EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
Hoy vamos con una película de zombis clásica, una coproducción hispano-italiana ambientada en Inglaterra que se ha ganado su rinconcito (su nicho, podríamos decir) en el difícil terreno del cine de culto zombi. Se llegó a distribuir, en diferentes idiomas, con variaciones de título bastante imaginativas como No abras la ventana, Deja reposar a los cadáveres dormidos o Los muertos vivientes de la morgue de Manchester.
La historia está muy influida por La noche de los muertos vivientes de 1968, de Romero. ¿Qué película de zombis de los 70 a los 80 no lo está? Aquí retomamos el tema de los cadáveres que vuelven a la vida debido a la radiación, aunque la película añade su toque original dándonos una explicación algo más trabajada al hecho de que esto ocurra, más allá del típico “pasa porque sí”.
Comenzamos con George, un vendedor de arte y antigüedades, abandonando Londres en moto durante la secuencia de títulos de crédito. Esta parte es curiosa, porque a base de imágenes comunes ya transmite una sensación de “algo va mal”, como veríamos más tarde en la más famosa apertura de Demons. Se nos muestran cortos planos de los rostros tristes y apáticos de transeúntes y conductores. Lo único que rompe la monotonía urbana es una chica que cruza corriendo la carretera, desnuda, sonriendo y haciendo el signo de victoria con una mano alzada (supongo que será algún tipo de reivindicación hippy de la época) pero nadie le presta atención, dedicándole como mucho alguna mirada aburrida. Es como el mensaje de “Nosotros somos los muertos” que nos daba Savini en su remake de La noche de los muertos vivientes de 1990, pero puesto al inicio de la película en lugar de al final. No pueden faltar las escenas de fábricas lanzando nubes de humo a la atmósfera y la basura amontonada en los callejones, pues a fin de cuentas, de contaminación va todo este asunto.
La moto de George queda averiada por un topetazo que le da un coche. La responsable es Edna, que va en la misma dirección que él y accede a llevarle. Por el camino, nos enteramos que Edna va a la casa de campo de su hermana Katie y el marido de esta. Katie es drogadicta y su marido la ha mantenido viviendo aislada allí durante un año, en un intento desesperado de desengancharla, que no ha funcionado. Katie sigue consiguiendo droga incluso en esa apartada región, y es ya una desequilibrada mental a consecuencia de ello. Edna y el marido de Katie han acordado ingresarla en una residencia de desintoxicación.
Paralelamente a esto, unos científicos del Departamento de Agricultura prueban en los campos una máquina que emite radiaciones ultrasónicas para eliminar a los insectos, como una alternativa limpia a los pesticidas. Los ultrasonidos enloquecen el primitivo sistema nervioso de los insectos haciendo que se maten unos a otros. La máquina parece funcionar bien, por lo que su radio de acción se va ampliando progresivamente para extenderlo por toda la región. Lamentablemente, resulta que los ultrasonidos influyen también en otros sistemas nerviosos muy básicos, como el de los recién nacidos y la parte aún activa de los cadáveres recientes.
El primero en recuperar una semejanza de vida es un mendigo que murió ahogado en un rio cerca de la casa de Katie, y regresa a esa zona guiado por el instinto. Cuando George y Edna llegan a la casa de Katie, el zombi ya ha pasado por allí y acabado con su marido.
La policía interviene, pero solo Edna ha llegado a ver al zombi, aparte de Katie. El historial de drogadicción y desequilibrio mental de Katie y la forma tan brutal en la que ha sido destrozado su esposo, induce a la policía a pensar que ha sido ella, en un ataque de demencia. Y siendo Edna su hermana, piensan que han acordado una coartada inventándose a un agresor inexistente.
El inspector McCornick ordena a George y Edna quedarse en el pueblo hasta que termine la investigación, y ellos aprovechan para hacer sus propias pesquisas. McCornick se toma esto como un intento de entorpecer su labor, y los considera automáticamente cómplices de lo que él cree que es un asesinato común.
George relaciona la presencia de la máquina con la aparente resurrección de los muertos, pero sólo uno de los médicos del hospital local, el Dr. Duffield, está dispuesto a considerar su teoría. Los bebés nacidos desde que la máquina fue conectada son extremadamente violentos, tratando de arañar y morder a los médicos y enfermeras que los traen al mundo. Esto nos recuerda bastante al argumento de ¡Está vivo! de Larry Cohen, estrenada ese mismo año solo unos pocos meses antes.
A medida que el radio de acción ultrasónico se extiende hasta el cementerio local y luego hasta el hospital del pueblo, los cadáveres recientes van recuperando funciones motoras básicas y una rudimentaria inteligencia, convertidos en el clásico zombi romeriano. Nunca llegan a ser tantos como para suponer una plaga, pero al estar en una región grande, aislada y poco poblada, su presencia no es detectada hasta que es demasiado tarde. y todas las muertes que estos provocan son achacadas a George y Edna.
Es en el hospital, precisamente, donde todo termina. George ha encontrado la forma de destruir a los zombis. Hay que quemarlos, pues las balas (ni tan solo las que los alcanzan en la cabeza) parecen hacerles nada. Acude al hospital con la intención de quemar a los muertos del depósito, pero estos ya han vuelto a la vida y están dado cuenta del personal y los pacientes. Edna, que había sido herida en un brazo por uno de los zombis e ingresada en el hospital, es también una zombi cuando George la encuentra. No tiene más remedio que empujarla a una habitación en llamas, donde ya arden otros zombis. Tras haber destruido él solo a todos los zombis que han ido apareciendo a lo largo del film, George es abatido a tiros por McCornick, que sigue empeñado en que es el responsable de todo.
Hay una frase muy icónica de esta película, que McCornick pronuncia observando el cadáver acribillado de George “Ojalá fuera cierto que los muertos resucitan. Podría volver a matarte”. Icónica y profética, porque la máquina sigue funcionando, y McCornick no tardará mucho en tener su oportunidad de matar a George otra vez. ¡Lástima que en esta ocasión las balas no vayan a ser tan efectivas como la anterior!
Una de las particularidades de esta película, es que todos los personajes principales son insufribles. George es prepotente y habla a todo el mundo como si pretendiera intimidarlo, en tono agresivo, exigiendo y metiendo prisa sin cesar. Además, no hace más que quejarse de la contaminación, pero él bien que va y viene a todos lados en una moto de gran cilindrada en lugar de en una bicicleta. Edna es justo lo contrario, pusilánime y carente de voluntad propia, pasándose todo el metraje disculpándose por algo, gritando, o al borde del llanto. McCornick, la autoridad local, no investiga objetivamente el caso, sino que decide ya de entrada quienes son los culpables y luego busca la forma de que todas las pruebas encajen con su sentencia previa. El comportamiento de Katie es simplemente el que cabría esperar de una drogadicta: victimista, cobarde y mentirosa. Son los personajes secundarios los que más simpatía despiertan. Como el marido de Katie, que aun habiéndose reducido ella misma a una piltrafa sigue queriéndola y tratando de cuidarla. O el Dr. Duffield, que cuando los zombis aparecen en el hospital intenta frenarlos hacha en mano, y muere protegiendo a una de sus pacientes. Su papel, por cierto, parece escrito para Peter Cushing, y en todo momento tuve la sensación de estar viéndole a él en pantalla.
Otra cosa que llama la atención, es que la existencia de los zombis se nos presenta como algo lógico, con unas causas “científicas”, pero también tienen un inexplicable e inexplicado elemento sobrenatural. Son zombis, pero con rasgos de vurdulak: no salen en las fotografías, y parecen presentir donde se encuentran aquellos que fueron importantes en su vida y sentir el impulso de ir a por ellos: es precisamente el marido zombificado de Katie quien acaba con ella. Es precisamente la Katie zombi quien mata a su hermana Edna. A su vez, es la Edna zombi quien ataca a George casi al final (aunque en este caso no quedaban ya más zombis que ella misma). Y el George zombi aparentemente se escapa de la morgue y cruza toda la campiña para esperar a McCornick en la habitación de la pensión en que se hospedaba (un dato que no podía saber de ningún modo).
Puede que esto sea mera casualidad, claro. Es un pueblo pequeño y una película con pocos zombis y pocos personajes, pero no deja de ser demasiada casualidad. Y aunque lo fuera, sigue sin explicarse el que la imagen de los zombis (ni tan solo sus ropas) aparezcan en las fotos, como si se tratase de vampiros clásicos. Con todo, se trata de una de las mejores aportaciones al género zombi del cine español.
Saltamos a otra película de zombis pulsando aquí.
No profanar el sueño de los muertos. 1974. Juan Cobos, Marcello Coscia, Sandro Continenza, Miguel Rubio (guion) Jorge Grau (director) Ray Lovelock, Arthur Kennedy (actores principales) Cristina Galbó, Gengher Gatti (actrices principales). Star Films S.A. / P. C. Flamina. Editada en DVD en 2008 por Divisa Home Video.
Me ha gustado lo del ultrasonido que enloquece a los insectos y vuelve rabiosos a los bebes. Los personajes son "curiosos" me gusta el de McCornick que es incapaz de reconocer su error y prefiere seguir adelante con ello, hay por el mundo mucha gente asi y algunos en cargos de responsabilidad.
ResponderEliminarPD. Nueva película de Resident Evil, dicen que esta vez es una fiel adaptación y que da bastante terror...o eso dicen.
He visto el tráiler y desde luego parece mucho más centrada en la historia original que las otras, que en realidad no eran películas de Resident Evil con Mila Jovovich, sino películas de Mila Jovovich con algún toquecito de Resident Evil. La gente se está quejando mucho de los efectos especiales pero yo no los veo tan mal. Veo mas "feo" el Leon S. Kennedy con bigote y perilla que los perros zombi o el licker.
Eliminar¡HUg! Ya he visto la nueva de RE y comete el mismo error de base que las anteriores: toma elementos del juego pero sacados de contexto totalmente. Los personajes solo tienen en común el nombre con los del videojuego. Si van a cambiarle a un personaje el aspecto y la personalidad, para eso que le cambien también el nombre y lo hagan pasar por un personaje nuevo. La gente se lo tomará mejor. A esta película puedo perdonarle la falta de presupuesto. La relativa falta de presupuesto, quiero decir, pues se hizo con más de veinte millones de $USA mientras que la genial "Tren a Busan" se hizo solo con ocho millones. Pero que tomen personajes de los videojuegos y ni se parezcan físicamente ni actúen como ellos no tiene razón de ser. Parece hecha expresamente para ridiculizar la franquicia. Si esto pretendía ser un reinicio, me temo que se ha estrellado antes incluso de despegar.
EliminarHombre, por fin una película que he visto... Aunque fue ya hace tanto tiempo, que todos esos detalles que cue tas se me escapan. Recordaba el tema de la radiación y de escena de la cosechadora y ese trasunto ecologista que está muy presente en otras producciones de la época. Saludos!
ResponderEliminarEsta la vi un par de veces por televisión siendo pequeño. Fue muy popular en su momento, precisamente por la "explicación" de la maquina de ultrasonidos, que le daba un cierto aire de credibilidad (o eso nos parecía entonces)😅
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