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sábado, 12 de junio de 2021

HELLRAISER. El corazón condenado.

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                              ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                      RETO QUELIBROLEO 2021

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Esta es, junto a Candyman y Cabal (Razas de Noche), una de las obras más conocidas de su autor. En realidad, Hellraiser es algo así como la piedra angular de la mente creativa de Clive Baker. Gran parte de su fama se debe a la versión cinematográfica, que el propio Clive Barker adaptó y dirigió, mostrándonos de forma explícita todo lo que el libro sugería y dando lugar a uno de los grandes iconos del terror de los ochenta: los Cenobitas.

La historia comienza con Frank, uno de esos despojos humanos aficionado a todo lo malo: drogadicto, alcohólico profundo, ludópata, y solo interesado por el sexo cuando implica dolor o humillación (reales) para su pareja. Su vida se reduce a vagabundear de un extremo al otro del mundo buscando nuevas experiencias, lo más depravadas posible. Ahora ha encontrado una nueva adicción: un extraño rompecabezas que no se ve capaz de resolver.

Se trata de un cubo metálico. Una caja de música, en realidad. Alguien se lo proporcionó con la promesa de que le permitiría acceder a una nueva dimensión del placer que no era capaz ni de imaginar, si lograba abrirlo. Pero el cubo no parece tener ninguna bisagra, cerradura, resquicio ni parte móvil. Dedica todas sus horas de lucidez a tratar de abrir el cubo, deslizando sus dedos entre las extrañas geometrías lacadas que decoran sus caras, encerrado en una buhardilla. Finalmente logra que las caras del cubo se reconfiguren, y los Cenobitas, Sacerdotes de la Orden de la Incisión, se presentan ante él.

Pero no son lo que Frank imaginaba. Él había esperado legiones de hermosas mujeres absolutamente sumisas, dispuestas incluso a dejarse torturar por él si eso era lo que deseaba. Los seres que aparecen están cubiertos de cicatrices, escarificaciones, automutilaciones, y anzuelos que mantienen sus heridas permanentemente abiertas. La idea del placer de los Cenobitas es muy diferente a la suya, pero ya no hay vuelta atrás. Frank los ha llamado al manipular el cubo, y cuando los Cenobitas son llamados, deben llevarse a su invocador con ellos.

Algún tiempo después, Rory (el hermano de Frank) y su esposa Julia, llegan a la misma casa. Es una vieja casa familiar que pertenece a ambos hermanos, pero Frank no da señales de vida desde una buena temporada, y Rory y Julia han decidido instalarse en ella.

Julia se convirtió en amante de Frank poco antes de casarse con Rory, cuando descubrió que el sexo violento y humillante que le proporcionaba el hermano malo le gustaba mucho más que el amor amable y devoto que le ofrecía el hermano bueno. A Rory y Julia los acompaña Kirsty, una amiga del trabajo de Rory que está secretamente enamorada de él. En teoría va a echarles una mano con la mudanza, pero lo cierto es que desespera por estar cerca de Rory con cualquier excusa. En la película, por cierto, Kirsty es hija de Rory (de un matrimonio anterior) en lugar de una amiga, y a Rory le cambian el nombre a Larry.

Durante la limpieza de la casa, Rory se corta en una mano y su sangre se derrama en los tablones de la buhardilla en la que Frank pasó sus últimos instantes sobre este mundo. Esto despierta una parte del alma de Frank, que comienza a tomar forma tras los tablones. Revela su presencia a Julia, y le pide que le consiga carne y sangre humanas, ya que con ellas puede ir reconstruyendo su cuerpo.

Obsesionada con la idea de recuperar a Frank como amante, Julia va llevando a escondidas a hombres que conoce en bares y a los que seduce con la promesa de una noche de sexo fácil. Los hace entrar en la buhardilla, y allí los asesina para que Frank se alimente de su sangre y despojos.

Por su parte, Kirsty, que está al acecho de Rory, comienza a sospechar que Julia tiene un amante. Ve en ello su oportunidad de separarlos, y de este modo poder acercarse más a Rory. Vigila su casa hasta que observa a Julia llevar a ella a un hombre cuando Rory está en el trabajo. Aprovecha la oportunidad para colarse en la casa, puesto que quiere asegurarse de que sus sospechas son ciertas antes de contárselo a Rory. Pero lo que se encuentra no es un simple caso de infidelidad. Interrumpe a Frank mientras este se alimenta del hombre. Frank ya se ha regenerado casi por completo, y su aspecto es el de un humano despellejado, cubierto de vendajes empapados de sangre. 

Frank intenta matarla a ella también, y en su desesperación por empuñar cualquier cosa lo suficientemente contundente como para defenderse, los dedos de Kirsty se cierran casualmente alrededor de un macizo cubo metálico con extraños grabados. La reacción de Frank al ver el cubo en manos de Kirsty hace que esta comprenda que se trata de algo muy importante para el ser despellejado que tiene delante, y cuando logra huir de la casa, se lleva el cubo con ella.

Manipulándolo, tratando de entender que es, Kirsty reconfigura el cubo, llamando inadvertidamente a los Cenobitas. Para esto seres, la ignorancia no es una disculpa. Han sido llamados, y por tanto han de llevársela para iniciarla en su mundo de sufrimiento. Pensando rápido y atando cabos, Kirsty hace un pacto con ellos. Da por sentado que la criatura despellejada debió ser alguna antigua víctima de los Cenobitas, que de algún modo ha logrado huir de su mundo y regresar a este. Les ofrece guiarlos hasta esa alma fugitiva y los Cenobitas aceptan, pero también advierten: puesto que la piel y la carne se pueden robar y alterar, el aspecto no significa nada. Frank debe admitir en voz alta que él es quien Kirsty afirma que es. De otro modo, se la llevarán a ella.

Así pues, Kirsty debe volver a la casa, exponerse de nuevo al monstruo, lograr que él mismo se identifique por su nombre… y confiar en que los Cenobitas cumplan su promesa y se conformen con llevarse solo a Frank. Afortunadamente para ella, en cuanto estos confirman la identidad de Frank (que ya a asesinado a Rory y se ha vestido con su piel) los Cenobitas conminan a Kirsty a marcharse y dejar el resto del asunto en sus manos. 

Sin embargo, la deuda de Kirsty con los Cenobitas no está totalmente saldada. Un Cenobita de rango superior conocido como El Ingeniero le hace entrega del cubo, que deberá guardar hasta que otra persona obsesionada con las historias que se cuentan sobre el artefacto acuda a buscarlo.

El tema básico de la novela es el de la frustración y la obsesión que acompaña a los deseos insatisfechos. Frank es incapaz de conformarse con los placeres comunes, y buscando algo más llega demasiado lejos. Julia está dispuesta a matar y renunciar a casi todo por el inútil de Frank. Kirsty trata de romper la relación entre Julia y Rory para así tener una oportunidad de ocupar el puesto de Julia. Y Rory ama de tal modo a Julia que ignora las señales cada vez más claras de que esta hace mucho que no siente lo mismo por él.

Los únicos que no se dejan arrastrar por sus deseos, son precisamente los Cenobitas, cuya exploración del dolor y la profanación de la carne propia y ajena los ha llevado a un estado más allá de toda emoción. Están sujetos a unas leyes y normas propias que no pueden romper, y no les importa que aquellos que les invocan las desconozcan. No son malvados, ni buenos tampoco, sino totalmente amorales. Al principio pueden parecer crueles porque torturan a quienes les invocan hasta volverlos locos, y cuando ya no queda nada de sus cuerpos, siguen atormentando sus almas. Hacia el final de la historia pueden parecer buenos, porque dan a Kirsty la oportunidad de salvarse y llevarse a Frank en su lugar, pero esto es solo porque para ellos, un fugado es una presa prioritaria. En realidad, se limitan a cumplir lo mejor posible y de forma desapasionada aquella función para la que existen.

El que no se nos cuente casi nada sobre ellos, que tengamos que imaginar o suponer todo lo relativo a su naturaleza, solo los hace más misteriosos. Se los describe someramente y solo se da nombre a uno de ellos, El Ingeniero, que no parece tanto un líder como una especie de supervisor o capataz de trabajo. El Ingeniero solo se manifiesta al final del relato, acudiendo una vez todo ha terminado para comprobar que no quede ningún cabo suelto.

El libro, además, se lee rápido. En realidad se trata de un relato largo más que de una novela. Se le ha dado volumen al libro a base de emplear letras más grandes de lo normal, para que el texto abulte. La decisión de publicarlo así probablemente se tomó debido a la fama que el relato alcanzó gracias a las películas (doce en el momento de publicar esto y con una nueva versión de la primera en ciernes), a pesar de la calidad decreciente de estas. Es por ello que Pinhead, que en el relato carece de nombre y no tiene una relevancia especial (pero en la película lidera a los Cenobitas) acapara la portada. Hellraiser es también el nombre de la película, mientras que el relato, en su primera aparición en un libro recopilatorio, se titulaba The hellbound heart. Vendría a significar algo así como El corazón ligado al infierno, y se tradujo al castellano como El corazón condenado.

Esta ha sido nuestra lectura de junio del reto Quelibroleo 2021. El próximo será Las aventuras del barón de Münchhausen, en algún momento de julio.

Hellraiser. 1986. Clive Baker. Publicado en 2004 por La Factoría de Ideas.

2 comentarios:

  1. En realidad los Cenobitas dan placer y dolor a partes iguales, se supone que es un planeta purgatorio. La película es una adaptación bastante buena. Están preparando un reinicio de la saga aunque creo que es una serie.

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    1. Pocos remakes y reinicios de los últimos quince o veinte años superan a sus versiones clásicas, así que no tengo muchas esperanzas en ese nuevo Hellraiser. De todos modos le daré una oportunidad, por si acaso... en algún momento tiene que acabar esta sequía creativa.

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