció en
una entrevista que lo que se pretendía al filmar Godzilla era hacer su
propia versión de El monstruo de tiempos remotos. Ambos monstruos se
convierten en una amenaza para el mundo debido al uso irresponsable de la
energía nuclear. Ambos son dinosaurios de especies ficticias (rhedosaurio y godzillasaurio).
Ambos se dedican a hundir barcos antes de dirigirse hacia las ciudades. Cuando
el rhedosaurio avanza por las ciudades americanas la población enferma a causa
de unos virus prehistóricos que su cuerpo esparce continuamente, así como la
población japonesa queda contaminada por las altas dosis de radiación emitidas
por el cuerpo de Godzilla. Ambos son abatidos mediante la misma ciencia que los
convirtió en una amenaza, tras varios infructuosos intentos de acabar con ellos
por parte del ejército… las similitudes son muchas y evidentes.
Para las escenas del rhedosaurio se
contrató a Ray Harryhausen, el maestro del stop-motion, y se le concedió una
libertad creativa absoluta. Los resultados que obtuvo a pesar del bajísimo
presupuesto del film, saltan a la vista.
El título original de la película (The
beast of 20.000 phatoms, o La bestia de las 20.000 brazas, que son
unos 38.000 metros de profundidad) es por un relato de Ray Bradbury
titulado igual. Se le compraron a Badbury los derechos sobre ese relato para
hacer pasar a la película como una adaptación del mismo, aunque no tenía prácticamente
nada que ver. Aun así, se hace una referencia al relato (posteriormente retitulado como The fog horn, o La sirena en castellano) en una escena en la que
el monstruo llega hasta la costa y ataca a un faro, confundiéndolo con algún
animal de su época.
Tras varias escenas de pánico urbano y
destrucción inmobiliaria, la criatura es finalmente abatida. Pero lejos de
presentarse esto como un gran triunfo de la humanidad sobre el monstruo, lo
que se nos muestra es la lenta agonía de una criatura que ha sido despertada a un mundo que ya no es el suyo, que no entiende, en el que su raza ya no existe y en el que todo
lo que conocía ha cambiado. Morir es lo único que le queda por hacer. Malherido, el
rhedosaurio expira a los pies de la montaña rusa gigante de Coney Island tras
lanzar al aire un último bramido en el que transmite más tristeza que dolor.
Puede que nunca exista un verdadero consenso sobre si fue esta película o Godzilla la que dio pie al género Kaiju eiga. Pero nadie puede dudar que El monstruo de tiempos remotos inició la gran era del Terror Atómico, en la que un mal uso de la radiación desataba sobre el mundo todo tipo de abominaciones. Algo que el gobierno americano aún negaba, pero que cada vez más ciudadanos sospechaban.
The Beast from 20,000 Fathoms. 1953. Lou
Morheim, Fred Freidberg (guion) Eugene Lorie (director) Paul Christian, Cecill
Kellaway (actores) Paula Raymond (actriz). Warner Bross Pictures. Edición en
DVD de 2001.
En la ultima película de Godzilla que vi (la versión de 2014) el monstruo era el bueno, supongo que se ha ido reformando desde sus primeras películas o que vivimos tiempos mediocres y solo hacen pelis mediocres.
ResponderEliminarEl personaje de Godzilla ha cambiado mucho desde sus inicios en 1954. En la primera película era un dinosaurio que vivía en una isla y había absorbido radiación de unas pruebas atómicas. Al final lo mataban, y se daba a entender que podían haber más Godzillas como ese. Luego para el segundo film se decidió que sería una criatura única y lo resucitaron. Posteriormente cambiaron su origen y ya no era un dinosaurio, sino una mutación de algún animal actual. Ahora nos dicen que es un ser inmortal, en plan Cthulhu.
EliminarGodzilla ha pasado por muchas etapas, incluso una en la que era un dios protector de la humanidad, y otra en la que se lo consideró un personaje infantil y solo hacían películas en las que ayudaba a grupos de niños en problemas, y cosas así. Lo van amoldando a los tiempos.
Ahora parece haberse estabilizado en ser un monstruo "bueno por comparación", es decir, que hace de bueno porque los otros monstruos a los que se enfrenta son mucho más dañinos para la humanidad que él. Veremos como acaba, el pobre bicho.
Ah se me olvidaba te recomiendo la novela “El monstruo que amaba las gasolineras” una novela de un monstruo gigante que sale del fondo del mar y también suelta virus que afectan a las personas.
ResponderEliminarLa buscaré. No hay muchas novelas sobre monstruos gigantes, será interesante de leer. También, si no recuerdo mal, la sangre de los kaiju de Pacific Rim era muy toxica para los humanos. Es una idea que se va versionando, pero esencialmente es la misma.
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