EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
Vamos con otra película de nuestro querido Chuck, y otro claro ejemplo de la gran calidad que tenía el cine de acción en los 80 y 90.
Se trata de Código de Silencio. Hablando de películas de Chuck con otros seres de la galaxia, hemos podido comprobar que esta es una de esas que la gente no suele reconocer por el título, pero identifica rápidamente por una escena concreta.
Comenzamos siguiendo
a Eddie Cusack (Norris a Nivel 3) en su trabajo de policía encubierto.
Participa en una redada para detener a unos narcotraficantes latinoamericanos
del Clan de los Comacho, justo en el momento de una importante venta. Las cosas
se tuercen cuando otro grupo de criminales interviene masacrando tanto a
compradores como vendedores, llevándose la droga y el dinero, y provocando una
respuesta apresurada de la policía. Cragie, uno de los agentes (que todo hay
que decirlo, había estado tomándose varios copazos justo antes de la redada)
mata por error a un chaval que comete la torpeza de escuchar los disparos y acercarse
a ver que pasa.
En lugar de admitirlo y asumir las consecuencias, Cragie trata de disimularlo. Coloca un arma en las manos del chaval y declara que este intentó matarlo. El compañero de Cragie, un agente joven y con poca experiencia ve lo sucedido, pero no se atreve a delatarlo y secunda a desgana la versión de este.
Durante la investigación que se lleva a cabo, Cusak deja claro que la versión de Cragie no le convence, y el resto de la comisaría le hace el vacío, estableciendo un código de silencio en torno a él. Esto es no responder a ninguna de sus peticiones de ayuda o refuerzo durante las patrullas, alegando estar ocupados con otra cosa, estar demasiado lejos para acudir, o tener cualquier tipo de problema similar. Básicamente, lo dejan solo por haber dudado de la palabra de un compañero en lugar de darle la razón en automático.
No es lo único que
sale mal en todo el asunto. Uno de los traficantes logra sobrevivir y reconoce en
sus atacantes a hombres de Tony Luna, de la mafia italiana de los Scalese. Esto degenera
en una guerra de bandas entre los Comacho y los Scalese que, como siempre, se
lleva por delante a civiles y familiares de los criminales, que ignoraban las actividades de estos o no participaban en ellas.
Las dos historias
(la del policía borrachuzo y criminal y la de la guerra de bandas) van desarrollándose
de forma paralela y terminan por mezclarse una con otra. Los Comacho matan a
toda la familia de Tony Luna excepto al propio Tony y
a su hija adolescente Diana, a la que Cusak logra salvar y deja a cargo de un
amigo.
Empeñados en acabar con ellos también, los Comacho matan al amigo de Cusak y se
llevan a Diana contando con que Tony tratará de rescatarla o se intercambiará
por ella (el romantizado mito del honor entre criminales) cosa que no ocurre. Es Cusak, al que todos sus compañeros siguen negándole la ayuda, quien acude a salvarla, enfrentándose para ello a varias docenas de
hombres de los Comacho.
A pesar de todo, Cusak no lucha solo esta vez. Se lleva de comisaría un modelo experimental de robot de combate, con aspecto de hormiga blindada sobre ruedas, a medio camino entre un mini tanque y un Rover de la NASA. Esta es la secuencia que todo el mundo recuerda de la película: al robot deambulando lentamente entre los narcos, cosiéndolos a balazos sin ningún miramiento. Cuando sus cargadores se vacían, el robot anuncia con una amable voz “Aquí termina el programa de demostración” al montón de cadáveres que tiene alrededor.
La película, como
casi todas las de la época, ensalza la labor policial sin dejar por ello de
mostrar que también hay muchas cosas que se les puede reprochar. En este caso,
la mal entendida hermandad o solidaridad entre policías (que también se da en
muchos otros colectivos profesionales o ideológicos) y que les impulsa a
defender sin pensar a los otros miembros del colectivo, independientemente de lo que
hayan hecho.
Cusak (con la inestimable ayuda de la hormiga-tanque) acabará con los
criminales y rescatará a Diana. El compañero de Craige terminará sucumbiendo al
sentido común y delatándolo, poniendo también fin al código de silencio establecido en
torno a Cusak.
Como curiosidades sobre la película, podemos destacar tres. Primera, que el guion fue escrito originalmente como la cuarta parte de Harry el sucio, pero después se reescribió para darle el papel a Norris.
Segunda, que Dennis Farina, que hacía el papel de compañero de Norris al inicio de la película, era un policía de verdad que fue invitado a participar en el rodaje, y se labró una carrera cinematográfica a raíz de ello.
Tercera, una de las escenas decía que Norris y Molly (la actriz que hacía de Diana Luna) debían abrazarse. Norris cuestionó la verosimilitud o necesidad de la escena, y Molly (una novata en su primera película) le dijo a Norris (ya una estrella consagrada por esos tiempos) “Si no quieres abrazarte a mí, es que eres gilipollas”. Luego se disculpó… o la obligaron a disculparse, quien sabe. La propia Molly contó esto como una anécdota de su carrera, mucho tiempo después, destacando que Norris no dio ninguna importancia al incidente.
Muy grande, señor Chuck. No esperábamos menos de usted.
¡Otra película de Chuck pulsando aquí!
Code of Silence. 1985. Michael Buttler, Mike Gray, Dennis Shryack (guion) Andrew Davis (director) Carlos "Chuck" Norris, Dennis Farina, Ralph Foody (actores principales) Molly Hagan (actriz principal). Orion. Editada en DVD en 2012 por MGM.
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