PENSIÓN DE PARÍS

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                             ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Todos tenemos altibajos por muy diversas causas, y cuanto más alto está el listón, más se nota cuando no se llega a este. Considero a Ralph Barby uno de los mejores autores de bolsilibro, pero esta en particular no está al nivel del resto de sus historias de terror. Se publicó por primera vez en 1976 como el nº 189 de Selección Terror. La que muestro aquí es una reedición de 1983, como el nº 547 de la misma colección.

Dos parejas de estudiantes universitarios son testigos de los últimos segundos de vida de un desconocido. El hombre murmura unas enigmáticas palabras, entre las cuales está la dirección de la pensión en la que se aloja. En cuanto muere, su cuerpo se descompone de forma acelerada, hasta quedar reducido a poco más que un esqueleto. 

Los estudiantes deciden investigar por su cuenta en lugar de avisar a la policía y se trasladan a la pensión donde se hospedaba el desconocido, una destartalada casona regentada por dos ancianas hermanas. La pensión está adyacente al famoso cementerio Père Lachaise, y las hermanas aprovechan esto para oficiar ceremonias de espiritismo y obtener unos ingresos extra.

Lo de trasladarse a la pensión del finado para investigar su muerte parece un primer paso lógico, pero una vez allí, los estudiantes prácticamente no hacen ningún tipo de investigación al respecto, encontrando una sola pista por mera casualidad. La mayor parte del tiempo lo dedican a conversar sobre sus preferencias sexuales. Los protagonistas resultan tan insufribles como la insistencia del autor por desdoblar las frases. Esto es algo que también nos encontramos, en mucha menor medida, en otros de sus relatos, pero en éste llega al extremo con cosas como:

-¡Con esta broma se han pasado, maldita sea, se han pasado!

-¡Es el muerto, el muerto, es el muerto!

-¡Huele a cadáver, huele a cadáver!

-Este hombre está vivo, Marie, está vivo.

-Ya se lo he dicho, Marguerite, ya se lo he dicho.

-Es mejor salir de aquí, es mejor salir.

-Tengamos calma, hay que tener calma.

Y sí, los estudiantes terminan descubriendo lo que le ocurrió al desconocido: las hermanas poseen una cajita de música mágica que les permite drenar la energía vital de un humano vivo para transferirla a un cadáver y resucitarlo… pero descubren esto únicamente porque las ancianas utilizan a los huéspedes de su pensión como involuntarios donantes de energía. Los estudiantes solo se enteran de lo que está pasando cuando les toca a ellos el turno de ser despojados de su vitalidad.

Lo más destacable de este relato es la ambientación parisina, muy bien lograda, y la descripción de la cajita de música, que es bastante original. Creo que la historia hubiese sido más interesante de centrarse en esa cajita, en detallar como la obtuvieron las ancianas, quién la fabricó, etc. en lugar de centrarse en el ir y venir de los personajes de un lado a otro, sin hacer nada en concreto.

Dicho todo esto, no quiero que parezca que el relato es malo. Está al nivel del bolsilibro promedio... pero eso lo sitúa por debajo del bolsilibro de Ralph Barby promedio.

Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.

Pensión de París. 1976. Ralph Barby [Rafael Barberán] (texto). Selección Terror nº 189 y 547. Editorial Bruguera S.A.