EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.Saludos, indómitos guerreros.
Hoy estuvimos revisando un legajo de viejos y quebradizos pergaminos ilustrados, que vamos a comentar para que la sabiduría contenida en
ellos no se pierda en los abismos del tiempo.
En el mundo de Conan el bárbaro,
Khitai es un vasto territorio en el que se mezclan todas las culturas
asiáticas. Khitai está dominado por ancestrales clanes samurái, el más grande
de los cuales es el Clan Yagyu, cuyo Señor de la Guerra es Heku.
Tiempo atrás, Heku entregó a Kobe (su único
hijo) al Emperador Strabonus (el más poderoso señor de occidente) como señal de
confianza y amistad. En realidad, su intención era que Kobe conociera la
cultura occidental y aprendiera sus debilidades, por si llegaba el día de
librar una guerra contra sus reinos. Los años han pasado y Heku, al mando de
cientos de miles de samuráis absolutamente leales y disciplinados, avanza hacia
occidente.
Le reclama al rey Strabonus su hijo, pero
Kobe ya no se encuentra con él. Strabonus, molesto con Conan por la popularidad
que este ganó como general de sus ejércitos durante una corta temporada que
estuvo a su servicio, lo nombró tutor permanente de Kobe. Pensaba librarse así
de ambos, ya que, si Kobe moría estando bajo la tutela de Conan, Heku acabaría
con el bárbaro como represalia. En lugar de morir, Kobe se fue fortaleciendo
aún más acompañando a Conan en sus aventuras. Sin llegar a establecer con Conan
una verdadera amistad en ningún momento, sí creó con el cimerio un fuerte lazo
de respeto y camaradería entre guerreros.
Kobe apareció en los comics de Conan
el bárbaro a partir del nº 117, convirtiéndose en su compañero de
aventuras de una forma intermitente. Pero hoy nos vamos a centrar únicamente en
los números 144 al 146, que conforman La Trilogía
"Heku". Todos cuentan con guion de James Owsley y dibujos de Val
Semeiks. Fueron publicados en 1988.
Como la arena del desierto (nº 144): al inicio de esta historia, Conan y Kobe
viajan por caminos diferentes, ambos en dirección a la ciudad de Shah-Madocc,
donde han convenido reunirse. Ignoran que la ciudad ha sido destruida por un
cataclismo mágico, y que Heku ha llegado a occidente y está buscando a su hijo.
El que Strabonus lo entregara a Conan
supone un problema para el clan. Heku entregó a su hijo, que carecía de cargo
alguno, al más poderoso gobernante de occidente, alguien con una posición muy
superior a la de Kobe. Pero al haber sido Kobe dejado en manos de Conan, un
vasallo, se le ha deshonrado a ojos de la mentalidad oriental. Kobe no puede
asumir el mando del clan Yagyu tal como Heku desea, mientras esté supeditado a
alguien de una categoría inferior a la suya. La solución más rápida a esta
situación, es que Conan deje de existir.
Heku envía a Zuri, su maestro de asesinos,
en busca de Conan. Zuri deja el trabajo en manos de siete de sus samuráis
veteranos, suponiendo, a pesar de la fama del cimerio, que no saldrá vivo de un
enfrentamiento tan desparejado.
Poco después, mientras los cuerpos de los
siete khitianos se enfrían, Kobe comienza a sospechar que algo anda mal.
Intenta comprar unos caballos de refresco a unos campesinos, pero estos se
apresuran a regalárselos. Un pelotón de guardias armados se cuadra ante él
cuando se cruzan en un camino, en lugar de ser él quien ceda el paso a la
guardia real, como es lo habitual. Es el reflejo del miedo de un reino entero
ante la presencia en sus tierras de un gigantesco ejército extranjero que
parece haberse materializado de la noche a la mañana.
Kobe y Heku se encuentran, y el anciano le
anuncia a su hijo que ha llegado el momento de hacerse cargo del clan. Le
obliga a luchar con él, dejando patente que a pesar de su avanzada edad es
todavía muy superior a su hijo. Sin embargo, cuando Kobe ataca a la
desesperada, Heku claramente se deja matar por él. Al haber sido “derrotado”
por su hijo, este asume automáticamente el control del clan Yagyu, lo quiera o
no.
La comunidad (nº 145): cuando Conan llega hasta Kobe, éste le explica el cambio de situación. Naturalmente, Conan renuncia a la autoridad que tenía sobre él, a pesar que nunca lo trató como a un sirviente, sino como a uno más de sus compañeros de armas.
Para Kobe el asunto es mucho más complicado. Heku intentó que Zuri matara a Conan antes que Kobe asumiera el control del clan. Pero ahora que el clan ya ha cambiado de manos y Conan sigue vivo, es Kobe quien debe demostrar ante los suyos que es superior a su "amo" occidental.
Conan intenta solucionar el asunto hablando, pero Kobe no atiende a razones. Cuando trata de abandonar el campamento de Kobe es apresado por sus hombres.
La Triada (nº 146): envenenados, desarmados y esposados el uno al otro,
Zuri arroja a Conan y Kobe a las ruinas de Shah-Maddoc. En las
ruinas deberán hallar un frasco de antídoto, previamente dejado allí por hombres de Zuri. Solo hay suficiente antídoto para que uno de los dos
se salve. Conan y Kobe avanzan entre las ruinas hundidas en la tierra,
abriéndose paso entre los supervivientes del desastre, enloquecidos y abocados
al canibalismo.
Cuando Conan emerge él solo de las ruinas,
Heku revela estar vivo, y que el veneno al cual Kobe ha finalmente sucumbido no
era letal. Todo ha sido otra más de las duras pruebas por las que Heku está
haciendo pasar a su hijo desde que nació, a fin de fortalecerlo.
Heku y su ejército se retiran, pero no todo queda como al principio. Conan y Kobe no se separan como enemigos, más la tenue amistad que había entre ellos se pierde. Al haber “muerto” durante la prueba, el vínculo permanente de servidumbre entre él y Conan parece haberse disuelto, y cada uno sigue su propio camino.
Puedes repasar otros comics de Conan pulsando aquí.
Sands Upon the Earth & Community & Triad. James Owsley (guion) Val Semeiks (dibujo). Conan el bárbaro nº 144, 145 y 146. Publicados en 1988 por Comics Forum.
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