UN MONSTRUO VIENE A VERME

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                              ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                   RETO QUELIBROLEO 2021        

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Hoy comentaremos el único libro que he leído por el momento de Patrick Ness. Y permitidme que empiece diciendo, aunque no tenga relación con el texto, que Ness me parece un nombre genial para alguien que escribe un libro sobre un monstruo gigante.

Conor es un chaval que está pasando una mala época. Sus padres se han divorciado. Vive con su madre en Inglaterra, y solo habla con su padre cada dos semanas, sin posibilidad de verle porque se ha ido a trabajar a los Estados Unidos. En el colegio, el típico matón de la clase la ha tomado con él, y como suele ocurrir en estos casos, los profesores regañan al que se defiende en lugar de al matón, porque es menos problemático. Lo peor de todo, es que su madre tiene un cáncer que la está matando. Dia tras día la ve quedarse calva, palidecer, arrastrar los pies cada vez más lentamente, cada vez más débil, muriéndose ante sus ojos, encadenando toses con vómitos sin que pueda hacer nada por ella. La angustia que esto le provoca le hace rehuirla, dirigiéndole la palabra lo menos posible, negándose a sacar el tema en la creencia que un problema desaparecerá si se lo esquiva el tiempo suficiente.

Su abuela se ha instalado en casa, a petición de su madre. Conor no se lleva muy bien con ella. La encuentra maniática y estricta, pero el verdadero motivo por el que rechaza su presencia es porque siente que está allí para que se acostumbre a la idea de vivir con ella. Y admitir eso es admitir la inminente muerte de su madre. El cúmulo de problemas le hace estar en un estado de enfurruñe permanente, y le da la espalda a una de las niñas de su clase, la única amistad verdadera que tenía.

Cierta noche, Conor tiene un sueño en el que un monstruo le visita en su habitación. El monstruo toma aspecto humanoide a partir de un enorme tejo que se alza junto a su casa, al que puede ver a través de la ventana. Sus raíces se convierten en piernas, sus enormes ramas en brazos, y se asoma a la ventana de Conor para hablar con él. Resulta intimidante, pero afirma que está allí porque Conor le ha llamado, y que por ello le va a contar tres historias. Y tras la tercera, será él quien deberá contar otra. No una historia cualquiera, sino una verdadera.

El monstruo se identifica a sí mismo con muchos nombres y conceptos, entre ellos, con Herne el cazador, una poco conocida leyenda inglesa del siglo XVI, o quizá anterior, lo que ya nos indica que existe desde hace mucho tiempo, y no es la primera vez que se manifiesta ante los humanos. Una de las formas en que se presenta, es como “todo lo que no está domesticado y no se puede domesticar”, lo cual me parece una de las mejores definiciones de “monstruo” que he leído jamás. Recordemos ya de paso que originalmente la palabra "monstruo" hacía referencia a toda persona o animal con capacidades o habilidades extraordinarias, y no implicaba necesariamente una connotación negativa.

Las dos primeras historias que le cuenta el monstruo son como los clásicos cuentos de los Grimm o de Charles Dickens, hermosos en apariencia, pero crueles en el fondo. En ambos hay un gran tejo como testigo de lo que acontece. Y al igual que los cuentos clásicos, cada una de las historias del monstruo esconde una enseñanza para aquellos que sepan entenderla. Son enseñanzas sobre cosas en las que Conor necesita reflexionar por su propio bien, en las que rechaza pensar de forma consciente, pero que acepta sin darse cuenta al llegar hasta él disfrazadas en forma de cuento.

Los cuentos del monstruo hacen que Conor acepte una parte de su realidad, porque no es posible enfrentarse a una situación y superarla sin aceptarla antes. Acepta la presencia de su abuela y lo que ello implica. Recupera el contacto con su antigua amiga. Aprende a plantarle cara al matón de la clase. Pero sigue siendo un niño que no está preparado para aceptar la muerte de su madre. Esta, además, no cesa de repetirle que no se preocupe, que va a ponerse bien. Son mentiras demasiado obvias, que Conor reconoce como tales, pero se esfuerza en creer. En cambio, cuando su padre llega para pasar unos días con ellos y es el primer adulto en darle a entender claramente que su madre va a morir, se niega también a creer algo que en el fondo sabe que es verdad. Por si la situación no fuera ya bastante confusa de por sí, el que los adultos le den señales contradictorias solo lo complica todavía más.

Se juega con no dejarnos claro si el monstruo es real o no. Las primeras veces se muestra ante Conor por la noche, como un sueño o una pesadilla, pero más adelante se manifiesta ante él estando despierto. También parece dejar tras de sí un rastro físico. El suelo del dormitorio de Conor aparece una mañana lleno de semillas de tejo, tras una visita del monstruo, pero podría ser que el viento las hubiera arrastrado allí a través de la ventana. En otra ocasión parece que el monstruo destroza el salón de una casa, pero podría ser obra del propio Conor en un arranque de ira.

Una cosa que el chico aprende mientras todo esto ocurre, es que los tejos son árboles de los que se obtienen muchas medicinas. Un árbol curativo. Viendo el significado de esto, el chico llega a creer que el monstruo se forma a partir de un tejo porque su finalidad es curar, y así es en realidad. En lo que se equivoca Conor, es sobre a quien viene a curar el monstruo. Piensa que el monstruo del tejo está allí para curarle el cáncer a su madre, cuando en realidad está allí para curarle el corazón a él.

Finalmente, el monstruo cuenta su tercera historia, la más breve de todas, y le llega el turno a Conor de contar una. Una que sea verdad, tal como le especificó desde el inicio. Se lo exige, le fuerza a ello. Y el niño lo hace, pero no se la cuenta al monstruo. A esas alturas su madre está ingresada en el hospital, postrada en una cama, llena de tubos, todavía consciente, pero agonizando por el cáncer. Y Conor reúne por fin el valor suficiente para decirle por primera vez, aunque no con esas mismas palabras, que la echará de menos y la seguirá queriendo cuando ya no esté.

En el fondo, de lo que trata la historia es del difícil proceso de la aceptación de la muerte de los seres queridos, más complicado a ciertas edades y bajo ciertas circunstancias que nos pueden parecer injustas. Una muy buena historia en mi opinión, magníficamente contada, que nos deja con la duda de qué es el monstruo ¿Es real? ¿Es un amigo imaginario? ¿Hay una diferencia importante entre una cosa u otra, si igualmente podemos aprender algo de ellos cuando nos hablan?

Este es uno de esos libros que no puedo más que recomendar, al igual que la película, muy fielmente adaptada a la pantalla. 

Y esta ha sido nuestra lectura de noviembre del Reto Quelibroleo 2021. El siguiente libro aún está por determinar. 

A Monster Calls. 2011. Patrick Ness. Publicado en 2016 por editorial Nube de Tinta.