EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Saludos, ávidos lectores.
Hoy nos venimos arriba con la lectura. Muy arriba... porque la cosa va de alpinismo. Este bolsilibro fue publicado por primera vez en 1973 como el nº 43 de Selección Terror, y diez años después como el nº 528 de la misma colección.
Un grupo de escaladores que trataba de ascender al Dhaulagiri (una de las cimas del Himalaya) se ve perdido en una terrorífica tormenta de nieve. Ya empezamos mal, porque solo uno de ellos tiene verdadera experiencia en el asunto. Entre los demás hay algunos que cuentan con poca o ninguna experiencia, pero tienen una buena forma física, y otros que ni eso. Y esto es algo que jamás hay que hacer. Llevar a gente no preparada a una excursión de riesgo como una escalada (y al Himalaya, nada menos) solo por quedar bien con ellos o con terceros, es exponer a un grave peligro innecesario a todo el grupo.
Los alpinistas, bajo la sólida guía de Phil Steelman, nuestro intrépido protagonista, intentan retroceder hasta su último campamento base. Una avalancha los arrastra por una pendiente hasta dejarlos revueltos y confusos, pero milagrosamente vivos, en un saliente en el que ven una cueva. Inmediatamente se refugian en ella, y descubren que es un pasaje hasta el antiguo y gigantesco cráter de un volcán.
Con la boca del volcán a cientos de metros sobre sus cabezas, haciendo de barrera contra los inclementes vientos y las bajas temperaturas, el cráter resulta estar habitado. Una comunidad de nepalíes prospera allí, cultivando la extraordinariamente fértil tierra volcánica, y criando conejos, patos y ñus aprovechando la temperatura más tolerable en esa especie de oasis en la nieve.
Ahora bien, los
habitantes del cráter tienen una particularidad: la mayoría de ellos son
ciegos. Profesan culto a Mudevi (la segunda esposa de Visnú en el hinduismo)
cuyo animal sagrado es el cuervo. Los sacerdotes de la lamasería (monasterio
budista) que controla la población, ofrecen los ojos de los campesinos (pero no
los suyos propios… así es muy fácil tener fe) a una bandada de cuervos que
llevaron con ellos al cráter cuando se instalaron allí, un par de siglos atrás.
Phil pide ayuda a
los sacerdotes para regresar a su campamento base, pero estos están regidos por
el misterioso lama negro, que se niega a recibirles. En lugar eso, decide sacrificarlos
a Mudevi.
Cuando el grupo trata de huir, los sacerdotes lanzan en su persecución una variedad de smilodón que sobrevivió a su extinción en aquella montaña, y que se encuentra en un estado de evolución a medio camino entre estos dientes de sable prehistóricos y el tigre actual. Los animales, magníficamente adiestrados, rastrean a la maltrecha expedición cuando estos tratan de huir entre la nieve, sin provisiones ni equipo de escalada.
Pronto se hace evidente
que solo les espera la muerte, ya sea por sus implacables cazadores o por el
propio clima, y que su única opción es volver al cráter y tratar, de algún modo, de derrocar al lama negro.
Es otra buena
historia de Rafael Barberán, a quien el tema del satanismo hindú parecía gustarle
especialmente. Siendo este un recurso raro en la literatura y cine de la época (y de
hoy en día también) lo trató al menos en otras dos historias ya comentadas, El escribano de Yama, y Revividos.
Tenemos además
todos los tópicos esperables y deseables: un paraje exótico, una historia de amor que nace al
calor del peligro y la aventura, un miembro del grupo especialmente odioso que
acaba como le corresponde, la extraña aparición de algo que podría ser Mudevi reencarnada (o podría no serlo), y un final en el que los que nos caen bien
sobreviven y los malos no. ¿Qué más se podía pedir en 1973 por solo quince pesetas?
Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.
El lama negro. 1973. Ralph Barby [Rafael Barberán] (texto). Selección Terror nº 43 y 528. Editorial Bruguera S.A.
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