EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Feliz Dia de la Madre, seres del espacio!
Hoy tenemos para comentar una película increíble… tanto en el buen sentido como en el malo. La historia que nos cuenta es épica y hermosa, pero a nivel técnico es muy pobre y tiene muchas incongruencias. Como para nosotros lo primero pesa mucho más que lo segundo, la consideramos una gran película, y de hecho está entre nuestras preferidas. El título original es Uchu kara no messeji (Mensaje desde el espacio) o Mesage from space en su distribución internacional.
Es de 1977, un año después del estreno de La Guerra de las Galaxias, y parece otra de las muchas y apresuradas imitaciones que se hicieron de esta, en la que se mezclaba acción, rayos láser, androides, naves espaciales, alienígenas, y misticismo. La propia carátula de esta edición la presenta como "La versión japonesa de La Guerra de las Galaxias".
La dirigió Kinji Fukasaku (el mismo que mucho después dirigiría otra gran película ya comentada aquí, la de Battle Royale). Entre los intérpretes nos encontramos a Sonny Chiba (un famoso actor de artes marciales del momento, aunque su papel en esta es secundario) y Vic Morrow, que quizá os suene de Tiburón 3 y 1990: Los guerreros del Bronx, otra película de serie B que nos encanta.
La historia no tiene lugar hace mucho, mucho tiempo ni en una galaxia muy, muy lejana. Al contrario, tiene lugar en un futuro relativamente cercano (a uno de los protagonistas lo vemos lavando platos con un delantal de Cutty Shark) y en nuestra propia galaxia (se nombra a la Tierra, Marte y Plutón).
En el lejano planeta Jilucia, un grupo de gente humildemente vestida, con aspecto de druidas, se reúnen para una ceremonia. Su mundo ha sido invadido por los gavana, una raza de poderosos guerreros ante los cuales los habitantes de Jilucia, pacíficos por naturaleza, no pudieron presentar una resistencia seria.
Tras hacer una masacre general para subyugar a los nativos, los gavana militarizaron Jilucia, llenándolo de bunkers y piezas de artillería, convirtiendo su núcleo en un motor que les permite desplazar el planeta como una gigantesca fortaleza.
El más anciano de los congregados reza pidiendo ayuda a los Creadores del Universo y lanza al aire ocho nueces, que envueltas en un brillo anaranjado se dispersan por el espacio. A Emeralina, la nieta del anciano, se le encarga la misión de seguir a las nueces, pues cada una de ellas será encontrada por un héroe. Estos ocho héroes están predestinados a derrotar a los gavana y liberar a los habitantes de Jilucia.
Acompañada por Uroco, uno de los pocos guerreros de Jilucia, Emeralina parte en pos de las nueces, y estas la llevan hasta las inmediaciones del Sistema Solar. Cinco de ellas han acabado en Milacería, uno de los mundos colonizados por la humanidad. Pero las personas que las han encontrado no resultan ser los valientes y poderosos héroes que Emeralina esperaba: Shiro y Aaron, un par de jóvenes alocados que se dedican a hacer carreras ilegales. Jack, el dueño de un antro de baja catadura. Garuda, un viejo militar borracho y desengañado. Y Maia, una niña rica y caprichosa. Da la impresión que las nueces mágicas se han equivocado al escoger. Los elegidos carecen del espíritu, los conocimientos o los medios para hacer nada respecto al futuro de Jilucia.
Sin embargo, todos ellos han sido escogidos por algo muy concreto. En algún momento de la película cada uno juega un papel fundamental que a primera vista no parece determinante, pero que cobra sentido al final de la historia.
Jack, por ejemplo, decide engañar a Emeralina para venderla como esclava a una anciana de las montañas de Milacería, que busca una esposa para su hijo mutante. ¡Vaya héroe!
Cuando Emeralina está en manos de la anciana y el mutante, aparece una patrulla de los gavana. La han estado rastreando, y se la llevan prisionera. Disparan contra el mutante y la anciana, pero esta sobrevive y se la llevan también para analizarla. Los gavana desconocen esa zona del espacio, e introducen a la anciana moribunda en una máquina que extrae información de su cerebro. La anciana siente una gran añoranza de la Tierra, y en su delirio agónico no hace más que pensar en ella. Así, cuando los gavana acceden a su mente no ven más que las imágenes de la Tierra que ella está reviviendo. Aunque en principio solo pretendía capturar a Emeralina, Roxella XII, el líder de los gavana, queda maravillado por la belleza de la Tierra y decide invadirla.
Probablemente de haberla encontrado junto a cualquier otro de los personajes, las imágenes que habrían extraído de su cabeza hubieran sido comunes: naves espaciales en el caso de Shiro y Aaron, batallas en el caso de Garuda, una sucesión de fiestas banales en el caso de Maia… quizá la labor de Jack, su papel en la historia, era esa; vender a Emeralina a la anciana para que la mente de ésta fuera leída por los gavana.
Cuando los gavana lanzan un ultimátum a la Tierra para que se rinda sin combatir, el presidente mundial recluta a Garuda para negociar con ellos. Aunque Garuda ya había renunciado a ayudar a Emeralina, tras su entrevista con Roxella cambia de opinión. El resto de héroes escogidos también lo hacen por los remordimientos que les causa el haber rechazado ayudar a Emeralina en un principio. Se organizan entre ellos para viajar por su cuenta hasta Jilucia, y los tres que faltaban por aparecer lo hacen al fin. El último de ellos es el propio Uroco, que descubre que siempre fue uno de los escogidos, segundos antes de morir en el combate final contra los gavana.
La película no tiene ningún respeto por las leyes físicas más elementales. Hay una escena en la que los personajes salen de sus naves al vacío del espacio sin ningún tipo de traje de protección. Solo se colocan una mascarilla de oxígeno sobre la boca y nariz, se desplazan por el vacío moviendo los brazos y piernas como si estuvieran buceando, y se comunican gritándose unos a otros. Hay otra en la que el planeta Jilucia empieza a desplazarse por el espacio, y esto no parece afectar de ningún modo a sus habitantes (digo yo que eso de alejarse del sol al lado del cual sueles orbitar tiene que repercutir en la temperatura en la superficie, por ejemplo). Jilucia tampoco parece tener atmosfera, y su superficie está compuesta totalmente por roca escarpada, sin rastro aparente de vegetación ni agua, pero sus habitantes hablan y respiran normalmente en lo que a todas luces es una simple roca gigante, más que un planeta.
Por otra parte, también tiene una idea que me parece muy original. En la escena en la que salen de las naves, lo hacen para tratar de capturar luciérnagas espaciales. Estas son unas brillantes motas de luz que se desplazan aleatoriamente formando grandes bandadas. Maia cree que se trata de verdaderas luciérnagas que viven en el espacio, pero alguien le explica que en realidad son cenizas radiactivas expulsadas por los motores de las naves, que tienden a acumularse en determinadas zonas, y a la que la gente ha puesto el mote de luciérnagas espaciales. Un peligro radiactivo con un nombre romántico.
En realidad, aunque empecé diciendo que parecía una copia de La Guerra de las Galaxias, porque es la forma más rápida de dar una idea sobre ella, está basada en un manga que es dos años anterior a la película de George Lucas. Sin duda el éxito de La Guerra de las Galaxias fue lo que impulsó a hacer una película sobre el manga e influyó en su estilo y estética, pero la historia de base ya estaba escrita desde antes de que esa famosa película se empezara a filmar. Se da de hecho un curioso caso de retroalimentación: el éxito de La Guerra de las Galaxias dio pie a Los invasores del espacio, pero a su vez el final de El retorno del jedi (naves volando hasta el interior de La Estrella de la Muerte para destruir su núcleo, con cazas Tie persiguiéndolas) está calcado a su vez del final de Los invasores del espacio. Al año siguiente se hizo una serie llamada Sankuokai que retomaba el tema de los gavanas invadiendo varios mundos, y un grupo de héroes plantándoles cara, pero no tenía relación con los sucesos de la película ni se recuperaban los personajes de esta.
Me gusta la selección de películas que hizo Asian Trash Cinema, porque en la mayoría de los casos son imposibles de encontrar en DVD. Lo único malo que tenían es la versión comentada, que aparecía como extra en algunas de las películas (en esta, por ejemplo). Como comentaristas de una película esperas que pongan a hablar a alguien que sepa algo del tema, que comente curiosidades sobre la misma, o que aporte algún dato interesante. Inexplicablemente, para los comentarios de estas se limitaron a poner las voces de unos chavales aleatorios contándose chistes unos a otros. Se lo podían haber ahorrado.
Ahora bien, hay un motivo por el que hemos reservado esta película para comentarla hoy. No parece que se la pueda relacionar de ninguna forma con el Dia de la Madre, pero sí. Aunque se la presenta como una malvada, el personaje de la anciana madre del mutante siempre me ha caído bien. Puede parecer repelente al principio, una especie de vieja bruja de cuento de hadas que rapta a la princesa para que se case con el ogro. Pero luego se la redime, dando otra versión de ella, la de una mujer que añora su hogar, al que por algún motivo no puede regresar.
En sus recuerdos fragmentados vemos la imagen de una niña (quizá ella misma) en una región nevada, paisajes, animales… y sus acciones antes de eso, están encaminadas a darle una esposa a su hijo mutante, un ser verde y bulboso con aspecto de lagarto.
Ella justifica el aspecto de su hijo diciendo que lo dio a luz en Plutón, como única explicación. No se indica nada al respecto, pero es posible que este hijo sea el motivo que le impide volver a la Tierra que tanto añora. Quizá no se permite el acceso al planeta a aquellos que sufren mutaciones tan profundas como esa. Y tal vez, por no abandonarle, por no dejarle solo, es por lo que ha renunciado a volver a su amada Tierra. También está el hecho de que compre una esposa para su hijo, sabiendo que este no va a poder conseguirla de ningún otro modo. Puede que su hijo sea un monstruo (probablemente todas las madres han llegado a pensar en ocasiones que sus hijos son unos pequeños monstruos) pero no puede evitar tratar de darle la mejor vida posible.
Pasaron aproximadamente unos veinte o veinticinco años desde que vi la película en VHS, alquilada de un videoclub, hasta que la volví a ver cuándo la conseguí en DVD, y lo que más nítidamente recordaba era precisamente las escenas de la anciana y su hijo. Su monstruoso hijo plutoniano, verde y deforme, por amor al cual había renunciado a regresar a su añorado hogar.
¡Feliz Dia de la Madre a todas las madres, y especialmente a aquellas cuyos hijos sean o hayan sido unos monstruitos!
Uchū kara no Messēji. 1978. Hiro Matsuda (guion) Kinji Fukasaku (director) Hiro Matusda. Vic Morrow, Philip Casnoff, Mikio Narita, Makoto Satō, Hiroyuki Sanada, Masazumi Okabe (actores principales) Peggy Lee Brennan, Etsuko Shihomi (actrices principales) Toei. Editada en DVD en 2007 por Asian Trash Cinema / Naimara Producciones.
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