EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
Masters of Horror (Maestros de Horror) es una serie del 2005 cuyos capítulos eran historias independientes y de aproximadamente una hora de duración. Como puede deducirse por el título, tenían la particularidad de estar dirigidos y en ocasiones interpretados por los grandes maestros del cine de terror: Don Coscarelli, John Carpenter, Sam Raimi, Wes Craven, Robert Englund... duró dos temporadas y dio pie a algunas series derivadas. La idea era dar la mayor libertad posible a los directores para que estos dejaran su toque característico en los episodios.
En España fueron
presentados al público de forma pésima. En lugar de hacer una recopilación por
temporadas, que es lo habitual para las series, cada capítulo se vendió
individualmente por el coste normal de una película de estreno, que en aquella
época rondaba los 17€. Venían con montones de extras (entrevistas, audiocomentarios, lo típico) pero aún así el precio era excesivo por un solo capítulo de una serie.
Hoy veremos uno de ellos, dirigido por John Carpenter (que no debería necesitar presentación) y con un par de actores interesantes: Norman Reedus (el tipo de la ballesta de Walking Dead) y Udo Kier (un actor famoso por morir casi siempre de formas extremadamente grotescas).
Kirby Sweetman
(Reedus) es el dueño de un cine en bancarrota. También trabaja como rastreador
de las últimas copias de películas antiguas y extrañas que se consideran
desaparecidas. Es contratado por Ballinger, un excéntrico millonario (Kier) para
que le consiga la única copia que se cree que pueda existir de una película
titulada El fin absoluto del mundo. Se trata de una cinta experimental
que se emitió incompleta por primera y única vez en Sitges, provocando una
inexplicable ola de violencia, asesinatos, e incluso deformaciones físicas espontáneas
entre el público. Aquellos que sobrevivieron y conservaron la cordura, son
incapaces de recordar con claridad de que trataba.
Oficialmente todas las copias fueron destruidas, pero el hombre que contrata a Kirby le muestra algo: un ángel con las alas arrancadas que retiene encadenado en su mansión. El ángel apareció en el mundo cuando la película se filmó, y su existencia física está ligada a la película. El hecho de que el ser todavía permanezca en nuestro mundo demuestra por tanto que queda al menos una copia.
Kirby comienza a investigar, pero cada nuevo testimonio, cada nueva pista que reúne, parece carcomer su mente. Hay algo definitivamente aberrante en la misma esencia de esa cinta, pero también resulta un enigma absorbente, que es incapaz de sacarse de la cabeza. Además, comienza a ver brillantes quemaduras de cigarro (el título original del capítulo) sobreimpresas en el mismo aire que tiene ante sus ojos.
Las quemaduras de cigarro es como se denomina a una marca característica
que queda en las cintas de 35mm cuando se empalman dos tramos de negativo. Kirby
las ve aparecer ante sus ojos de pronto, justo antes de un lapso de tiempo, un
salto hacia delante de varios minutos en el que suceden cosas que no puede
explicarse y de las que no guarda recuerdo. Es tal cual como si su vida y su
realidad se hubieran convertido en una cinta de película que alguien está
cortando, censurando y remontando.
Su búsqueda le
lleva a entrevistarse con personas cuya cordura se tambalea peligrosamente. Se
ve implicado en varios asesinatos, y su paranoia crece por momentos. Finalmente
logra localizar dos latas con las bobinas originales. Para ese momento su
interés por la película se ha visto superado por su miedo. Sin verlas antes, ni
tansolo para comprobar si son lo que busca, las entrega a Ballinger, cobra su
cheque, y se olvida del asunto. O lo intenta, porque se ha acercado demasiado a El fin absoluto del mundo, y ya no puede alejarse de su influencia.
El capítulo no
llega a una hora, ni tansolo contando la apertura y las letras de crédito, pero
es tiempo muy bien aprovechado. Más que dar miedo, es una de esas películas que
te dejan mal cuerpo, casi una versión moderna de los relatos de Lovecraf
(cambiando el clásico libro maldito por una película maldita) y acaba básicamente
igual que como solían acabar estos. No digo más.
Cigarret Burns. 2005. Drew McWeeny, Scott Swan (guion) John Carpenter (director)
Udo Kier, Norman Reedus (actores principales). IDT Entertainment, Industry
Entertainment, Nice Guy Productions. Editado en 2006 en DVD por Manga
Entertainment.
La Fin absolue du monde” es un episodio genial (para mi el mejor) Másters of horror era una serie estupenda, en cada capítulo los directores le daban su particular visión al terror. La influencia de Lovecraft se nota , Carpenter lo admira como lo demostró en “La boca del Miedo”. Como curiosidad existe una cerveza llamada “la fin du monde” y después del capituló surgió la leyenda urbana que la película realmente existía y se proyectó en Sitges
ResponderEliminarhttps://diariodelcineasta.com/la-fin-absolue-du-monde-leyenda-urbana-del-cine/
Pd maldigas invocaciones chulianas
También se han dado casos de gente que ha ido a las bibliotecas donde Lovecraft afirmaba en sus historias que habían copias del Necronomicón y lo ha pedido en préstamo 😅
EliminarPd: 🐙