EL GRAN BAZAR
Bienvenidos, amigos coleccionistas.
Hace poco las arenas de Egipto han revelado otra parte de la ciudad de Tebas, esa grandiosa urbe que se extendía a ambas orillas del Nilo. Algunas áreas de la misma hace mucho que se encontraron, otras se dan por destruidas, y muy ocasionalmente, como hace unos días, se descubre alguna nueva ruina en una zona que se creía limpia de restos. ¡Esta vez ha sido un barrio entero!
Como en El Planeta del Espacio nos gusta hacernos eco de un modo u otro de este tipo de acontecimientos, hemos desempolvado otra de las piezas de nuestro pequeño museo.
Sobek, llamado también Sebek, es uno de mis dioses egipcios preferidos. No es muy conocido, a pesar de encontrarse entre los más importantes. Sobek era el dios del agua, de la fauna y la vegetación acuática de la que toda otra vida provenía, y era el protector de los cocodrilos. Tenía una ciudad entera consagrada a él, con el genial nombre de Per-Sobek, es decir, Cocodrilópolis.
Menos conocida aún que Sobek era su rellenita amante Taweret, la diosa-hipopótamo de cuyos chapoteos y zambullidas en el Nilo dependían que este creciera y se desbordara cada año.
La figura está tallada a mano en un bloque de basalto negro. La adquirimos en el mercadillo de artesanos del Valle de los Reyes, como casi todas las que tenemos de este tipo. Muestra a la feliz pareja, quizá dando un paseo por la orilla del Nilo. Taweret está en su forma de hipopotama antropomorfa con brazos de mujer y piernas de leona, y Sobek (subido a caballito a su espalda) en forma de cocodrilo completo.
Los dioses egipcios solían ser capaces de adoptar varias formas. Taweret también podía tomar forma totalmente de hipopótama, y Sobek también podía tener cuerpo de humano o de cocodrilo antropomorfo, combinado con cabeza de cocodrilo, león, toro, carnero, o halcón.
Un detalle que destacaría de la figura es este jeroglífico: esa especie de peine con las púas hacia arriba, representa un tablero de Senet con las piezas colocadas sobre él, visto de perfil. El Senet era parte fundamental de la cultura egipcia, y por tanto, hasta los dioses lo jugaban.
Me parece muy tierna esta leyenda de lo Amantes del Nilo, teniendo en cuenta que se trata de dos animales considerados dioses en el antiguo Egipto.
ResponderEliminarLa figura también es preciosa , el basalto negro es espectacular y por lo que vemos en la fotografía está tallada con un exquisito esmero.
Yo he visto a los fabricantes tallando a cincel y puliendo los bloques de basalto, sentados junto a sus tenderetes, y es impresionante. La producción artesanal sobre la industrial es algo que aprendes a valorar cuando lo tienes delante.
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